Yellowstone
Yellowston es uno de los parques naturales más icónicos de los Estados Unidos, pues fue el primero en ser creado en este país (en 1872) y uno de los más grandes en extensión (con casi 9.000 km2). Se considera el parque natural más antiguo del mundo, y se creó cuando los primeros ambientalistas, allá en los 1850’s, comenzaron a presionar al gobierno de los Estados Unidos para que evitara la destrucción de paisajes considerados “icónicos”. En el parque, además de declararlo como zona al margen de las actividades económicas, se prohibió la caza y las poblaciones animales comenzaron a repuntar.
Pero el gobierno, en algún punto, comenzó a desconfiar de los lobos. Estos magníficos animales eran un peligro para los visitantes y para el ganado de las regiones circundantes, y por esta razón se inició un programa en 1907 para su extirpación que llevó a la muerte de 1.800 de estos animales (y de 23.000 coyotes) entre este año y 1926. Para entonces estaba claro que no quedaban poblaciones viables, aunque ocasionalmente uno que otro animal aparecía en el parque.
Hoy por hoy es un consenso que este fue un error garrafal. Las poblaciones de uapitíes (grandes ciervos de América del Norte) se multiplicaron en ausencia de lobos, llevando a la erosión del terreno y la desaparición de muchas especies de árboles. El parque comenzó a degradarse rápidamente, al punto que las autoridades pronto tuvieron que autorizar la caza masiva de uapitíes para controlar la situación. Esto limitó el daño, pero no logró revertirlo.
En fin, tras un debate que comenzó en 1944 y duró 5 décadas, las autoridades de los Estados Unidos decidieron finalmente reintroducir el lobo a Yellowstone. Los resultados, al menos de manera superficial, fueron absolutamente magníficos.
Lobos cazando un uapití
El milagro de los lobos de Yellowstone
El primer impacto (y también el más evidente) fue la transformación en los números y los hábitos de los uapitíes, que pasaron de pasearse a sus anchas por todo el parque a esconderse de manera permanente de los lobos. Esto, a su vez, llevó a la reaparición de varias especies de árboles que prácticamente habían desaparecido de grandes áreas del parque.
También importante fue el impacto en la población de coyotes. En ausencia de lobos (sus más directos competidores) los coyotes se habían multiplicado en sobremanera, llevando casi a la extinción a los berrendos o antílopes americanos en el área. Así mismo, los zorros, que son predados por los coyotes, también eran muy escasos.
Con la llegada de los lobos la población de coyotes disminuyó de manera acelerada, llevando a la recuperación de los berrendos (demasiado rápidos para los lobos) y de los zorros (demasiado pequeños). Esto, a su vez, impactó especies más pequeñas, que fueron controladas por los zorros.
Pero el principal impacto en el paisaje se vivió con los castores. A medida que los árboles crecían, los castores pudieron retornar a los ríos, construyendo presas que comenzaron a controlar las crecidas y, junto con la creciente población de árboles, eliminar la erosión. Y es así, cuenta el relato ecológico tradicional, que los lobos salvaron Yellowstone y modificaron los ríos.
Pero algunos creen que este no fue el caso.
¿Hubo tal milagro?
Algunos biólogos que han estudiado de cerca el tema aseguran que los resultados no fueron tan excepcionales como se cree.
Por ejemplo: la reaparición de los árboles se aceleró tras la llegada de los lobos, pero fue de poca duración. A 24 años de la reintroducción las poblaciones de álamos y sauces siguen sin recuperarse pese a un descenso de 60% en las poblaciones de ciervos. Varios estudios parecen indicar que el comportamiento de los ciervos no se ha modificado tanto en presencia de los lobos, parece ser que debido al gran tamaño de los ciervos (capaces de defenderse si están en grupo) y la poca densidad de ambas especies.
En el caso de los sauces, un estudio a gran escala en Colorado reveló que las poblaciones no se habían recuperado porque los daños hechos con la partida de los lobos hace casi un siglo fueron permanentes. La ausencia de sauces limitó las represas de castores, lo que a su vez redujo el nivel freático del agua haciendo que las raíces de los árboles jóvenes no la alcanzaran. En la actualidad, aún con la presencia de los lobos (que permite a algunos brotes sobrevivir), la mayor parte de los sauces se secan.
Los castores han retornado lento a Yellowstone, aún tras la llegada de los lobos, y sin sus presas
no hay suficiente agua para los árboles jóvenes
Y esto es lo que argumenta Arthur Middleton, un biólogo que estudió de cerca el desarrollo de Yellowstone. Es cierto que algunas áreas se beneficiaron de la reintroducción de los lobos, pero también es cierto que la mayor parte del parque no sufrió cambios importantes. Los daños de expulsar a esta especie fueron gigantescos, y tomará siglos una recuperación exitosa del ecosistema, y el biólogo considera que es peligroso hablar como si todo fuera perfecto, porque hace a la gente creer que los problemas ambientales tienen soluciones rápidas.
Y resulta que no. En la actualidad, una trucha invasora está ocupando los ríos del parque y podría causar más daño que la ausencia de los lobos. Pero nadie está prestándole atención al tema.
Fuentes:
- https://www.nytimes.com/2014/03/10/opinion/is-the-wolf-a-real-american-hero.html?_r=3
- https://www.popsci.com/article/science/have-wolves-really-saved-yellowstone
- https://www.untamedscience.com/biology/ecology/ecology-articles/wolf-reintroduction-yellowstone/
- https://en.wikipedia.org/wiki/History_of_wolves_in_Yellowstone#Extirpation_(1872%E2%80%931926)
Imágenes: 1: visitgardinermt.com, 2 y 4: thehumanfootprint.wordpress.com, 3: yellowstonewolf.org