La cuestión fue que la gente en Europa no se conformó con unas cuantas, sino que deseó más y para lograr aquello fue necesario recrear las mismas condiciones para cultivarla, un clima totalmente tropical. Los intentos iniciales serían torpes al principio: el transporte hacía que solo unas pocas llegaran bien, las demás venían magulladas o podridas por el viaje.

A mediados del siglo XVII, se logró cultivar algunas piñas en invernaderos de Inglaterra y Países Bajos imitando de alguna forma las condiciones tropicales. Pero como todo en el mercado es un juego que se da al mejor postor, la piña se convirtió en un artículo altamente demandado, lo que provocó que su precio se elevara, de tal forma que solo unos pocos podían adquirirla.

Un privilegio de clase

Era tal el lujo que solo personajes como Luis XV, Catalina la Grande o Carlos II podían darse el gusto de comerla al desayuno. También se pueden encontrar referencias de como las piñas que llegaban a las colonias de Estados Unidos podían llegar a costar unos 8000 dólares actuales.

Para aquellos tiempos, la piña era el centro en las cenas de las familias adineradas para representar el estatus y riqueza. Solo se empezaba a comer cuando la piña comenzaba a pudrirse. También existía el negocio de alquiler de piñas, si la persona no tenía lo suficiente para comprarla, podía alquilar una para la noche, este servicio se ofrecía entre los comerciantes como gesto de generosidad y hospitalidad.

Tal fue la popularidad de la piña que salió al mercado papel tapiz, decoraciones, vajilla y teteras con forma de piña, los cuales se volvieron muy populares a partir de 1760. Como curiosidad final, para 1900 la plantación de Hawaiian Pineapple Company tendría un éxito irrebatible durante siete décadas, haciendo de la piña un producto más accesible para todos.

Fuentes:

1. www.ngenespanol.com/el-mundo/pina-era-simbolo-de-lujo-pasado

Imágenes: 1. ngenespanol.com