El Pensante

Los alcances del Biohacking: las posibilidades de desarrollar visión nocturna

Personas sorprendentes - junio 18, 2015

Imagen 1. Los alcances del Biohacking: las posibilidades de desarrollar visión nocturna

Experimentos con el cuerpo humano

En un artículo pasado hablábamos sobre el Biohacking y los eventuales alcances que podría tener en el futuro. Las personas vinculadas a esta ideología no son muchas y suelen trabajar aisladas, pero la colaboración (mediante herramientas digitales) ha permitido lograr algunos avances. Sin embargo, una de las invenciones más sorprendentes fue realizada hace un par de meses por un equipo de Los Ángeles, California, que inyectó una sustancia en los ojos de una persona, permitiéndole desarrollar visión nocturna.

El equipo llevaba algún tiempo teorizando sobre las posibilidades de utilizar un tipo especial de clorofila llamada Clorina e6 (o Ce6), la cual abunda, sobre todo, en varias especies de peces del fondo marino. La sustancia había sido usada experimentalmente en ratones y en ocasiones como parte del tratamiento contra el cáncer, por lo que sabían que no resultaba peligrosa. Lo que quedaba, según los investigadores, era “dar el siguiente paso”: Gabriel Licina, uno de los miembros del equipo, decidió ofrecerse como conejillo de indias.

Uno de sus compañeros, usando algo semejante a un gotero (solo que mucho más pequeño), insertó 50 microlitros de la sustancia en el ojo de Licina (puntualmente, en el saco conjuntival), de donde luego se movió hacia la retina. Y entonces comenzó la magia.

Imagen 2. Los alcances del Biohacking: las posibilidades de desarrollar visión nocturna

 Las gotas de visión nocturna

Tras una hora de espera, Licina comenzó a sentir que las imágenes se volvían cada vez más nítidas en el bosque al que lo habían llevado. 10 minutos más tarde era capaz de distinguir personas a más de 50 metros… aunque se encontraran delante de un árbol. En el estudio, su tasa de éxito determinando la localización de diversos objetos fue del 100%, mientras que sus compañeros (que no habían sido inoculados con la sustancia) apenas si alcanzaban el 30%.

Un efecto inesperado del experimento fue que los ojos de Licina adquirieron un color negro oscuro. El efecto, así como las habilidades que él adquirió con la sustancia, se diluyó tras poco tiempo.

Este se muestra como un buen ejemplo de los alcances de una alianza entre la ciencia y la biología. El pequeño equipo no tenía mucho presupuesto y trabajaba en un pequeño laboratorio ubicado en un garaje, pero aun así lograron tener éxito y publicar sus resultados. Licina señala que eso demuestra los alcances de la pequeña investigación y las posibilidades que se abren a los seres humanos si el acceso a la información comienza a mejorar.

Fuente de imágenes: 1: optometry.co.uk, 2: o.aolcdn.com.