Por lo general, cuando las personas piensan en Coliflor, lo asocian con preparaciones al vapor, ensaladas o a lo sumo pasteles bastante sanos. Sin embargo, casi nadie piensa en que esta planta puede ser también la base de deliciosos postres, como el Cremosito de Coliflor, propio de las tierras bolivianas.
Empero, antes de exponer el cómo debe realizarse su preparación, se revisarán algunos aspectos sobre la Coliflor, como por ejemplo su naturaleza, origen o propiedades.
La coliflor
En este sentido, se tendrá entonces que la Coliflor ha sido descrita, por las distintas fuentes botánicas, como una planta anual, que puede considerarse tanto dentro del género de la Brassicaceae, así como de la familia de la Brassica olerecea.
Con respecto a sus características físicas, la Coliflor puede ser descrita como una planta, que presenta una cabeza principal, conocida también por el nombre de pella, la cual se caracteriza por ser de textura carnosa, sabor suave y dulce, así como por tener color blanco, aun cuando en otras especies también se puede observar el color verde, amarillo y violeta.
Esta cabeza se encuentra presentada por un grupo de tallos y hojas, bastante gruesas, que por lo general no son empleadas a la hora de cocinar, y que casi siempre son desechadas, aun cuando en el siglo XX, se ha reconocido su gran valor nutricional, por lo que es destinada para hacer caldos de vegetales.
Historia de la Coliflor
Por otro lado, los historiadores han señalado que la Coliflor puede considerarse una planta crucífera, proveniente del continente asiático, en específico de aquellos territorios ubicados en Asia menor, así como en aquellos en donde posteriormente se ubicaron las naciones de Siria y el Líbano.
En cuanto a su producción por parte de la mano humana, los investigadores han llegado a la conclusión de que fueron los egipcios los primeros en cultivar la Coliflor, haciéndolo en el siglo VI a.C. Así mismo, los romanos fueron los responsables de llevar esta planta desde el mediterráneo orientas hacia Europa, aunque en esta época la planta no era usada como alimento, sino que era destinada a usos medicinales.
Pese a que llego a Europa antes, tardó hasta el siglo XVIII en llegar a España, último país europeo que tuvo conocimiento sobre la Coliflor. Desde este continente, también se trasladaría a América. Sin embargo, durante los últimos siglos, China ha sido la principal productora de esta planta.
Propiedades nutricionales
Así también, los científicos han señalado que la Coliflor puede ser considerada como un alimento lleno de nutrientes, entre los cuales por ejemplo se encuentran los Carbohidratos, las Azúcares naturales, las Proteínas vegetales, las Grasas y el Agua.
Además, la Ciencia destaca que en la Coliflor se pueden encontrar también gran cantidad de vitaminas, entre ellas las vitaminas B1 (Tiamina), B2 (Riboflavina), B3 (Niacina), B5 (Ácido pantoténico), B6, C y E, las cuales sobre todo protegen al cuerpo por su acción antioxidante, al tiempo que aseguran la salud del sistema nervioso central.
Igualmente, en la Coliflor se encuentra en su composición presencia de minerales, como por ejemplo el Calcio, Hierro, Magnesio, Manganeso, Fósforo, Potasio y Sodio, los cuales resultan esenciales para el funcionamiento del cuerpo humano.
Receta del postre Cremosito de coliflor
No obstante, sería injusto afirmar que la razón por la cual miles de paladares, alrededor del mundo, escogen la Coliflor como alimento, es simplemente su valor nutricional, puesto que esta planta de origen asiático cuenta con un delicioso sabor y una gran textura, lo que la puede convertir en un ingrediente estrella de numerosas recetas, como por ejemplo este postre, conocido como Cremosito de coliflor. A continuación, la receta:
Ingredientes
En primer lugar, y antes de comenzar la preparación de este postre, será necesario tener a disposición los siguientes ingredientes: seis (6) flores de una cabeza de coliflor / dos (2) huevos / diez (10) cucharadas de miel / dos (2) cucharadas de mantequilla sin sal / el jugo de dos (2) limones / una (1) cucharadita de fécula de maíz / media ( ½ ) taza de leche de almendras / una (1) cucharada de licor de piña / dos (2) cucharadas de crema de leche / dos (2) cucharadas de chocolate para decorar / media ( ½ ) cucharadita de ajonjolí / media ( ½ ) cucharadita de gelatina sin sabor.
Preparación
Cuando se tengan a disposición todos estos ingredientes, se comenzará entonces por tomar una olla, llevarla al fuego con agua, y diluir la miel en ella, hasta lograr un almíbar dorado. Cuando este líquido se encuentre hirviendo, entonces se agregarán las flores troceadas de coliflor, permitiéndoles que se cocinen por dos minutos.
Pasado ese tiempo, se sacan las coliflores, se dejan escurrir y enfriar, y se vuelven a sumergir por dos minutos en el almíbar. Esta operación tiene como objetivo que esta planta pierda su sabor original.
En un recipiente aparte, se deben colocar entonces las yemas, la leche, la maicena, la mantequilla, el jugo de limón y el azúcar. Se mezcla todo vigorosamente, y se lleva al fuego, permitiendo que la preparación se cocine lentamente. Así mismo, se coloca la coliflor –previamente procesado en una licuadora- en esta cacerola, así como el licor, y se va removiendo todo, para que no se pegue así al fondo.
Adicionalmente, a la preparación se agregan las claras, montadas en punto de nieve. Se mezclan con movimientos envolventes. Se lleva la masa a una copa, y se decora con crema. Se agregan por la superficie el ajonjolí. Se come frío o a temperatura ambiente.
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