Del poder del sonido
De nuevo el tema del sonido. Ya hemos hablado aquí de la aparición de armas de Infrasonido y de su posible relación con las apariciones de fantasmas, así como del novedoso holograma sonoro. También dedicamos un post bastante detallado a la fascinante Conspiración de los 440 Hz. Pues bien, hoy hablaremos un tema que ha rondado por casi dos siglos y cuyos efectos sobre la mente humana aún están por comprenderse del todo. Se trata de los llamados “Tonos Binaurales”.
Es poco lo que se conoce sobre la comprensión humana del sonido. Pese a que es uno de nuestros sentidos más importantes, la audición suele ser subestimada en términos tanto de su potencial como de su importancia, y es realmente poco lo que sabemos sobre el impacto que determinados sonidos tienen en nuestro cerebro. En general se asume una postura muy relativista en la que el impacto de X o Y sonido tendrá una influencia determinada ante todo frente al contexto cultural.
Los Tonos Binaurales son una muestra del poder del sonido y un ejemplo que pretende sentar absolutos, esto es, efectos determinados sin mediar el contexto. Se trata de un fenómeno descubierto por Heinrich Wilhelm Dove en 1839 que involucra “engañar” al cerebro con frecuencias parecidas, pero ligeramente diferentes. Veamos:
Los Tonos Binaurales
El fenómeno es relativamente fácil de explicar. Consiste en poner dos auriculares a una persona, uno con una frecuencia, digamos, de 300 Hz y el otro con una frecuencia de 310 Hz. Al ser tan pequeña, la diferencia no es perceptible por el cerebro que siente los dos sonidos como si fueran el mismo.
Sin embargo, se genera un efecto bastante peculiar de “saltos” intermitentes, como si el sonido, en sí mismo, vibrara en altos y en bajos. Dicho efecto se puede sentir escuchando esta grabación con audífonos estéreo: si se retiran uno de los audífonos notarán que el efecto desaparece de inmediato y el sonido mantiene siempre el mismo tono.
Los tonos binaurales, entonces, son el efecto que produce en el cerebro el escuchar dos sonidos muy semejantes, más no iguales: son una especie de “ilusión acústica”, si me permiten la expresión. Para que el efecto se mantenga el sonido debe estar por debajo de los 1.000 Hz y la diferencia debe ser pequeña (con un máximo de 15 – 20 Hz), ya que de lo contrario el efecto desaparece y el cerebro entiende los dos sonidos como algo diferente. El llamado “Tono Binaural” está dado por la diferencia: si una frecuencia son 300 Hz y la otra 310 Hz, el Tono Binaural serán 10 Hz.
La “Respuesta de Seguimiento a la Frecuencia”
Conocida como Frequency Following Response en inglés, esta es una propiedad del cerebro que indica que cuando este órgano se encuentra expuesto a una longitud de onda determinada “sincronizará” sus propias ondas con las del emisor de manera parcial y por un tiempo determinado (cuestiones ambas cuya precisión aún está por determinar).
Esto significa que el cerebro podría manipularse desde afuera usando emisores de ondas para hacer que adopte un estado determinado. Esto, según las evidencias, no necesariamente estaría vinculado a ondas de radiación electromagnética (emitidas por el cerebro) sino que podría lograrse con ondas de sonido. Y ahí es donde aparecen los tonos binaurales.
El tema de la Respuesta de Seguimiento a la Frecuencia puede ser un tanto polémico, por sus implicaciones tanto como por sus postulados, y se tratará a profundidad en un artículo aparte. Bástenos aquí con el hecho de que algunos estudios le apuntan a una influencia de los tonos binaurales con la emisión de ondas en el cerebro.
Las ondas cerebrales
En general las ondas cerebrales se encuentran entre los 40 Hz y los 4 Hz, es decir, en gran medida por fuera del rango de la audición humana. Esto significa que los sonidos ordinarios difícilmente podrían influenciar las ondas cerebrales.
Pero volvemos al punto y es que los sonidos ordinarios no parecen ser los que tienen este efecto: son los tonos binaurales los que pueden modificar, al menos temporalmente, el funcionamiento del órgano supremo. Así, una diferencia de 4 Hz crearía una sensación equivalente en el cerebro y una de 40 Hz haría otro tanto.
Dependiendo de las ondas se puede determinar el “estado” en el que se encuentra la persona, desde un punto de actividad extrema vinculada a la ansiedad o, en sus variantes más extremas, al terror, hasta las ondas emitidas durante el sueño. Este sistema podría usarse para incrementar la energía, la concentración o para alcanzar estados profundos de meditación en el punto entre el sueño y la vigilia de acuerdo con la intensidad elegida.
Lamentablemente, encontré pocos experimentos orientados a este tipo de soluciones. Nadie indica, por ejemplo, si hay una diferencia en un tono binaural de 10 Hz si este se obtiene con frecuencias de 300-310 Hz o de 900-910Hz (diferencia que aunque en teoría es la misma, en términos de percepción es considerablemente menor). Tampoco queda claro si el efecto se alcanza con todos los sonidos por igual, si varía dependiendo de la diferencia o el tiempo de duración luego del tono.
En cualquier caso, el efecto ya ha sido demostrado, aunque algunos claman que se trató de un efecto puramente placebo. Sería interesante que algunos lectores buscaran videos con tonos binaurales y los pusieran a prueba sólo para ver qué efecto tienen.
Fuente de imágenes: 1: lamentiraestaahifuera.files.wordpress.com, 2: neetcurioso.com, 3: https://sonidosbinaurales.es/