Ryan y el viejo letrero de «Hollywoodland» que recordaba a la perfección pese a no haberlo visto nunca
De la reencarnación
Embebida en miles de culturas alrededor del mundo, la reencarnación es uno de los aspectos de la religión y la mística más antiguos y precede seguramente a ideas como el cielo o el infierno. Es apenas natural que en medio del eterno ciclo de la vida y la muerte muchos comenzaran a vincular unas con otras y a suponer que las almas, eternas en el mundo, sólo cambiaban de cuerpo y jamás abandonaban del todo esta realidad.
Pero además de la idea – por lo demás natural – existen centenares de casos (y seguramente miles no documentados) de pequeños que afirman el tener recuerdos de momentos que no pueden ser de su infancia. Memorias en las que aparecen con personas desconocidas, en lugares desconocidos, muchas veces vistiendo trajes desconocidos. Visiones que terminan por vincularse, necesariamente, con las de la vida de otra persona.
A veces se trata de recuerdos esporádicos, más semejantes a déjà vu’s que a verdaderas imágenes del pasado. A veces, sin embargo, el detalle resulta impresionante. Y el asunto toma tintes sorprendentes cuando se pueden encontrar coincidencias con las vidas de personas pasadas.
Esto es precisamente lo que parece haber ocurrido en Muskogee, Oklahoma (Estados Unidos) en donde un niño afirma tener recuerdos de una vida pasada que parecen coincidir de manera bastante precisa con la historia de quien supuestamente habría sido su “yo” pasado.
Marty Martyn, la antigua identidad de Ryan Hammons
Ryan Hammons
A sus 4 años, Ryan Hammons comenzó a vivir sueños particularmente lúcidos, muchas veces acompañados de pesadillas. En estas apariciones veía aparecer ante sus ojos imágenes de lugares que no conocía, pero con los que sentía tener una cierta familiaridad, y de personas a las que creía querer… aunque nunca las hubiese visto. Originalmente asustado, mantuvo las apariciones en secreto por casi un año antes de revelar a su madre lo que estaba pasando.
Para cuando le confesó lo sucedido, a los 5 años, ya había recolectado una gran cantidad de datos relativos a su vida pasada. Su madre comenzó a pensar que era imposible que un niño de esa edad construyera una historia tan compleja de la nada: sus relatos pasaban por antiguos actores de Broadway con los que jamás había hablado, por lugares del mundo que no tenía modo de conocer… y por la clásica imagen de “Hollywood” que originalmente ponía “Hollywoodland”.
Sin embargo, el asunto tocó fondo un día que, hojeando un viejo álbum de fotos de Hollywood, Ryan vio una foto en la que reconoció a uno de sus amigos más cercanos… y junto a él a quien habría sido su yo en la vida pasada. A estas alturas, la mujer decidió contactar con un profesional: el Doctor Jim Tucker.
Este psicólogo había tratado varios casos semejantes en el pasado y, por lo general escéptico, había determinado en muchas ocasiones que se trataba de recuerdos inducidos por viejas fotografías y que la mayor parte de las veces los niños tenían acceso a más información del pasado de la que los adultos pensaban. Esto, con una imaginación boyante, bastaba para explicar muchos de los casos supuestamente inexplicables.
«George», identificado por el pequeño Ryan, junto a Marty Martyn
Pero desde el principio quedó claro que Ryan no era uno de estos casos. El personaje que habría reencarnado en él era Marty Martyn, un doble de Hollywood (posterior agente) con una historia absolutamente oscura del que poca – si alguna – información era pública en aquel momento. Y sin embargo, una cantidad impresionante de coincidencias comenzaron a surgir.
Ryan recordaba la calle Rock. Marty Martyn había vivido en la calle Rox. Ryan hablaba de 4 matrimonios y 3 hijos: los 4 matrimonios eran precisos, pero había un solo hijo, aunque parece ser que habría otros que no se formalizaron. Ryan hablaba de yates y de antiguas presentaciones de Broadway que resultaron existir y de las que Marty Martyn hizo parte.
Al final, siempre con un toque de escepticismo, el Dr. Tucker afirmó: hay que dejar la puerta abierta a explicaciones alternas cuando no queda ninguna razonable.
Fuente de imágenes: 1 y 3: losdivulgadores.com, 2: irishmirror.ie