Un perro es uno de los animales más amorosos y amistosos de todos. Por ello lleva el título del “mejor amigo del hombre”. Pero aun así, hay mucha gente a quienes no les agradan y no sólo eso, sino que por varios errores que los propietarios cometen, hacen que algunos puedan llegar a detestar tu peludo. Por eso es necesario conocer aquellas fallas, para evitar que el perro sea aborrecido. Veamos:
No se tiene control de la mascota
Teniendo en cuenta que una parte de la población general nos gustan de los perros, mucho peor es cuando se encuentran con alguien que no puede controlar su canino y eso les ocasiona o más repulsión, o más miedo que genera más desagrado, al notar un aire de irresponsabilidad en el propietario, por sacar el animal sin saberlo domar. Un perro grande suelto y mal entrenado, puede causar graves daños.
Llevarlo a lugares inapropiados
Para no tener conflictos en la vida, los sabios recomiendan siempre ser pertinente en cuanto tiempo, lugares y personas. Todos quisieran llevar consigo a su perro, sin importar dónde vayan, pero no es algo acertado ya que en diversos sitios son prohibidas las mascotas. Ahora con la tecnología, es factible saber en qué sitios los canes son bienvenidos. Sólo basta con buscar los pet friendly de la zona que se desee visitar.
Dejar que el perro ande a su voluntad y sin correa
Algunas personas tienden a confiarse en que su perro está bien educado y que no necesita correa para mantenerse cerca y con un comportamiento moderado. Pero la mayoría de veces esto no es así y resultan orinándose donde no deben, así como espantar a quienes les temen. Ya cuando uno los pretende llamar y dominar, ellos parecen ignorar cualquier orden.
Porque ladra demasiado
Cuando un perro se acostumbra a ladrar por todo, puede fastidiar a varias viviendas alrededor, en especial en las horas nocturnas. Por eso, para evitar molestias a los demás e inclusive a sí mismo, lo más indicado es educarlo para que ladre cuando es debido.
Si invade el espacio personal de los demás
Si cerca de nuestro amiguito existen personas que casi no quieren los perros, cuando éstos invaden los límites de la privacidad, como por ejemplo subirse en sus camas, entrar a sus habitaciones, acercarse al comedor, al baño, etc, lo más seguro es que tengan una excusa más para sentir desprecio por estos animalitos.
Los perros deben ser enseñados desde cachorros, a relacionarse correctamente con la gente y más, si son varios individuos bajo un mismo techo.
No recoger sus excrementos
Esto ha llegado a causar serias disputas entre vecinos y gente en las calles. Es muy normal ver cómo alguien de una vivienda cercana no quiere para nada a nuestro perro. Y es que si revisamos bien, lo más seguro es que le habrá dejado un regalito en la puerta. Es necesario llevar consigo una o varias bolsas y siempre estar pendiente de sus necesidades y estar dispuesto a limpiar.
Se comporta pésimo en el parque y en la calle
Cuando se saca y le cuesta mucho aprender a comportarse, suele lanzarse a jugar y pelear con otros perros, cosa que les molesta mucho a sus dueños y si la cosa es frecuente, podría volverse el perro más impopular de la zona.
No responder por las acciones de la mascota
Hacerse el de la vista gorda y no reponer cualquier daño o perjuicio que haya causado el peludo, como por ejemplo que haya atrofiado las flores o el jardín de los vecinos y quedarse así, sin más, como si nada hubiese sucedido. Esto es una acción que podría irritar bastante a los afectados. Lo correcto es reemplazar lo dañado y llegar a un acuerdo de arreglo.
Si el caso sucedió dentro de la misma casa, como que se haya comido un zapato de alguien, lo indicado es comprarle unos nuevos. Es necesario comprender que un animal doméstico es como si fuese un hijo menor de edad, por quien hay que responder por cualquier acción que vulnere los derechos de los demás, en algún sentido.
Responsabilidad es la clave principal para que no se presente ningún inconveniente o altercado con alguna persona.
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