Biografía de Hilma af Klint

La otra cara de la moneda, es la sueca Hilma af Klint. De ella (al contrario que de Kandinsky) no sabemos muchas cosas. Fue una artista cuya obra fue descubierta hasta 1986. Debemos tener en cuenta que pintó en las dos primeras décadas del siglo XX.

Y es que ella consideraba que su obra abstracta no iba a ser comprendida hasta mucho después, por lo tanto, sus pinturas serán consideradas sólo después de su muerte y datadas de antes y al mismo tiempo en que Kandinsky pintaba sus primeras abstracciones.

El acercamiento que Klint tuvo con la teosofía (movimiento espiritista que también cautivó al pintor ruso) y la antroposofía, la llevaron a conocer a Rudof Steiner, famoso ocultista que se hizo famoso por formular lo espiritual en el pensamiento y por ende en el arte.

Steiner le diría que su obra tendría que ser revelada hasta 50 años después de la muerte de Hilma. Ella aceptó pero consideró que el tiempo límite sería 20 años. Finalmente, pasaron más de 60 años antes de este enorme descubrimiento para la humanidad.

Infancia y primeros años

Hilma fue la cuarta hija del matrimonio del Capitán Naval Victor Af Klint con su esposa Mathilda. Creció en una mansión rodeada de una precipitante naturaleza que la motivaría a enfocarse en las formas salvajes que irradiaba su contexto.

Su familia la motivó a interesarse en los saberes botánicos y en las matemáticas. Al viajar a Estocolmo a estudiar, dichas áreas fueron importantes para el desarrollo artístico posterior y siempre sin dejar de lado su conocimiento avanzado de la pintura.

En la Universidad de Kontfack, Klint aprendió a pintar retratos y paisajes. Su gran talento la llevó a que la recibieran en la Real Academia de Bellas Artes a los veinte años donde se especializó en pintura naturalista.

De 1882 a 1887, el estudio la llevó a graduarse con honores y a seguir pintando en la misma academia donde se estaba desarrollando un conflicto entre el arte clásico y el que estaba predominando entre los más jóvenes. Curiosamente, su arte más personal empezaría en estos tiempos de manera subterránea.

Lo que llevó a la artista a interesarse en las formas indefinidas, está marcado por la prematura muerte de su hermana Hermina. Desde ese momento, Hilma empezaría una apasionada investigación en los estudios oscurantistas.

El espiritismo y las nuevas ideas filosóficas

Al tener su joven hermana muerta, Hilma no superó la idea de su muerte y se dejó llevar por las corrientes filosóficas espiritistas que estaban en boga. La primera en la cual se interesó fue la teosofía.

Esta cosmología, también llamada religión, trata de encontrar el Absoluto a partir del pensamiento como un nuevo sentido dado al humano. Integra los saberes de Ciencia, Religión y Filosofía en uno solo, pues el sentido unívoco parte de dicho saber integral.

Proveniente de la teoría de la estadounidense Helena Blavatsky, en su libro La clave de la filosofía, este conocimiento fue tomado como el cruce de todas las religiones, arguyendo que tenían un tronco común basado en la fe.

Los símbolos religiosos son muy importantes en la teosofía, elemento clave que comprenderemos en las pinturas que Hilma empezará a usar para hallar el sentido clave de la existencia. Su conocimiento estuvo atravesado por la masonería rosacruz.

Todo el saber de los ciclos cósmicos y de la naturaleza confluye en la famosa Rosa de los Vientos. Varios símbolos ligados a los conocimientos cabalísticos y alquímicos eran usados por esta orden secreta para poder descifrar fuerzas ocultistas.

Por último, la Sociedad Antroposófica de Rudolf Steiner, cuyo objetivo es nutrir la vida del alma de todos los individuos. El filósofo ocultista formuló dicha sociedad desde los conocimientos teosóficos y los integró en una filosofía que actualmente tiene más de 52000 seguidores por todo el mundo.

Todos estos conocimientos ocultistas llevarían a nuestra artista a desarrollar una necesidad por desentrañar el alma del mundo, por hallar las formas que surgen de lo que no es visible, de lo que no es figurativo. Por ello su desplazamiento hacia un arte oculto.

Junto con cuatro artistas más, creó el movimiento de “Las cinco”. Las otras eran Cornelia Cederberg, Sigrid Hedman, Anna Cassel y Mathilda Nilson. Todas ellas interesadas en los conocimientos teosóficos de Blavatsky combinaron lo paranormal y el espiritismo en el arte.

Por medio del estudio de la Biblia, el uso de la meditación y de ritos espiritistas, buscaban encontrar el espíritu del ser. Consideraban que en el conocimiento podrían llegar a descubrir lo que las aliviaría y llenaría de la gracia divina.

En 1896, Hilma af Klint creó una técnica llamada “Pintura Automática”. Con esto reflejaba el mundo interior y exterior, invisible a los ojos humanos. Lleno de particulares formas, la pintura automática era el lenguaje visual que acercaba a contemplar dicho “espíritu del ser”.

Pintura abstracta: Sus grandes obras

Desde 1906, se especializó en la pintura abstracta. Todos los conocimientos espiritistas la llevaron a construir más de 1000 pinturas, todas ellas alejadas del arte figurativo.

Los Trabajos del Templo, fueron las primeras obras que tomaron mucha fuerza expositiva, allí los colores más profundos son contrastados en una clara armonía que describe conceptos de ascendencia, de centralidad, de divinidad y movimiento.

Son 193 pinturas las que completan esta colección de enormes cuadros de 240×320 cm. Muchos de ellos, describen también las fases de la vida de una persona, desde la infancia hasta la vejez.

La simetría dual y la reciprocidad en estas pinturas, se observa desde los colores. Gracias a las cartas que venían con estas obras, aprendimos que el azul simboliza lo femenino, lo amarillo simboliza lo masculino y los colores rojizos, el amor.

Los motivos alusivos a estos grandes conceptos, son construidos desde la visión de reciprocidad. Toda su pintura deseaba poner una armonía única donde confluyera el contraste en la unidad del Todo.

Durante la estadía de Steiner por Estocolmo, la artista le presentó su obra, aunque la crítica que recibió de su trabajo la llevó a dejar de pintar por cuatro años. El teosófico consideró que su trabajo no podía ser entendido por la humanidad en ese momento. También dudó de su calidad.

Aun así le tomó fotografías que aparentemente (se ha considerado), Kandinsky pudo ver en algún momento, la verdad no sabemos si realmente las conoció.

Muchas de las obras y de escritos ella misma las quemó, aunque siguió escribiendo y pintando. En la década de los veintes y treintas su arte se fue hacia la predicción. Se dice que en su colección “El Britz y la pelea en el Mediterráneo”, predijo la Segunda Guerra Mundial.

Finalmente, dejó toda su obra a su sobrino Erik af Klint, que luego se consagraría como Vice-Admirante de la Armada Naval Sueca. Vale agragar que hasta 1944, Hilma vivió, muriendo de octogenaria en un accidente de auto con 82 años.

Legado

El descubrimiento de su obra atravesó varios procesos. Se respetó que veinte años después se revelara el total de su obra, aunque el estudio de todos sus cuadros se terminó hasta 1984, cuando se vio la verdadera importancia que tenía para el desarrollo del arte abstracto.

Actualmente, el trabajo de Hilma ad Klint sigue llevando grandes sorpresas y es considerado como precursor de nuevos movimientos. El papel femenino en el desarrollo de este paradigma abstracto quedó confirmado y es celebrado (aunque muchas veces invisibilizado) en toda Europa.

Fuentes:

1. www.theartstory.org/artist/af-klint-hilma
2. www.artsy.net/article/artsy-editorial-first-abstract-artwork

Imágenes: 1. nodisparenalartista.wordpress.com 2. totenart.com 3. www.alamy.es