El desplome en los precios del petróleo ha sido desde todo punto de vista dramático
Análisis oficiales
Hace algunos meses escribí este artículo en el que mencionaba las teorías que han surgido en varios medios sobre las posibles causas de la impresionante bajada en los precios del petróleo. Básicamente, algunos decían que era obra de los Estados Unidos (con miras a afectar enemigos tradicionales como Rusia, Irán y Venezuela) y otros que era obra de Arabia Saudita (con miras a afectar la nueva competencia de los Estados Unidos).
Estas teorías se basan ante todo en la evidencia disponible y en lo que los distintos actores políticos tienen para ganar con un bajo nivel de precios. Sin embargo, en la situación actual las cosas se están tornando ridículas.
El barril bajó hace poco del piso de los 30 dólares, y muchos creen que bajará hasta los 20. Ningún país productor (excepto quizás Venezuela) parece interesado en impedir el desplome, y aquellos que tienen más poder al respecto están comprometidos con la estrategia de extraer el máximo posible.
Esto no beneficia a nadie. La economía mundial se encuentra dando coletazos y todos los países podrían verse muy afectados por lo que viene. Pero entonces, ¿por qué seguir manteniendo el bajo precio del petróleo?
Una teoría nada ortodoxa
Aquí es donde entra una especie de “microconspiración” relativa al tema que parece haber ganado popularidad en tiempos recientes. Se trata de la noción de que la era del petróleo está por acabar… y que todos los grandes productores son conscientes de ello.
Desconocemos las causas exactas, pero la mayor parte de fuentes hablan de nuevas tecnologías que quizás ya conocemos, solo que aún son ineficientes (energía solar, eólica, hidrógeno líquido) o de tecnologías completamente nuevas que revolucionarían el mundo y harían innecesario el petróleo. Por primera vez en la Historia Moderna, estas tecnologías habrían evolucionado a un punto donde fuesen capaces de competir de manera efectiva con el petróleo en el mercado energético.
Hay varias evidencias que parecen indicar este aspecto. En primer lugar, los altísimos precios del petróleo en la última década de hecho impulsaron la investigación y el desarrollo de alternativas, ya que cuando un bien es costoso es más fácil competir contra él. Así, el petróleo barato serviría no solo para afectar a los competidores petroleros sino para demorar un poco el surgimiento de estas tecnologías que ya se ven en el horizonte.
Y otra evidencia clara es la actitud de muchos importantes productores de petróleo. Arabia Saudita, el país petrolero por excelencia, tomó la polémica decisión hace poco tiempo de vender parte de su empresa nacional, Aramco – algo que hubiera sido impensable una década atrás – y se encuentra comprometida con su política de la máxima extracción posible sin importarle el futuro de los precios.
Noruega, el país europeo más importante en términos petroleros (excluyendo a Rusia, que es en parte asiático) parece haber tomado decisiones semejantes y en medio de la crisis petrolera ha decidido retirar fondos de la extracción y enviarlos a su flota pesquera, por décadas símbolo de la prosperidad nacional. Estos dos países parecen tener claro que la era del petróleo está por terminar.
Algunos le apuntan a los impresionantes avances de la última década en materia de
baterías como el principal peligro para la sostenibilidad de los combustibles fósiles
Es particularmente diciente el caso de Arabia: vender una empresa petrolera implica dudar del futuro petrolero y buscar nuevas inversiones. En general todos parecen estar pensando lo mismo: “mejor vender ahora, que vale algo, a esperar al futuro, cuando no valga nada”.
No sabemos si estos países han previsto (a partir de análisis o estudios) algo que está por suceder o si de hecho conocen cosas que al resto del mundo nos resultan desconocidas, pero no cabe duda de que lo que está sucediendo es verdaderamente curioso y nada natural en términos de política. A los precios actuales, nadie se beneficia. Nadie.
Es por esto que muchos comienzan a creer que hay cosas ocultas para los profanos y que el petróleo está dando sus últimos coletazos. Durante décadas hemos oído hablar de las conspiraciones que habrían mantenido ocultas nuevas tecnologías, tratando de sacar el máximo beneficio posible del oro negro y haciendo todo por evitar la competencia.
Pues bien, de ser cierto esto, parece que el tiempo se les acabó.
Fuente de imágenes: 1: gdnonline.com, 2: forococheselectricos.com