La Guerra Fría
Antes de ser hogar del radicalismo y de parecer, a los ojos de muchos, un refugio de terroristas, Afganistán era un país musulmán como cualquier otro, con la expectativa de crecer y dar una buena calidad de vida a su población.
Contrario a la noción popular, su tragedia no fue la religión. Fue quedar en medio de dos bandos enfrentados: la Unión Soviética y los Estados Unidos, lo que lo llevó a más de una década de conflicto con la URSS… conflicto que como comentábamos en este artículo llevó a los Estados Unidos a apoyar grupos de talibanes radicales que buscaban, a toda costa, la salida de los soviéticos.
El resultado era de esperarse, y a partir de entonces Afganistán ha sido constantemente asolado por la guerra y la muerte.
No es este el tema que nos ocupa hoy. Durante la Guerra Fría tanto los Estados Unidos como la URSS registraron eventos bastante peculiares en los cielos de Afganistán: por largo tiempo estos sucesos permanecerían en secreto – ambos países pensaban que se debían a operaciones del otro – pero en la actualidad algunos están comenzando a salir a la luz… y resultan bastante interesantes. Veamos:
Encuentros cercanos en Afganistán
El 4 de octubre de 1981 un hombre llamado Mr. Archard preparó un documento titulado “Encuentros cercanos en Afganistán” en el que se analizaba la aparición de diversos objetos que, entonces, se consideraban proyectos secretos de los soviéticos. Afganistán era algo así como el patio trasero de la Unión Soviética y en aquel momento se encontraba bajo un gobierno comunista, por lo que esto era apenas natural.
Las declaraciones de Archard mencionaban, entre otros, el uso de dispositivos que generaban potentes haces de luz:
Estoy convencido de que hay algxo importante escondido en los reportes de muchos viajeros de Afganistán sobre el uso allí por parte del Ejército Rojo de algún tipo de luz poderosa, de alta intensidad. La luz puede ser usada en conexión con la defensa de un perímetro y/o la seguridad de los caminos. Hemos oído y reportado testimonios de este fenómeno desde septiembre, principalmente por parte de periodistas y aventureros. Ellos han descrito extrañas luces iluminando largas porciones – típicamente tanto o más que un cuarto – de los cielos afganos. Las locaciones de estos avistamientos han sido Ghazni (agosto de 1980), Nuristán (septiembre de 1980) y Khost (enero de 1981).
Las fuentes norteamericanas, entonces, prosiguen mencionando que todos los avistamientos tienen factores en común: el potente brillo de las luces, las distancias desde las que podían avistarse y la zona que iluminaban (por lo general mayor, y quizás mucho mayor, a un círculo con 8 kilómetros de diámetro). Algunos avistamientos tenían luces más pequeñas, semejantes a láseres o luces de búsqueda, pero por lo general se menciona una iluminación más difusa y generalizada.
Los relatos del documento
Toda esta información se conoce gracias al acta – bendita ella – de desclasificación de documentos de los Estados Unidos. Este informe en particular incluye registros de 1980 y 1981 (año en el cual la investigación termina, seguramente por problemas relativos a la estadía de personal estadounidense en Afganistán) y menciona dos testimonios de primera mano que vale la pena conocer. Veamos:
En primer lugar, vale la pena aclarar que Mr. Archard comienza sus relatos con un toque importante de escepticismo y piensa, por un tiempo importante, que los testigos mienten o exageran. Poco tiempo después, la llegada de Joe DeCola, productor de la NBC y contacto personal del hombre, cambiará su punto de vista:
Había sido escéptico acerca de las historias, que tienen un tinte ufológico, hasta el retorno del productor Joe DeCola de la región de Patkia el mes pasado. He conocido a DeCola por un tiempo y lo considero un observador preciso y cuidadoso. Mientras pasaba cerca de Khost (Matun) el primero de enero, DeCola y su equipo vieron “la luz”… que en ese momento parecía estar a plena capacidad.
De acuerdo con el equipo, originalmente pensaron que se trataba de un helicóptero de rescate, pero no había sonido alguno que indicara que en verdad se trataba de una aeronave. Todos afirmaron que parecía flotar a varias decenas de metros y, en ausencia de sonido, supusieron que flotaba de un globo aerostático. La luz estuvo allí al menos por unos 20 minutos antes de desaparecer.
El segundo relato proviene de un viajero francés llamado Dominique Vargas y ocurrió en las cercanías de Asadabad, Kunar, en septiembre de 1980. Vargas, un fotógrafo con conocimientos en ciencia y asuntos militares, afirmó que la luz brillaba con un color “más frío y blanco” que el de un bombillo de tungsteno, y que el área iluminada tenía entre 5 y 10 kilómetros de diámetro. La luz duró unos 15 minutos, siendo los primeros los de mayor intensidad.
Sí, no nos consta que se trate de un platillo volador, pero las semejanzas lo hacen una hipótesis tentadora
De nuevo, el evento no fue acompañado por sonido alguno.
¿Qué fue, entonces, lo que apareció en los cielos de Afganistán? Los documentos desclasificados de los Estados Unidos no lo dicen, y es incluso posible que ni los mismos norteamericanos lo sepan. ¿Se trataría de naves espaciales? ¿Un proyecto secreto soviético? ¿Fenómenos atmosféricos nunca antes presenciados?
Es difícil determinarlo. Resulta lamentable que el equipo abandonara la
región y no hubiese fuentes relativas, por ejemplo, a la desaparición de civiles o sus opiniones al respecto. Con la información que tenemos, no nos queda más que elucubrar.
Fuente de imágenes: 1 y 2: mysteriousuniverse.org, 3: telegraph.co.uk