Confundido, porque él recordaba haberla cerrado antes de dormir, se levantó de la cama malhumorado, y todavía adormilado se acercó y cerró la ventana. En un instante el chico tuvo un escalofrío, una señal latente de que había alguien en su habitación, y cuando encontró el origen de su temor vislumbró uno ojos blancos alumbrados por las farolas de la calle y una sonrisa que se extendía de equina a esquina.

‘’Ve a dormir’’, dijo el ente desconocido y con una fuerza sobrehumana saltó sobre el chico e intentó apuñalarlo. Entre la trifulca que armaron, los padres del muchacho se despertaron y asustados corrieron a la habitación de su hijo, para encontrarse con una escena de horror: un hombre de piel extremadamente blanca, que no tenía nariz y carecía de párpados, intentaba herir a su hijo.

En medio de gritos y patadas lograron separar al ser extraño de su hijo y alertados por los vecinos, la policía llegó, pero demasiado tarde, él desconocido había huido dejando terror a su paso. Lo único que hicieron los agentes fueron emitir una orden de captura y una descripción del criminal.

Miles de notas de prensa se imprimieron, la radio hizo eco en todas las esquinas y los medios

emocionados atizaron un poco más la historia, bautizando al perpetuador con el nombre de Jeff the Killer.

 La Familia Woods

Una típica familia se muda de ciudad para iniciar una nueva vida: los dos chicos de la familia Woods, Jeff y Liu, se encontraban ansiosos por iniciar un nuevo periodo escolar, conocer gente y hacer amigos. No obstante, no todo fue miel sobre hojuelas, no llevaban ni una semana en clases y se habían convertido en los favoritos de los matones del colegio.

Día tras día fueron víctimas de crueles bromas y golpizas, no podían salir tranquilos a la calle porque siempre cerca andaba alguno de sus agresores. Un día cualquiera mientras regresaban a casa del colegio, fueron atacados por sus bravucone: cansado y lleno de frustración e ira, Jeff atacó a sus golpeadores hasta dejarlos en el suelo.

Los hermanos Wood guardaron silencio de lo sucedido, pero esa misma noche llegó la policía que venía a interrogar a Jeff sobre los chicos que fueron golpeados. Liu asumió la culpa de lo que había pasado para salvar a su hermano de ir a un tribunal de menores.

Apesadumbrados por lo que había sucedido y queriendo cambiar de ambiente, la familia Woods fue invitada a un asado que estaban realizando en el vecindario. Desafortunadamente en la reunión se encontraban los matones de la vez anterior y aprovechando esta oportunidad; agarraron a Jeff, le echaron lejía y le prendieron fuego.

El nacimiento de un asesino

Jeff fue atendido y puesto en el ala de cuidados intensivos, fue sometido a varias cirugías. Sin embargo, el diagnostico de los médicos no era nada bueno, la gravedad de las heridas de Jeff, no le permitirían tener una vida normal, su rostro había quedado totalmente desfigurado y no había nada que se pudiera hacer por él.

Acongojado por lo que había sucedido, Jeff se levantó de la camilla y se dirigió a un baño para ver el resultado de las operaciones que le habían practicado. La poca humanidad que le quedaba se evaporó al verse reflejado en el espejo y superado ya por la situación, Jeff terminó de desfigurar aún más su rostro cortando sus parpados y agrandando su sonrisa.

Las enfermeras que lo estaban atendiendo en el momento, no se dieron cuenta de lo sucedido, hasta que vieron su cuarto vacío y el desastre que había dejado, charcos de sangre.

El nuevo Jeff, antes de desaparecer de la ciudad que lo condenó, tenía como principal objetivo ir hacerle una visita a su hermano Liu que todavía se encontraba en la comisaría, no sin antes cobrar como primeras victimas a sus padres. Cuando Liu vio el estado de su hermano, le preguntó lo que había pasado, pero este sólo se abalanzó y empezó apuñalarlo.

Nadie entiende los motivos, que llevaron a esta persona a cometer tal atrocidad contra los miembros de su familia, es una respuesta que solo el mismo responsable conoce y nadie más.

Tributo al asesino

Por las similitudes con tantos casos y avistamientos de sospechosos en distintas ciudades, la historia de Jeff anda en el limbo de lo real y fantasioso. Muchos aseguran haberlo visto, inclusive haberse enfrentado a él, y el internet se convirtió en el medio ideal para compartir esas supuestas pruebas que comprobarían su existencia.

A su vez, hay que sumarle la gran presencia en los medios que genera el personaje gracias a los cortos y videojuegos creados para rendirle tributo.  Lo único que hace esta horda de fans, es aumentar la leyenda del asesino, de darle vida a esa sombra malévola que muchas veces nos acecha y que desde la oscuridad nos mira, y que solo espera brincarnos encima mientras vamos a dormir.

Imágenes: youtube.com