Colores de género
Desde muy jóvenes, inclusive desde niños, se ha impuesto como un dogma la necesidad de marcar las diferencias entre ambos géneros y que cada uno de ellos (géneros) conlleva ciertos gustos y preferencias que crean un sinfín de estereotipos, tan poderosos y dañinos que pueden afectar las decisiones que una persona tome: las mujeres no pueden ser ingenieras pues esa es una carrera para hombres o los hombres no pueden ser enfermeros esa es una carrera para mujeres, o los hombres no pueden usar maquillaje o si una mujer no se maquilla no es realmente femenina. Podría continuar con una perorata de clichés, pero es un hecho que a la hora de indagar más a fondo para encontrar la razón de esta separación resulta que nadie sabe con certeza el por qué de la respuesta. Pero podemos empezar por abrir un interesante debate: ¿por qué las niñas visten de rosa y los niños de azul?
Sí respondemos la pregunta anterior de una forma coherente y con argumentos, tendremos que aclarar el primer punto, la diferenciación por medio de los colores es un concepto cultural mas no genético, es decir, no todas las niñas gustan del color rosa y no todos los niños gustan del color azul. Según Jo B. Paoletti, historiadora de la Universidad de Maryland y autora de Pink and Blue: Telling the Girls From the Boys in America, los tonos pastel llegaron como tendencia en el siglo XIX, pero en ningún caso para definir género.
Cabe aclarar que éste tipo de visión respecto a los colores abarca el mundo occidental; en Oriente manejan otro tipo de perspectivas. Sin embargo, continuando con el quid del asunto, el uso de los colores para las niñas y niños es un concepto contemporáneo, pues en épocas antiguas a los pequeños se les solía vestir con réplicas en miniatura de la ropa de sus padres y no se hacía distinción de los colores o del género: hasta los cinco años los niños y niñas iban vestidos con un tipo de fajas y solo más grandes podían usar una indumentaria parecida a unas túnicas.
Vestidos de niños
La situación de los niños vino a cambiar más adelante gracias a la intervención de ciertos filósofos y pedagogos, como Frederiech Froebel, quien fue uno de los primeros en establecer que los niños son diferentes de los adultos, por lo tanto, se les debía tratar de una forma diferente y adaptarles vestimentas propias para ellos. Se siguieron usando como vestidos copias exactas de los trajes de los adultos, pero con mayor comodidad para que los niños se pudieran mover con más libertad.
Y después de un pequeño repaso histórico, más de uno de los presentes se preguntará: ¿en qué momento de la historia vino aparecer la tendencia de los colores? Pues bien, fue hasta bien entrado el siglo XIX que los tonos pasteles se pusieron de moda, pero sin designar un género específico. Se solía vestir a los pequeños en tonos blancos o amarillos, e inclusive todavía se pueden encontrar imágenes de niños vistiendo vestidos largos con boleros: solo hay que ver la imagen del presidente Franklin D. Roosevelt, quien se veía adorable con su vestimenta.
Franklin Delano Roosevelt vestido de rosa (y con el cabello largo)
Previo y durante la Primera Guerra Mundial, los tonos rosas y azules hicieron su primera aparición, pero su papel era totalmente opuesto: las niñas vestían de azul, pues este color era relacionado con la amabilidad, pureza y delicadeza: solo hay que observar la iconografía religiosa donde aparece María y el rosado (rojo en versión pastel) era para los niños, ya que representaba fuerza, energía y pasión.
Se construye el estereotipo
Con la llegada de la II Guerra Mundial, el concepto de color según el género como lo conocemos se instauró de mano de los Nazis, pues entre las filas los militares usaban una tonalidad de uniformes azules, asociando éste tono con los hombres y la fuerza en batalla. Por otro lado, también se tiene conocimiento de que a varios de los prisioneros homosexuales de los campos de concentración se les marcaban los uniformes con un triángulo rosado, observando un claro signo de homofobia y machismo al relacionar el color rosa con la homosexualidad. Curiosamente, antes de la guerra los niños alemanes vestían de color rosa, pero al coligar esta tonalidad con el homosexualismo los padres de los infantes empezaron a ver con sospecha tal color, quedando en el imaginario colectivo que el rosa es debilidad o de supuestos defectos y fue así como se asoció que la niñas u homosexuales fueran de rosa.
Ya pasados los años y gracias buenas estrategias de marketing, los colores protagonistas quedaron designados para los hombre y mujeres, conllevando con ellos discursos políticos y culturales. Ejemplo de ello es lo que sucede en Brasil: la ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, Damares Alves, aseguró que, con la llegada del nuevo Presidente, se inicia una nueva era de rosa para niñas y azul para niños.
Pero, como vimos en este artículo, el estereotipo de que las niñas van de azul y los niños van de rosa es poco más que el producto de una casualidad histórica y no tiene motivos de fondo o sustancia que lo hagan una norma estricta y definitiva como muchos lo parecerían creer.
Fuentes:
- https://www.rtve.es/noticias/20190105/nueva-ministra-mujer-familia-brasil-dice-ninos-deben-vestir-azul-ninas-rosa/1864020.shtml
- https://www.revistagq.com/moda/articulos/azul-para-chico-rosa-para-chica-bebe-historia/22417
- https://www.elpais.com.uy/vida-actual/estereotipos-genero-arraigados-anos.html
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