Tal vez sea conveniente, antes de abordar la definición de Mutabilidad del Signo Lingüístico, sea pertinente pasar revista sobre algunos conceptos, indispensables para entender la naturaleza de este atributo lingüístico.
Definiciones fundamentales
En este sentido, puede que sea necesario revisar entonces las definiciones de Lenguaje y de Signo Lingüístico, por ser estas las entidades y dimensiones lingüísticas en donde tiene lugar la existencia del atributo de la Mutabilidad del Signo Lingüístico. A continuación, cada uno de estos conceptos:
Lenguaje
Con respecto al Lenguaje, éste ha sido definido por la Lingüística como su principal objeto de estudio. Así mismo, esta disciplina ha señalado que el Lenguaje es un sistema de signos lingüísticos con valor diferenciador, es decir, que el valor de cada uno de ellos se da según se opongan a los otros signos que conforman el sistema. Por otro lado, el Lenguaje es visto también como un sistema de signos lingüísticos, de carácter dicotómico, en donde se pueden hallar dos dimensiones, que se oponen y se requieren mutuamente, y que son definidas de la siguiente manera:
- Lengua: esta entidad ha sido definida a su vez como la dimensión donde se encuentran todas las reglas y mecanismos por los cuales se rige y funciona una Lengua. En cuanto a sus características propias, la Lingüística ha señalado que la Lengua puede ser descrita como una dimensión intangible, colectiva, inabarcable, no dinámica e inmutable.
- Habla: por su parte, el Habla ha sido explicada por la Lingüística como la dimensión concreta del Lenguaje, así también como la realización tangible de una Lengua por parte del hablante. En referencia a sus características, el Habla –a diferencia de la Lengua- es descrita como una dimensión tangible, individual, abarcable, dinámica y mutable.
Signo lingüístico
En otro orden de ideas, también se hace pertinente pasar revista sobre la definición de Signo lingüístico, el cual es explicado por las distintas fuentes como una entidad lingüística compuesta en su estructura por la unión de una imagen mental (Significado) y una imagen auditiva (Significante) los cuales se oponen y necesitan mutuamente, dándole al Signo Lingüístico el carácter de entidad psíquica dicotómica. Por otro lado, la unión que existe entre un Significado y un Significante no cuenta con una motivación, es decir, que no puede considerarse como una consecuencia natural, de ahí que el Signo Lingüístico sea considerado también como arbitrario, pues dicha relación entre concepto e imagen auditiva ha sido el producto de una evolución lingüística, y el resultado de convenciones sociales. Sin embargo, quizás sea necesario revisar de forma un poco más amplia las entidades psíquicas que constituyen al Signo Lingüístico:
- Significado: este es definido por la Lingüística como una de las dos entidades psíquicas que conforman el Signo Lingüístico. Es visto también como una imagen o concepto mental, sobre un objeto o idea de la realidad, es decir, si se toma en cuenta un objeto, por ejemplo, una taza, se podrá ver que existen muchas tazas diferentes en el mundo, las cuales varían según su tamaño, forma, colores o capacidades. No obstante, los hablantes tienen también una imagen mental de la taza, la cual no apunta a esas diversidades, sino a una abstracción o concepto: recipiente hueco para beber líquidos, que cuenta en uno de sus laterales con un asa. Esa abstracción es conocida como Significado, y se encuentra unida siempre a un Significante.
- Significante: en el lado opuesto, se encontraría el Significante, el cual refiere a una imagen auditiva. En el caso del Significado taza entonces éste se encontraría ligado con la imagen auditiva [taθa. Sin embargo, es necesario entender que el Significante no es en sí mismo una palabra o forma tangible, sino una huella acústica o auditiva que se activa frente a la forma, y que de inmediato se relaciona entonces con el concepto o Significado al cual se encuentra unida, y junto al cual constituye el Signo Lingüístico.
Mutabilidad del Signo Lingüístico
Teniendo presentes estas definiciones tal vez sí resulte mucho más sencillo entender a qué apunta la Mutabilidad del Signo Lingüístico. A pesar de que esta entidad lingüística, así también como la Lengua son entendidas como dimensiones inmutables, puesto que su arbitrariedad y carácter hereditario e impuesto hace que en ella no se produzcan grandes cambios, lo cual además asegura su perdurabilidad en el tiempo, también es cierto que si una Lengua o los Signos lingüísticos que la conforman no sufrieran algún tipo de cambio, en su evolución histórica, se hablaría entonces de una Lengua muerta.
Es precisamente en este espacio en donde cabe el atributo de Mutabilidad, puesto que aun cuando la Lengua en su totalidad no cambia, ni los cambios que sufren son radicales o tan frecuentes, que pueda considerarse una entidad dinámica, sí suceden algunos que permiten que pueda considerarse una entidad viva. En el caso del Signo Lingüístico, este también sufre cambios, aun cuando son mínimos y no tan comunes, de ahí que sea considerado también como una entidad psíquica inmutable. Los cambios que ocurren en el Signo Lingüístico son llamados también desplazamientos, y consisten básicamente cuando un Significado deja de estar relacionado con un Significante, para establecer dicho nexo con otra imagen auditiva, a través de un proceso que se denomina específicamente desplazamiento del significante. Un ejemplo de esto puede ser el cambio que sufrió el significante fōti (pies) en la lengua anglosajona, en donde cambió primero a fēt, y luego a feet, en el inglés moderno. De esta forma, la imagen mental de pies fue uniéndose a otros significantes, en la medida en que estos fueron desplazándose, constituyendo entonces una mutabilidad en el Signo Lingüístico.
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