El Pensante

Perder una mascota es más doloroso de lo que se pensaba

Animales sorprendentes - diciembre 1, 2019

Si preguntamos a cualquier persona que tenga una mascota, cómo se siente tener esa compañía tan especial y de seguro dirá que es algo genial y grandioso. No hay como llegar a casa y ser recibido con una fiesta como lo hace un perro con su amo, incluso si la salida tan solo fue de cinco minutos, los peludos siempre estarán con toda su atención en la puerta.

Son muy juguetones y suelen ser la alegría de la casa. Si hay niños, son el complemento perfecto y el ambiente se torna de mucho amor y alegría. Aún en momentos difíciles, las mascotas siempre levantan el ánimo y hasta ofrecen cálidos abrazos y uno que otro lengüetazo. Pero todos esos son los detalles que al momento de partir el animalito de este mundo, de la alegría llevan a una terrible nostalgia y sufrimiento.

El dolor puede llegar a ser tan intenso, que podría asemejarse a la pérdida de un ser humano querido. Así afirman los especialistas en Psicología. Veamos en seguida el estudio que se realizó sobre el particular:

Decir adiós

Obviamente, debido a los numerosos detalles afectuosos y positivos que ofrecen las mascotas a sus amos, se produce el sufrimiento intenso al notar que se acabó y que ese amigo partió para siempre. Ya no estará ahí en la puerta esperando fielmente, para luego saltar y hacer toda una algarabía. Perder a ese compañero peludo, puede llegar a ser un evento sumamente traumático.

Algunas personas desdeñan y hasta se burlan del dolor que alguien pueda experimentar por el fallecimiento de su gato, perro, loro, hámster o cualquier otra mascota. Pero el asunto, más allá de la perspectiva emocional, atrajo la mirada científica y se efectuaron varias investigaciones profesionales al respecto, para identificar el grado de tristeza que puede llegar a sentirse ante una circunstancia de este tipo.

Pero, ¿acaso es posible medir un sentimiento? ¿Cuánto podría doler?

Con el objetivo de identificar el nivel de daño psicológico de una persona al perder su mascota, el “Departamento de Psicología de la Universidad de Nuevo México” llevó a cabo una serie de entrevistas y encuestas a personas con animales de compañía, acerca de sus emociones luego del deceso de sus amiguitos. En un 100%, todos dijeron que el dolor fue intenso y difícil de sobrellevar.

En Hawái, expertos psicoanalistas quisieron sumarse a las investigaciones sobre este tema tan complejo. Dentro de sus análisis, han llegado a concluir que en varios casos, el dolor por la partida de la mascota puede llegar a extenderse en el tiempo aún más que el sufrimiento por el duelo de una persona querida.

Hay quienes dicen que realmente no se pueden comparar esas dos terribles emociones negativas, las del duelo por la gente y las del duelo por los animales. Ambos impactan profundamente en la psiquis, pero todas las investigaciones también llegaron a la conclusión, de que entre una persona y su mascota se genera un vínculo muy peculiar, una conexión íntima muy parecida a la del alma gemela y es por eso que resulta un golpe muy duro al corazón.

Pensar en ese día inevitable, hace que se revuelque hasta el estómago, pero lo más importante es controlar la mente que es la que produce originalmente todo sufrimiento y vivir el presente, ahora cuando están vivas y a nuestro lado, disfrutar al máximo de su compañía y cuidarlas bastante para que nos acompañen por muchos años de nuestra vida y pasar momentos fenomenales.

Sin embargo, es necesario cooperar con lo inevitable y comprender desde un principio que ese día muy probablemente llegará. Varios psicólogos afirman que el sufrimiento efectivamente es como Buda lo describió: como una decisión y algo totalmente opcional, que perfectamente se puede modificar con la voluntad y comprensión.

Estamos en un mundo donde todo aparece y desaparece, fluye y refluye, vive y muere, sube y baja, etc. Si uno llega a asimilar esta verdad profundamente, verá la vida y la muerte como algo diferente y no doloroso, sino como parte de un proceso. De hecho, las mismas corrientes budistas afirman que tanto los animales como los seres queridos que fallen, regresan de nuevo a encontrarse con nosotros en esta y otras vidas, pero en otros cuerpos.

Imagen: pixabay.com