En el ámbito de la dramaturgia universal, se conoce con el nombre de El círculo de tiza caucasiano (Der kaukasische Kreidekreis, según su título original en alemán) a una obra teatral, nacida de la célebre pluma del escritor Bertolt Brecht, entre los años 1944 y 1945, y que según la crítica parece estar inspirada igualmente en el cuento del escritor chino Li Xingdao, titulado a su vez, El círculo de tiza.
Historia de la obra
Con respecto a los datos históricos relacionados con el nacimiento de esta obra dramática de Brecht, las distintas fuentes señalan que El círculo de tiza caucasiano fue estrenada por primera vez, y siendo dirigida por el mismo Bertolt Brecht, en el año 1948, en el Nourse Little Theatre, ubicado en Minnesota, Estados Unidos. Así mismo, seis años después, en 1954, se presentó por primera vez en Berlín, en el Theater am Schiffbauerdamm, lo cual significó la primera oportunidad en que esta obra se llevó a escena en alemán, contando además con la actuación de la reconocida actriz Helene Weigel, quien cumplió con la responsabilidad de interpretar el papel principal.
Igualmente, la versión impresa de esta obra fue hecha por primera vez en 1949, como un reconocimiento a su autor, Bertolt Brecht, por la revista literaria Sinn und Form, con sede en Berlín. No obstante, habría que esperar todavía cinco años para que el mundo pudiese verla editada como parte de un libro, lo cual ocurrió finalmente en 1954, también en una publicación alemana. En cuanto a la Crítica universal, El círculo de tiza caucasiano es considerada una de las obras de Bertolt Brecht en donde más virtuosismo y talento dramatúrgico puede hallarse. Así mismo, ha sido señalada como una obra de gran belleza, llena de esperanza, lo cual difiere un poco del tono oscuro que caracteriza a este autor alemán, al tiempo que se reconoce como una obra de tendencia marxista, en donde se plante el problema de la tenencia de la tierra, y de cómo debe ser de quien la produce, no de quien ostenta sólo un título de propiedad sobre ella.
Resumen de la obra
En cuanto a su contenido, se podría decir –parafraseando a la Crítica teatral- que El círculo de tiza caucasiano de Bertolt Brecht es una versión moderna del pasaje bíblico sobre las dos madres que se pelean un hijo y la decisión que toma el rey Salomón para averiguar cuál es la verdadera. De esta forma, Brecht usa como escenario la Georgi soviética, así como la época de postguerra, en donde dibuja también dos grupos de koljoses, quienes se pelean a muerte el ser dueños legítimos de unas tierras.
La disputa sucede básicamente entre un grupo de agricultores -quienes defendieron en su momento las tierras, y que se quedaron sembrándolas y cuidándolas para producir alimento- y los ganaderos –que por su parte quieren recuperar las tierras que abandonaron, para seguir criando sus animales. En la querella salen victoriosos los agricultores, quienes habían planeado el uso de las tierras ganadas, a fin de construir una represa, así como extender sus cultivos de viñedos. Para celebrar, igualmente se dan a la tarea de representar una vieja leyenda de su Cultura.
En este sentido, la historia que los agricultores traen a escena relata la historia de dos mujeres que se disputaban un niño, y que empieza cuando en plena rebelión, los subversivos logran apresar y dar muerte al gobernador de la ciudad, Georgi Abashwili, mientras que su esposa, Natella, más preocupada por sus pertenencias materiales, logra huir con vestidos y joyas, pero no le da tiempo de volver por el hijo de ambos, Michael, quien apenas es un recién nacido, por lo que debe irse, salvando su vida, y dejando al pequeño.
Por su parte, Grusha, una humilde cocinera, al ver al niño abandonado, lo toma para sí, y lo lleva a su aldea, cuidándolo y criándolo con amor y sacrificio, además de los esfuerzos por ocultar su identidad, pues sabe que en aquellas circunstancias políticas, revelar la identidad del pequeño es condenarlo a muerte. Pasado algún tiempo, y siendo Azdak el nuevo gobernador, Natella regresa a buscar a su hijo, puesto que –a pesar de que la causa nunca es declarada públicamente por ella- lo necesita para poder cobrar la herencia que ha dejado su marido, el gobernador Georgi Abashwili, quien fue decapitado por los revolucionarios.
Sospechando que el regreso y reclamo de Natella tiene que ver más con interés que con amor, Azdak plantea solucionar salomónicamente la situación. De esta manera, ordena dibujar en el piso un círculo de tiza, en donde se colocará al pequeño, para que cada madre lo hale desde un extremo, resultando vencedora quien logre sacarlo. En la contienda, Natella resulta vencedora, pues Grusha evita hacerle daño al niño, por lo que no hala fuerte. Sin embargo, para sorpresa de Natella, Azdak concede la custodia a Grusha, pues es la que ha demostrado verdadero amor al niño, además de haberlo cuidado cuando la madre legítima lo abandonó, situación que vincula la leyenda al triunfo que ha obtenido los agricultores sobre las tierras que defendieron y cuidaron, cuando sus legítimos dueños se fueron.
Imagen: pintura «El Juicio de Salomón» del artista José de Ribera. / Fuente: wikipedia.org