La Historia «tradicional» El avance ordinario de la sociedad
La historia tradicional nos enseña que la civilización, es decir, la creación de sociedades complejas estructuradas en torno a la agricultura, con diferenciación social, establecimientos sedentarios y – en general – una religión organizada comenzó algunos milenios después del final de la última era del hielo, posiblemente en torno al milenio VII u VIII a. C.
En estos años los primeros exponentes de poblados organizados, agricultura sedentaria y sociedades estratificadas comienzan a aparecer en la zona conocida como Levante: la actual costa oriental del Mediterráneo donde quedan Israel, Jordania y la Península del Sinaí. El descubrimiento de estos primeros asentamientos hizo que la academia reformara una idea de larga data que afirmaba que el origen de la civilización estaba en Mesopotamia, y se dio hacia el milenio V.
¿Qué tanto podemos leer entre líneas?
Por su parte, teorías no académicas (principalmente, la relativa a los Annunaki, “alienígenas ancestrales”) proponen que la civilización humana ha pasado por una serie de etapas y que existen sociedades mucho más antiguas: algunas ponen una fecha de 10 o 20 mil años, otras, de varios centenares de miles. Estas teorías no son aceptadas por la academia debido, principalmente (se aduce) a la falta de pruebas arqueológicas y a lo que se conoce del funcionamiento de la sociedad.
Ante todo, está claro para los académicos que una sociedad desarrollada no puede haber vivido en el vacío. Se requiere que muchos grupos interactúen entre sí: no existen sociedades complejas, pequeñas, en medio de vastos mares de grupos nómadas, por ejemplo. Por esta razón se considera que la Atlántida es una leyenda, ya que no hay sociedades equivalentes a sus alrededores que de alguna manera podrían haber alimentado su desarrollo.
El revolucionario descubrimiento de Göbekli Tepe
Sin embargo, pese a su solidez teórica, en ocasiones la academia ha tenido que reconsiderar estos orígenes. Uno de los sitios más interesantes al respecto se conoce como Göbekli Tepe y está ubicado en Turquía, en la región suroriental de Anatolia. Consiste en una serie de construcciones de círculos, pilares tallados y pequeños portales que podrían haber estado rodeados de un poblado (aún por excavar).
Lo interesante de este sitio arqueológico es que sus orígenes se encuentran a principios del milenio X a. C. Y aún más impresionante, se calcula que las construcciones aledañas (que no han sido excavadas) podrían tener hasta 3 milenios más de antigüedad. Se supone, según lo que sabemos, que en este periodo la agricultura no se había desarrollado y en la región solo vivían grupos nómadas. ¿Pero cómo pudieron estos grupos edificar una construcción de esta magnitud?
La respuesta a esta pregunta es desconocida, pero amenaza con cuestionar todo lo que creíamos que sabíamos de este periodo de la humanidad. “Göbekli Tepe cambia todo”, dijo Ian Hodder, de la Universidad de Stanford, haciendo referencia a que al parecer los nómadas eran capaces de organizar sociedades más complejas y construir grandes monumentos. Pero entonces, ¿será esta estructura el templo más antiguo de la humanidad?
No es posible responder con certeza a esta pregunta, pues es mucho lo que no se ha descubierto de nuestro pasado. Pero vale la pena dejar en el aire este tema y pasar a aquellas teorías según las cuales la sociedad sería mucho más antigua de lo que creemos y no seríamos sino un último escalón, más globalizado, de estallidos que ocurrieron localmente en el pasado.
¿Existen sociedades complejas aún más antiguas?
La construcción insignia de estos lugares sería la pirámide. De acuerdo con la mayoría de estas teorías, las pirámides egipcias, orientales y mesoamericanas (así como los zigurats mesopotámicos) no serían sino los herederos de estas antiguas construcciones y los últimos exponentes de esta etapa de la civilización. Decenas de pirámides ancestrales, se sostiene, han sido halladas a lo largo y ancho del viejo mundo, demostrando así o bien que los grupos de cazadores recolectores eran extremadamente eficientes como construcciones, o bien que existían sociedades complejas en estos periodos.
Una coincidencia interesante es la teoría del “mito fundacional” compartida por prácticamente todas las sociedades, en las que un grupo de dioses llegó a la tierra a enseñar a los hombres como cultivar las semillas, tejer sus ropas o construir hogares y grandes monumentos. Estos dioses en ocasiones pertenecían a sociedades propias, lo que lleva a algunos a pensar que dichos contactos en verdad existieron y fueron construidos por la religión tiempo después, cuando muchos detalles habían sido olvidados. ¿Podrían ser civilizaciones ancestrales quienes “enseñaron” la civilización a los nuevos pobladores?
En estos artículos iremos retrocediendo en el tiempo de manera progresiva para encontrarnos con las pruebas que, supuestamente, justifican estas teorías y veremos las críticas que algunos investigadores hacen a estos descubrimientos. En el siguiente artículo comenzaremos por los descubrimientos de pirámides que podrían datar de tiempos muy anteriores a los de Göbekli Tepe, incluso del milenio XX a. C. Estas construcciones monumentales no solo serían mucho más grandes que el templo turco, sino que se habrían realizado en plena edad del hielo, cuando se supone que los humanos no solo eran cazadores – recolectores sino que ni siquiera habían conquistado la totalidad del planeta.
Fuente de imágenes: 1: kingsacademy.com, 2: tejiendoelmundo.files.wordpress.com, 3: csicop.org