Una ciudad en medio de la catástrofe
El 26 de abril de 1986 ocurrió la que hasta el momento es la peor catástrofe nuclear en la historia de la humanidad. El cuarto reactor de la central de Chernóbil explotaría tras un sobrecalentamiento liberando 500 veces más gases radioactivos a la atmósfera que la explosión de Hiroshima. En total, se cuentan más de 30 muertos causados directamente por la explosión y más de 5 millones de personas que se vieron afectadas por la radiación causada por la misma.
La explosión se debió tanto a la ineficiencia de los sistemas de seguridad como a varios errores humanos que, en serie, llevaron a un sobrecalentamiento del reactor en un momento en el que los sistemas de seguridad se encontraban desactivados. Así mismo, los operadores de la central habrían retirado manualmente algunos de los sistemas de contención que podrían haber limitado la explosión, al menos hasta que hubiera tiempo de reparar el daño. Todo esto se hizo en medio de algunas pruebas sobre los sistemas automáticos de seguridad del reactor en caso de una explosión. Ah, la ironía.
La desaparición de Pripíat
Pripíat es el nombre de la ciudad que, construída en 1970, estaba destinada a alojar los trabajadores de la central nuclear de Chernóbil. Sin embargo, debido a una buena ubicación, buen sistema de transporte y un clima relativamente templado sufrió un rápido crecimiento superando, en 1986, las 40 mil personas. Para las épocas del accidente era un centro urbano intermedio, floreciente y cuyo acceso, al contrario del de otros centros militares importantes, no estaba prohibido. Sin embargo, tras el accidente tuvo que evacuarse en su totalidad y es hoy una ciudad fantasma llena de imágenes que evocan la horrible catástrofe.
Las cosas en esta ciudad siguen tal y como eran hace 19 años. Los juguetes siguen en los cuartos, los platos, en ocasiones con restos de alimento, sobre las mesas que las familias tuvieron que abandonar a la carrera. Incluso un parque de diversiones que jamás llegó a inaugurarse adorna el lúgubre aspecto de la ciudad fantasma. Pero no es solo esto lo que hace a Pripíat una ciudad tan interesante:
¿Quedan aún rezagos de actividad sobrenatural?
De acuerdo con varias versiones algunos eventos misteriosos estarían ocurriendo en las calles abandonadas de la ciudad. Algunos equipos especializados en la búsqueda de fenómenos paranormales se habrían encontrado con sombras, luces y susurros (que en ocasiones se convertían en voces fuertes) que se asemejan a ecos de las fechas del desastre y de la desesperación de los habitantes cuando se enteraron de que tenían que dejar atrás sus vidas. El equipo de Josh Gates (en un episodio de Destination Truth) habría detectado varios de estos fenómenos… con tan mala suerte que las alarmas de radiación los obligarían a abandonar repetidamente estos lugares.
Muchos interesados en la región afirman que existe una especie de simbiosis entre la radiación y los eventos sobrenaturales, y que la primera de alguna manera “alimentaría” la segunda. Esta relación estaría explicada por la abundante fuente energética que representa la radiación y que los entes no – corpóreos serían capaces de aprovechar. Por supuesto, son pocos los científicos que aceptan esta teoría pero no cabe duda de que tiene cierto sentido… y cierto encanto, si se me permite la expresión.
No fueron tantos los muertos de Chernóbil, por lo que resulta complicado establecer el origen de estos fenómenos, pero, con fantasmas o sin ellos, Pripíat presenta un ambiente que se presta para la especulación. Su aire misterioso, inundado de sustancias radioactivas, sin lugar a dudas presenta un escenario casi mágico. Y tú, ¿crees que efectivamente los ecos del pasado se escuchen, aún, en esta ciudad?
Fuente de imágenes: 1: leteosilencioso.files.wordpress.com, 2: unknownworld.co, 3: tejiendoelmundo.files.wordpress.com