“La mordida”

Es una costumbre cuando celebran los cumpleaños. En momentos de estar reunidos en torno de un pastel frente al homenajeado, comienzan a repetir todos al tiempo: “¡Mordida! ¡Mordida! ¡Mordida!”, con la intención de que el cumpleañero pruebe el pastel con una mordida y en ese instante se lo embarran en la cara.

El culto a los muertos

El famoso “día de los muertos” es una de las tradiciones más peculiares de este país norteamericano. Lo más curioso es que preparan ricas comidas para el 1 de noviembre, día en el que se reúnen en los cementerios y consumen dichos alimentos encima de las tumbas, donde también quedan platillos y dulces como ofrenda a los fallecidos, pues consideran que esa noche todas las almas extraen la esencia de dicha comida.

Romper la piñata

Es una tradición mexicana muy divertida. En otros países latinos se adoptó, sobre todo en fiestas infantiles. Pero en México es desde niños a adultos, que cegados con una venda en los ojos, intentan quebrar la piñata con un palo y luego recoger los premios, frutas, dulces y sorpresas.

Arriesgar la vida con fuegos pirotécnicos

En México se acostumbra a emplear todo tipo de espectáculos de fuegos artificiales y hay quienes se colocan una estructura similar a un toro ardiendo en llamas de colores, corriendo detrás de las personas. Muchos quemados y muertos por esta práctica han quedado a lo largo de la tradición, pues se trata de una práctica bastante peligrosa.

Cargar un ojo de venado como amuleto

Abundan las tradiciones mexicanas en las cuales se cree que ciertas manillas, collares o amuletos, pueden proteger a la persona que los porta, de sucesos dolorosos, trágicos y sobre todo, de la brujería. México es uno de los países donde más se cree y se practica la brujería. Un buen número de mexicanos le colocan a los bebés una pulsera con una semilla llamada “ojo de venado” en un hilo rojo, para protegerlos del mal de ojo.

Limón para todas las comidas

Dicen que mexicano que se respete, siempre le agrega limón a todo. Es una manía que los turistas no entienden del todo, pero allí es más que tradición. Y se quedan aún más sorprendidos, al ver que la fruta que en este país llaman limón, se le conoce en las demás naciones como lima.

Abrazarse por todo

La efusividad de los mexicanos es ejemplar. Se abrazan por cualquier motivo, todo el tiempo. Desde un saludo, una felicitación, un pésame, porque ganaron, porque perdieron, etc.

Las posadas navideñas

Sucede en diciembre en una particular forma de celebrar la fecha. Se reúnen varios vecinos de un sector y van de casa en casa con estatuas del niño Jesús, José y María, cantando que en nombre de Dios piden posada, simulando la travesía de la Sagrada Familia en el nacimiento de Cristo. En las casas que van pasando rezan oraciones y reparten comida.

Viacrucis intensos y dramáticos

En la Semana Mayor, en Iztapalapa, los viacrucis suelen ser lo más reales posibles. Un evento cual ninguno donde se elige a un sujeto que se disfrace de Jesucristo y debe cargar una cruz enorme y pesada, mientras recibe azotes reales con un látigo que tiene otro participante vestido de romano.

Darle un paseo a San Judas todos los meses

El foco de esta actividad es en la Ciudad de México, donde todos los 28 de cada mes, los fieles católicos salen con estatuas de San Judas, algunos vestidos igual que el santo. Todo el día se realizan procesiones y oraciones. En la noche, la fiesta es a reventar, con música, pólvora, licor y diversión.

“Quemar a Judas”

Varios grupos de personas se reúnen en las calles para quemar unos muñecos hechos de cartón, representando a algún personaje político, de la farándula, religioso o a quien crean que traicionó a los mexicanos. Esto se realiza durante la Semana Santa.

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