De acuerdo a sus biógrafos, fue en Holanda donde John Locke escribió algunas de sus obras más resaltantes, como su Ensayo sobre el entendimiento humano (1690), su Ensayo sobre el Gobierno y Una Carta sobre la Tolerancia, obras en las cuales plasma casi la totalidad de su visión filosófica y políticas, orientada hacia el pensamiento y la conformación del gobierno. Al día de hoy, muchos de sus planteamientos filosóficos y políticos siguen teniendo gran influencia, al tiempo en que son estudiados por aquellos que quieren adentrarse en el terreno de la Epistemología y el pensamiento liberal. A continuación, resulta pertinente entonces enumerar los principales postulados de este célebre filósofo británico:

Génesis de las ideas y proceso del entendimiento humano

Según los entendidos en el pensamiento de Locke, este filósofo basó su tesis sobre el entendimiento humano en las ideas de Descartes, sin embargo, en el desarrollo de su teoría se distanciaría de la visión innata que contemplaban los postulados de este último. Por contraparte, para John Locke toda forma de conocimiento proviene indiscutiblemente de la experiencia, percibida a través de los sentidos, por lo que son fruto de la observación, más que deducción acertada de la inteligencia humana, dando inicio al Empirismo.

No obstante, algunos detractores de esta teoría, señalan principalmente los límites que se establecen al considerar el conocimiento como producto único de la experiencia, pues de acuerdo a este enfoque, éste nunca podría estar más allá de los límites sensoriales y físicos de la experiencia.

Clases de ideas, de acuerdo a John Locke

En sintonía con la descripción del mecanismo de entendimiento y conocimiento humano, John Locke también describe distintos tipos de ideas, las cuales son concebidas como el objeto producido a través de la percepción y experiencia exterior. Así mismo, para el padre del Empirismo existen dos tipos de ideas fundamentales: simples y complejas, las cuales a su vez tienen características y subcategorías:

• Ideas simples: definidas literalmente como “átomos de conocimiento”, en base a las cuales se pueden originar ideas compuestas, al combinarse entre ellas. En este campo de ideas simples se pueden distinguir tres clases, de acuerdo a su origen: las que provienen directamente de la experiencia, aquellas surgidas después de un proceso de reflexión y aquellas que son una mezcla tanto de las ideas provenientes de la experiencia y la reflexión.
• Ideas complejas: por su parte, las ideas complejas son el resultado de la unión o combinación de dos o más ideas simples.

Noción sobre la existencia de la realidad

Igualmente, John Locke concibió que la realidad podía dividirse en tres grandes ámbitos: la existencia del yo, el cual podía ser percibido a través de lo que Locke denominó “certeza intuitiva”. Así mismo, se encuentra la existencia de dios, a través de la cual se puede tener noción de forma demostrativa, al percibir a través de los sentidos la obra de su creación. Finalmente, el tercer ámbito por medio del cual se puede tener conciencia de la existencia es a través de los cuerpos, los cuales pueden ser percibidos sensorialmente.

Pensamiento versus palabra

Así mismo, Locke expone también su teoría sobre la motivación que existe en el pensamiento y en el Lenguaje. De esta forma, para Locke, las ideas son naturales, pues son representaciones mentales de cosas existentes en el mundo, mientras que las palabras no, por prevenir de una convención. Para el padre del Empirismo, esto sería el caldo de cultivo perfecto para los malos entendidos, pues, la relación entre las palabras y las ideas no siempre tienen igual concepto para todos los individuos.

Límites del Conocimiento, según Locke

Para este filósofo inglés, el alcance del conocimiento humano es limitado, pues al depender de la experiencia, no siempre se puede vivenciar todos los acontecimientos, en cuyo caso debe emplear la presunción, a través de su juicio, a fin de abordar aquello que se desconoce. Sin embargo, esto supone límites también para la razón. Esto es la principal razón por la cual –según Locke- se debe renunciar a todo tipo de fe, pues no se puede creer en aquello que no se puede conocer. Así mismo, de este hecho se desprende también la obligación moral de ser tolerante, pues no se puede asegurar nunca quién es el dueño de la verdad.

Sobre el Gobierno Civil

Igualmente, John Locke destacó por su firme posición contra el absolutismo, pues para él asumir que Dios había hecho heredero a un hombre y su familia, para darle poder sobre otros, iba en contra del pensamiento que dictaba la igualdad de todos los hombres sobre la tierra. De acuerdo al pensamiento político de Locke los hombres nacen iguales y libres, como condiciones inherentes a su naturaleza.

Ley moral natural

En cuanto a cuál debía ser la sociedad política correcta, Locke plantea la existencia de una Ley moral natural, que hace a los hombres respetar los Derechos de los otros, aun cuando no exista por escrito en un papel. De esta forma, la conciencia inherente a la naturaleza humana rige el comportamiento entre los hombres, el cual estaría dirigido a respetar el derecho del otro a la libertad, a la igualdad, a disponer de los productos naturales que garanticen su supervivencia, así como el derecho a hablar, tener salud, bienes, y sobre todo el derecho a la vida.

Basado en esta Ley moral natural, las comunidades políticas que se establezcan deben velar igualmente por garantizar a sus miembros los Derechos humanos, basados en la libertad, la seguridad personal y el derecho a la propiedad.

Concepciones políticas

Igualmente, Locke plantea la existencia de un pacto social, por medio del cual los hombres reconocen la autoridad de las instituciones y gobernantes, a fin de que estos se comprometan a garantizas sus derechos. Pacto que se anularía de inmediato en el momento en que el mandatario pretendiera pasar por alto los Derechos de los ciudadanos, en cuyo caso es totalmente viable la insurrección. Así mismo, Locke plantea una sociedad en la cual el poder legislativo sea independiente y esté por encima incluso del ejecutivo, a fin de hacer cumplir la ley.

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