Los samurai Yakusa y el origen de la mafia japonesa

La famosa frase que dice ¨el poder corrompe¨, para los Yakusa no fue la excepción. A inicios del siglo XX el tráfico de drogas, el lavado de dinero, las casas de apuestas y hasta la prostitución en Japón, era controlada por esta mafia.

Aun así, los Yakusa siguen la organización y la disciplina de los samurái, donde el código del deber y la obediencia son fuertes, por el contrario, la deslealtad y la traición se pagan de la peor manera posible.

Uno de los castigos más usados entre ellos es la amputación de las falanges del dedo meñique, que es comúnmente usado cuando uno de los miembros de esta mafia comete algún error. En forma de compensación y voluntariamente la persona que falló, se quita una parte del meñique.

Una de las características más fascinantes de la mafia de los Yakusa, son los elaborados tatuajes, que hasta hace pocos años eran un secreto de este clan. Pero gracias al reportaje del fotógrafo Belga Anton Kuster, el mundo logró conocer las obras de arte que han hecho de su cuerpo los Yakusa. Cada uno de los tatuajes son particularmente únicos y tienen significados para cada uno de sus miembros, como su estatus dentro de la mafia, a cuál familia pertenecen y experiencias que han marcado su vida.

A lo largo de la historia de Japón, los Yakusa han intervenido, siendo así una importante pieza de la tradición de este país. A pesar de tener una reputación de mercenarios y sanguinarios, siguen los principios de sus antepasados los samurái.

Es decir la protección y la ayuda al pueblo de Japón, tanto así que después de haber ocurrido el catastrófico evento del terremoto en el año 2011, todos los miembros de los 3000 clanes de esta mafia, fueron a ayudar a las poblaciones afectadas, rescatando muchas vidas y hasta donaron importantes ayudas económicas, para que el país del sol naciente superara este desastroso evento.

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