Quizás lo más conveniente, antes de avanzar en la exposición de algunos remedios naturales que pueden ser útiles a la hora de hacer más llevadero el proceso de la Varicela, sea revisar de forma breve la propia definición de esta enfermedad viral.
La varicela
En este sentido, se puede comenzar por decir que la Varicela es definida de forma general por la Medicina como una enfermedad infecciosa, que se produce a causa del virus denominado Varicela-zóster, el cual es reconocido como perteneciente a la familia de los herpesvirus. Al ser una enfermedad viral, la Varicela es altamente contagiosa, por lo que una de las primeras medidas preventivas, al momento de detectarse en un individuo, es aislarlo, para evitar su propagación.
Por lo general, esta enfermedad suele presentarse en niños pequeños, entre uno y nueve años, período en donde ocurre sin mayores complicaciones. Sin embargo esto no quiere decir que no pueda presentarse en adolescentes o adultos, lo que sucede es que es menos frecuente, así como más riesgosa, ya que en ocasiones pueden presentarse complicaciones pulmonares, lo cual sí puede comprometer la vida del paciente.
Así mismo, las fuentes especializadas han referido que una vez que una persona ha sufrido Varicela en su infancia, como el virus que la produce es causante también del herpes zóster, y queda en latencia en el cuerpo, en la madurez puede verse afectado por esta segunda infección, la cual es conocida popularmente como culebrilla, considerada entonces como la reactivación del virus de la varicela. Esta infección aparece sobre todo cuando el sistema inmunológico de la persona se deprime, y se manifiesta con la aparición de lesiones o ampollas, generalmente en la espalda, las cuales además son bastante dolorosas. No existe tratamiento, y es contagiosa, trasmitiéndose por contacto directo con las lesiones cutáneas.
En cuanto a los síntomas de la varicela, infección conocida también como lechina, las fuentes médicas han señalado que una vez adquirido el virus, este pasa por un proceso de latencia, que puede durar entre 14 y 21 días. Luego, comienza a manifestarse como un cuadro gripal, en donde se pueden presentar fiebre.
En la segunda fase de la varicela, se presenta sobre la piel una erupción, denominada exantema macular autolimitado, que en ocasiones puede comprometer también las mucosas, y que en un tiempo de dos semanas pasa por las fases de pápulas, vesículas y por último en costras, que se desprenden solas. Estas lesiones cutáneas pueden dejar cicatrices, sobre todo si el paciente se ha rascado con las uñas, o no ha mantenido su piel hidratada.
Remedios naturales para la varicela
De acuerdo a lo que señalan las diferentes fuentes, no existe un remedio o cura específica para la varicela, puesto que simplemente se debe esperar a que el virus siga su evolución. Por lo tanto, lo único que puede hacer la Medicina es vigilar las posibles consecuencias y complicaciones que surjan.
En este orden de ideas, la Medicina natural también hace su aporte, indicando cuáles son los ingredientes naturales, que pueden ayudar a sobrellevar las molestias de la varicela, sobre todo aquellas ocasionadas en la piel. A continuación, cada uno de ellos:
Avena
Uno de los remedios naturales más eficientes a la hora de hidratar la piel o disminuir la sensación de picor, que pueden causar las lesiones cutáneas, es la avena. Para usarla, lo mejor será hacerlo en forma de polvo, el cual se agregará a tres litros de agua tibia. Se dejará reposar unos minutos, y luego se hará un baño con esta agua. Para obtener mejores beneficios lo mejor será realizarlo en una bañera, y dejar que la piel se hidrate durante media hora.
Leche de magnesia
Otro de los ingredientes que pueden servir para evitar el picor de las vesículas es la Leche de Magnesia. Para usarla, se deberá simplemente untarla en la piel, específicamente sobre las lesiones, o en donde se sientan las molestias, y dejarla secar. Luego de esto, la persona podrá darse un baño con agua tibia, y proceder a hidratar la superficie cutánea, con alguna crema neutra.
Agua de guisantes
Así mismo, el agua de guisantes verdes cuenta con propiedades que permiten que el picor, y sobre todo la sensación de hormigueo, sedan un poco, produciendo alivio. En consecuencia, también será necesario preparar agua de guisantes, para lo que simplemente se deberá calentar agua y hervir una libra de guisantes verdes, por al menos 15 minutos. Luego de dejar reposar un rato, se bañará el cuerpo de la persona.
Gárgaras de sal
En caso de que las pústulas invadan la mucosa bucal, una buena forma de reducir la inflamación, e incluso secar las lesiones que se producen, puede ser la sal marina, puesto que -según señalan las fuentes naturistas- cuenta con grandes propiedades antisépticas y cicatrizantes, lo que la hace idónea para ayudar a este proceso. Por consiguiente, lo mejor será hacer gárgaras de sal marina y agua tibia.
Agua de perejil
Igualmente, el agua de perejil puede ayudar a sobrellevar la sensación de picor y hormigueo. Una de las formas en que puede tomarse es en forma de té, lo cual tendrá un efecto sedante, así como antinflamatorio. No obstante, también se pueden hacer baños con el agua de perejil, lo cual igualmente tendrá un efecto refrescante.
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