Los restos del famoso monumento de Stonehenge
La historia del monumento europeo más famoso de todos los tiempos
Stonehenge es una de las construcciones más interesantes de la antigüedad. Sus gigantescos pilares se erigieron en los tiempos en los que no existían (que sepamos) sociedades complejas en todo el continente, y cuando apenas se estaban sembrando las semillas de lo que luego serían los grandes reinos e imperios de Mesopotamia, de las riveras del Nilo, del Valle del Indo y del lejano Oriente.
En esencia, de acuerdo con las investigaciones arqueológicas modernas podemos calcular que el monumento se comenzó a construir hace poco más de 5 milenios (hacia el 3.300 a. C.) y se terminó unos 7 u 8 siglos después (hacia el 2.500 a. C.). Algunas evidencias parecen indicar construcciones previas – mucho más antiguas – y, principalmente, pilares gigantes usando madera de pino, pero hasta el momento no se sabe si existe una relación entre estas construcciones tempranas y la posterior erección de los pilares de roca de Stonehenge.
Los misterios de la construcción
Lo primero que impresiona del monumento es su gigantesco tamaño. Se trata de una serie de rocas que forman arcos sencillos con un promedio de 25 toneladas que se ubicaron en una figura circular, concéntrica y que le apuntaba al punto de salida del sol en el solsticio de verano. De acuerdo con los arqueólogos, el sitio se construyó a lo largo de varios siglos en una serie de “oleadas”:
En primer lugar, se realizó hacia el 3.300 a. C. una especie de excavación que delimitó el círculo en torno al que siglos después se realizaría la construcción. Se desconocen las razones que llevaron a los constructores a comenzar por aquí – o a escoger este lugar en específico – pero en todo caso comenzaron una obra que terminaría por ser uno de los monumentos más representativos de las culturas celtas de Inglaterra.
Una imagen que ilustra el tamaño de las rocas
Hacia el 3.000 a. C. (o de acuerdo con algunas versiones muy debatidas, hacia el 2.500) se comenzó la construcción del sitio como hoy lo conocemos, pero no fue hasta un par de siglos después que los antiguos arquitectos comenzaron la labor de traer piedras gigantescas y ubicarlas en el sitio. En total, es posible que se tardaran unos 200 o 300 años en terminar el monumento.
Aquí comienzan los verdaderos interrogantes del monumento: ¿quién lo construyó? ¿Qué objetivos tenía? ¿Por qué lo construyó allí y no en otro lugar?
Antiguas leyendas sobre Stonehenge
Al ser obra de una sociedad sin escritura, las tradiciones de este magnífico monumento se perdieron en los anales de la Historia. Nadie sabe realmente por qué o para qué se construyó, y mucho menos las técnicas antiguas que se utilizaron en su construcción. En las épocas en las que estas culturas adoptaron la escritura (tras la conquista romana y en la Edad Media), ellas desarrollaron sus propias teorías sobre la construcción, que algunos claman que pueden tener una cierta verdad.
Las leyendas medievales de Merlín y los gigantes ancestrales
Desconocemos la manera en que los romanos explicaron la existencia de tan descomunal monumento, así como sus herederos inmediatos en las regiones (entonces remotas) de Britania. Sin embargo, hacia el siglo XI ya aparecen algunos relatos (basados en leyendas que podrían tener centenares de años de antigüedad) en los que se habla del papel de los gigantes en la construcción del monumento. La leyenda más interesante la narra Geoffrey de Monmouth, quien afirma que fue un gigante al servicio del mago Merlín quien colocó los gigantescos pedruscos.
Otras leyendas hablan del papel de Satanás en la obra, pero la mención a los gigantes es común en ambos casos. Esto, de la mano con las tradicionales leyendas nórdicas con respecto a estas criaturas, ha hecho que algunos le apunten a la posible existencia de una raza ancestral, más grande y capaz de mover con mayor facilidad los gigantescos pedruscos.
Imagen medieval de un gigante ayudando a Merlín a erigir las inmensas piedras
El papel de los Druidas
Algunos siglos más adelante, varios miembros prominentes de la sociedad británica comenzaron a afirmar que la construcción había sido en verdad obra de los Druidas, los antiguos sacerdotes celtas que tendrían grandes poderes sobre los componentes de la naturaleza. Dicha versión se considera parcialmente cierta, pues seguramente fueron líderes religiosos los que organizaron la construcción y garantizaron que la estructura respondiera a las tradiciones célticas.
Lo cierto es que tampoco sabemos bien la razón detrás de la construcción. lo que resulta innegable, como ya mencionamos, es que la construcción está alineada con respecto a la posición del sol en el solsticio de verano, lo que ha llevado a muchos a afirmar que se trataba de un monumento dedicado a la observación astronómica y de una herramienta para determinar la llegada de las estaciones. Sin embargo, otras evidencias (como cadáveres, algunas herramientas y la posición de las rocas) parecen apuntarle a teorías muy diferentes.
Estas teorías van desde la creación de un cementerio de nobles hasta un centro ritual de sanación comunitaria, pasando por una construcción enteramente dedicada al sonido, y con funciones rituales. Todas estas teorías, así como las explicaciones modernas a la construcción del templo, las veremos en el segundo artículo.
Parte 2
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