El precio del petróleo ha pasado de casi 120 dólares a menos de 30 por barril en dos años
El problema del petróleo
El llamado “Oro negro” ha dejado de ser tal. Los precios del petróleo se han desplomado de manera absolutamente dramática en los últimos dos años, perdiendo casi un 80% de su máximo valor alcanzado en los últimos 5 años.
Ya hemos mencionado en varios artículos por qué esto podría ser nefasto: el desplome de los precios petroleros se enmarca en un contexto de caída general de los precios de las materias primas, las cuales tradicionalmente producen los países del llamado “Tercer Mundo”. Estos países, que lograron grandes avances contra la pobreza y la miseria en los últimos años, se encuentran ahora estancados y en claros peligros de recesión mientras las industrias importantes de los países ricos se enfrentan a una dramática caída de la demanda mundial. En general, el bajo precio del petróleo podría llevar a una recesión mundial e incluso a otra Gran Depresión.
Y las presiones que impulsan la caída en los precios no parecen cesar. Las alianzas entre los productores han resultado fútiles, las empresas estadounidenses siguen en pie (contra todo pronóstico) y la demanda china, que fue la que impulsó los precios hacia lo alto los últimos años, ha caído más que nunca.
Y a esto se suma un nuevo enemigo del petróleo: los autos eléctricos.
El poder de la chispa
No es la primera vez que los autos eléctricos intentan someter los mercados a su voluntad: hace 100 años muchos pensaban que el futuro sería eléctrico.
La historia de la competencia entre vehículos eléctricos, a vapor y de gasolina es bastante interesante y merece atención aparte: próximamente hablaremos en un artículo de ello. Bástenos por ahora con saber que hace 100 años había usuarios regulares de vehículos eléctricos y que en su momento estos pudieron haber tomado la delantera, pero eventualmente se rezagaron con respecto a los vehículos impulsados por derivados del petróleo.
En la actualidad, sin embargo, están volviendo a ganar la carrera. Nuevos vehículos eléctricos han salido al mercado y potentes baterías están reemplazando a las tradicionales, incapaces de competir con un tanque de gasolina. Empresas como Tesla han convertido los vehículos eléctricos en algo normal en las clases altas de países como Estados Unidos. Y cada vez más, parece que el futuro le pertenece a la electricidad.
Los automóviles Tesla, pese a su costo, se han vuelto extremadamente populares
Esto es, por supuesto, una maravilla. Las grandes industrias y los grandes poderes asociados al petróleo perderán, así, la influencia que les queda: podemos estar en el umbral de una nueva era. Pero como si el mundo quisiera recordarnos que no todo es color de rosa, esto también podría terminar de sepultar los de por sí endebles precios del petróleo.
Estamos ante un escenario complejo: por una parte, un modelo económico que está llevando a la catástrofe a la sociedad humana gracias, en parte, a su dependencia de los combustibles fósiles, por otra, la necesidad de que estos combustibles – junto con otras materias primas – se vendan a precios altos para que haya un flujo de recursos de los países más ricos a los más pobres.
Y en este escenario, el nuevo auge de los autos eléctricos es una maldición tanto como una bendición.
¿Se viene algo grande?
En un artículo de comienzos del presente año comentábamos una teoría que ha corrido de boca en boca, sobre todo en los países de Norteamérica, sobre la posibilidad de que los grandes productores de petróleo como Noruega o Arabia Saudita sean conscientes de cosas que el resto del mundo no sabe, en particular, de algo que hará que el petróleo deje de tener valor en el futuro cercano.
Sería precisamente eso lo que los llevaría a producir tales cantidades de crudo incluso en un contexto en el que el precio sigue bajando. Es mejor vender ahora, que vale, algo, a en el futuro cuando no valga nada.
Bloomberg – portal de noticias norteamericano – parece apuntarle a algo parecido: los vehículos eléctricos, afirma, crecerán en el futuro cercano y no harán más que seguir presionando a la baja los precios del crudo. De tener razón, quizás los rumores eran ciertos y la era del petróleo está por terminar.
Y, paradójicamente, este sueño podría llevarnos a la catástrofe… al menos, en términos económicos.
Fuente de imágenes: 1: bbc.com, 2: ecomodder.com