Un proyecto macabro
Dentro de las acciones – generalmente cuestionables – de la inteligencia norteamericana durante y después de la guerra fría, hay una que resulta particularmente espeluznante. Iniciado en 1951, el macabro proyecto Artichoke tenía como objetivo el desarrollo de una herramienta para crear un “candidato de Manchuria”: una persona cuyas acciones pudieran ser controladas por la agencia… sin que esta lo supiera.
Repasemos. El término “Candidato de Manchuria” se originó con la novela de Richard Condon, publicada en 1959, en la que el hijo de una prominente familia de la política estadounidense sufre un lavado de cerebro que lo pone a las órdenes de terceros sin que se diera cuenta. El desenlace de la historia no es importante, cómo si lo es el hecho de que la CIA intentó por todos los medios convertir este terrible relato en una realidad… casi una década antes de que lo escribieran.
El objetivo inicial era generar una “doble personalidad” en un individuo. La persona tendría una vida normal sin darse cuenta de la existencia de un “alter” en su día a día, y este “alter” sería dominado por la agencia. Cuando esta lo decidiera, impulsado por un “desencadenante” que podría ser una imagen o un sonido, el alter realizaría una acción a su servicio (un robo, un asesinato, un atentado) sin que la persona se diera cuenta y, en la eventualidad de un futuro interrogatorio, no podría brindar ninguna información a sus captores. El proyecto, por supuesto, requería del desarrollo de avanzadas herramientas de control mental, las cuales no existían en aquel momento (y aún, que sepamos, no existen), y aquí es donde aparece el lado más oscuro de las investigaciones.
En la búsqueda del Candidato de Manchuria
La agencia, en sus esfuerzos por crear a un esclavo sin mente, no dudó en recurrir a una diversidad de métodos condenados unánimemente por, bueno, por todo el mundo. En sus experimentos (muchos de los cuales se realizaron en ciudadanos norteamericanos), con el objetivo de generar amnesia selectiva y estados de sugestión, se usaron elementos como la adicción forzada a la morfina, entre otras sustancias, con posterior retiro de la droga, el uso de terapia eléctrica y la administración de toda una plétora de químicos con el objetivo de desencadenar las acciones deseadas por la agencia. La hipnosis, considerada en primera instancia como la solución a los problemas, se dejó pronto de lado debido a su baja efectividad.
Los alcances de la Operación Artichoke llegaron a tal punto que uno de sus antiguos miembros murió bajo condiciones sospechosas siendo a su vez sujeto de estudio de otro proyecto: el Proyecto MK Ultra. Frak Olson, bioquímico estadounidense y miembro de la agencia, habría sido asesinado por temor a que revelara los secretos de la operación.
No sabemos con exactitud cuándo se canceló el proyecto Artichoke, pues al contrario que el proyecto MK Ultra, no hubo una revisión del gobierno norteamericano que revelara los secretos de la operación. Algunos afirman que se convirtió en el Proyecto MK Ultra en 1953, mientras que otros dicen que siguió como entidad independiente por al menos una década. Lo cierto es que si bien hoy tenemos acceso a muchos documentos que entonces eran clasificados, la CIA podría haber destruido todos aquellos que mostraran los alcances o los éxitos de la operación. Al contrario que con el proyecto MK Ultra, el lado más macabro del proyecto Artichoke jamás salió a la luz.
¿Creen ustedes que la CIA logró desarrollar estos métodos de control mental? ¿O consideran que es imposible controlar así la mente de una persona?
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