Tal vez lo más conveniente, antes de abordar los distintos ejemplos que existen de monosílabos diferenciados a través del Acento diacrítico, sea revisar de forma breve algunas definiciones, esenciales para entender cada uno de estos casos en su contexto ortográfico preciso.
Definiciones fundamentales
En este sentido, puede que esta revisión deba basarse tanto en la definición misma de Acento, así también como en la de Acento diacrítico, pues esto permitirá entender la aparición o no de algún tipo de signo en la palabra, así como su función o propósito. A continuación, cada uno de estos conceptos.
El acento
De esta manera, será importante comenzar a decir que la mayoría de fuentes teóricas señalan que todas y cada una de las palabras cuentan con una sílaba que es pronunciada con mayor energía que sus otras semejantes, junto a las cuales constituye una palabra. En consecuencia, la sílaba que es pronunciada con mayor fuerza recibirá el nombre de sílaba tónica, mientras que esta fuerza de voz que la caracteriza será conocida como el acento.
Así mismo, los diferentes autores distinguen entre dos tipos de acento, cuya diferencia esencial será la presencia o ausencia de algún signo en la palabra: por consiguiente, la teoría señalará que el Acento ortográfico será aquel representado a través de un signo llamado tilde (´) –nombre por el cual también se identifica este tipo de acento- y cuyo principal propósito será señalar la silaba tónica. En contravía, el acento prosódico existirá solo en la pronunciación, siendo entonces la mayor energía de voz que pesa sobre la sílaba tónica.
Acento diacrítico
Por su parte, el Acento diacrítico será visto por los distintos autores como un tipo o una clase de Acento ortográfico, cuyo principal propósito es servir de ente diferenciador entre pares idénticos de palabras, a fin de evitar posibles ambigüedades dentro del texto. Sin embargo, desde el año 2016, la Real Academia Española de la Lengua fijó posición sobre este asunto, especificando que en el caso de pares homónimos de palabras, estas se diferenciarán a través de un acento diacrítico, sólo y solo si –en el ámbito del Habla- una de ellas átona, mientras que la otras es átona.
Monosílabos diferenciados a través del Acento diacrítico
Teniendo presente estas definiciones, quizás entonces sí sea mucho más sencillo entender el por qué algunos monosílabos –siendo además este el único caso en el Español en el cual se acentúan las palabras monosílabas– llevan acento y otros, no. A continuación, los ocho monosílabos del idioma Español que son diferencian a través de la presencia del acento diacrítico:
De / Dé
En el Español, existirán dos formas para el monosílabo “de”, las cuales una será átona (de) cuando se trate de una preposición, y otra tónica (dé) en caso de que sea una conjunción del presenta subjuntivo del verbo dar. Sin embargo, puede que lo mejor sea ver cómo se forman frases con cada una de ellas, a fin de ver cómo cumplen distintas funciones gramaticales:
De (preposición) → “De nada, lo hice con todo gusto”.
Dé (verbo) → “Cuando te dé el número telefónico, por favor, pregunta también cuál es el horario de atención.
El / Él
Así mismo, en el Español, existirán dos formas distintas para la partícula “el”. El primer caso, cuando se trate de su forma átona “el” se estará entonces en presencia de un artículo determinado masculino y singular. En segunda instancia, su forma tónica “él” cumplirá la función de pronombre personal. A continuación, sus correspondientes funciones gramaticales:
El (artículo) → “El diario destinó la primera página para la noticia”.
Él (pronombre personal) → “Seguramente le pasó algo a Juan. Él nunca llega tarde sin una razón”.
Mas / Más
Por su parte, en el idioma Español, también existirán dos formas diferentes para el monosílabo “mas”, el cual contará con una forma átona (mas) que fungirá como conjunción adversativa, siendo equivalente a pero, así como una forma tónica (más) que por su parte funciona como un Adverbio comparativo. Seguidamente, cada una de las distintas frases que se pueden componer en base a las distintas categorías gramaticales a la que pertenecen cada uno de estos monosílabos:
Mas (conjunción adversativa) → “Ella quiso renunciar, mas no se atrevió a defraudarle”.
Más (adverbio comparativo) → “Camilo es más alto de Juan”.
Mi / Mí
En cuanto al monosílabo “mi” contará en el Español igualmente con una forma átona (mi) la cual cumplirá las funciones de un adjetivo posesivo, mientras que su forma tónica (mí) será identificada como un pronombre personal. A continuación los ejemplos surgidos de cada uno de ellas:
Mi (adjetivo posesivo): “Por favor, ven a mi casa en cuanto puedas”.
Mí (pronombre personal): “A mí me parece la mejor idea que se te ha ocurrido en toda tu vida”.
Se / Sé / Sé
En el caso del monosílabo “se”, el Español distinguirá entre dos formas tónicas: “sé”, cuando este monosílabo cumple con la función gramatical de representar el presente indicativo del verbo saber; o “sé” el cual funge como imperativo del verbo “ser”. Por otro lado, la forma átona de este monosílabo (se) se erigirá como un pronombre personal, que puede ser tanto dativo como acusativo, así también como recíproco o reflexivo. Entre los distintos ejemplos de cada forma, se encuentran los siguientes:
Sé (presente indicativo “ser”) → “Yo sé que lo mejor será dejar pasar el tiempo”.
Sé (imperativo del verbo “ser”) → “Por favor, sé siempre honesto conmigo”.
Se (pronombre personal) → “Camilo se fue al colegio muy temprano en la mañana”.
Si / Si / Sí / Sí / Sí
Igualmente, en el Español, podrá encontrarse cinco formas para la partícula “si”, la cual en caso de presentarse en su forma átona (si) estará ejerciendo la función gramatical de conjunción, además de sustantivo, en el caso de la nota musical si, mientras que cuando se trata de su forma tónica (sí) podrá ser interpretada de tres maneras distintas: en primer lugar, como un adverbio afirmativo; así mismo, la forma “sí” podrá ser entendida como un pronombre preposicional reflexivo de tercera persona; y finalmente como un sustantivo, cuya función es indicar una afirmación. A continuación, un ejemplo de oración correspondiente a cada una de estas formas y funciones gramaticales:
Si (conjunción) → “Si las ventas continúan así, podremos aprobar el aumento”.
Si (sustantivo) → “Después de “la” viene “si”.
Sí (adverbio afirmativo) → “Sí, fui yo quien hizo la llamada”.
Sí (pronombre preposicional réflex.) → “Él lo hizo por sí mismo”.
Sí (sustantivo) → “Esperó un año antes de que ella le diera el sí”.
Te / Té
Con respecto a la forma “te”, esta partícula cuenta igualmente con dos formas: una átona, que ejerce la función de pronombre personal átono; y una forma tónica, en donde cumple la función de sustantivo, al referirse a una planta específica, que es tomada en forma de infusión. Entre los ejemplos que se pueden conseguir para cada forma, se encontrarán los siguientes:
Te (pronombre personal) → “Te busqué por toda la universidad antes de llamarte”.
Té (sustantivo) → “El mejor té de la tienda es el té de naranja”.
Tu / Tú
Finalmente, otro de los monosílabos que cuenta con dos formas distintas es la partícula “tu”, la cual puede encontrarse en su forma átona (tu) destinada a cumplir las funciones de un adjetivo posesivo, mientras que su forma tónica (tú) servirá como un pronombre personal. A continuación, un ejemplo de cada una de las frases que puede contenerlas:
Tu (adjetivo posesivo) → “Lo mejor será que te vayas para tu casa”.
Tú (pronombre personal) → “Tú eres el indicado para cumplir con esa tarea”.
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