En la actualidad se han desencadenado una serie de modas que atentan contra la salud y el funcionamiento normal del cuerpo y todo por cumplir los estereotipos que imponen los avisos publicitarios.
Los jeggings son unos pantalones muy ajustados que simulan ser jeans y se pusieron de moda en el 2010 en repetidas ocasiones este incomodo atuendo ha sido llamado “la tendencia del infierno” en diferentes medios masivos de comunicación en los estados unidos.
En algunos establecimientos comerciales ha sido prohibida la venta y distribución de esta prenda ya que su extrema estrechez puedo causar serios problemas en la circulación de todo el cuerpo pero principalmente en la zona inguinal lo que en varias ocasiones ha derivado en serias infecciones.
El corsé ha acompañado la vanidad femenina durante muchos siglos y se han usado para estrechar la cintura y pronunciar las curvas pero el uso de esta prenda acarrea muchos problemas ya que según varias investigaciones científicas se ha comprobado que su uso disminuye la capacidad pulmonar y genera daños en los órganos internos e incluso puede deformar el esqueleto.
Desde 2012 se impuso una moda que atenta contra la ergonomía funcional de la columna vertebral, las carteras tamaño XXL que desde esa época se han mantenido vigentes como un accesorio bastante cool pero su uso continuo puede causar fuertes dolores de espalda, cambios drásticos en la postura y en algunos casos fuertes dolores de cabeza, en promedio estas carteras pueden pesar 6.5 kilos y usualmente van repletas con objetos que en mucha ocasiones pueden resultar innecesarios.
Los tacones son quizá la moda más peligrosa y antinatural que además es usado por más del 70% de las mujeres a nivel mundial, los Stilettos se caracterizan por tener un tacón largo muy fino y además metálico y son muy famosos desde 1950 es obvio que la comunidad científica respalda la idea de que este calzado particular representa toda una tortura para el cuerpo pues los podólogos advierten que el uso continuo de este calzado puede afectar la postura natural del cuerpo y que sobre todo puede dañar muchos músculos y tendones. Bien lo dice el viejo y conocido refrán “Aunque la mona se vista de seda mona se queda” y a qué precio!