El Pensante

Resumen de la visión mítica del mundo (El mundo de Sofía)

En este post podràs hallar un corto resumen, pero detallado, de la visión mítica del mundo de sofía.

El capítulo comienza cuando el narrador, le explica a Sofía qué es la Filosofía y su surgimiento en el año 600 antes de Cristo, como resultado de la motivación por comprender el origen y el porqué de la vida y el Universo.

Pero los mitos existen desde mucho atrás, antes de que surgiera la escritura. Y esos mitos intentan responder esas causas e interrogantes, pero los sabios filósofos griegos, promulgaban la necesidad de dejar de creer en las historias míticas.

En seguida, se adentran en una explicación profunda sobre la visión mítica del mundo, comenzando a analizar la mitología nórdica, en la que el dios Tor era el protagonista y de esas historias, provienen términos que hoy usamos como “trueno”, que significa “Torn mandando rayos en su carruaje tirado por dos machos cabríos”. De la misma manera, surgió toda una tradición en la agricultura vikinga, quien le rendía culto y veneración a Tor, a quienes catalogaban como el responsable de hacer llover.

Pero no sólo los vikingos agricultores adoraban a Tor, sino que esa deidad también era especial para los guerreros nórdicos, puesto que su poderoso martillo no sólo ocasionaba la lluvia, sino que además era un arma poderosa contra las fuerzas enemigas. Se creía que el guerrero que se alineaba con el poder del martillo de Tor, era invencible, especialmente en su lucha contra los trolls, a quienes hacía añicos con tal mágico instrumento. Todo esto era lo que los filósofos griegos se negaron a aceptar como razonable o lógico.

Debido a aquellos relatos míticos, se desencadenaron innumerables sacrificos humanos, que se realizaban en honor a las deidades, como por ejemplo en Noruega. Todo esto se hacía porque los humanos pretendían formar parte de la lucha incesante de la luz contra la oscuridad, el bien contra el mal, y creían que con sus sacrificios sangrientos le otorgaban poderes a los dioses, para que así pudiesen la gran batalla. En estas explicaciones, el narrador ilustra a Sofía varios mitos de Asgard y del Norte milenario.

Pero el maestro de la joven Sofía le aclaraba que todos estos relatos no eran porque sí, o fruto de la imaginación desbordada de las gentes, ni mucho menos de su ignorancia, sino que eran una respuesta codificada a las preguntas primordiales del ser humano.

Según sus explicaciones, los mitos van incluso más allá de creencias o intentos de respuestas trascendentales, a los usos de la magia y el poder. Es el caso de los mitos de la agricultura, que conllevaron a las personas a imitar el drama de esa historia en la vida real, con el fin de manipular las estaciones de la naturaleza y todos los procesos agrícolas.

Prácticamente, de estos mitos surgieron prácticas shamánicas o rituales ceremoniales, los cuales supuestamente producían efectos físicos considerables y poderosos. Pero no sólo los nórdicos contaban con una riqueza literaria de este estilo; los griegos también, antes de los filósofos. Todos esos siglos anteriores están llenos de mitos de dioses y héroes legendarios en Grecia, como Zeus, Poseidón, Afrodita, Hércules, Atenea, Dionisio, Heracles, Apolo, Hefesto, entre otros tantos.

Los grandes poetas griegos de la antigüedad, como Homero y Hesíodo, escribían demasiado acerca de su mitología. Y gracias a estos escritos realizados por ellos, los filósofos posteriores pudieron discutirlos y analizarlos al pie de la letra.

Uno de los argumentos de los primeros filósofos, para descartar las historias míticas en el hecho de comprender la realidad, es que los personajes divinales como los de Homero, se parecían mucho a los humanos y que eso daba para concluir que se trataban solo de creaciones imaginarias de algún individuo.

Uno de esos filósofos contradictorios a la mitología, fue Jenófanes, en el año 570 antes de Cristo. “la gente cree que los dioses han nacido y que tienen cuerpo, vestidos e idioma como nosotros. Los negros piensan que los dioses son negros ychatos, los tracios los imaginan rubios y con ojos azules. Incluso si los bueyes, caballos y leones hubiesen sabido pintar, habrían representado dioses con aspecto de bueyes, caballos y leones”, afirmaba cabalmente.

Sofía intentaba hacer esfuerzos para sacarse de la cabeza los conceptos que había aprendido en el Instituto y los que había adquirido de los libros de ciencias naturales y por el contrario, imaginar vívidamente los fenómenos naturales tal como son, como llover, el amanecer o el atardecer, para sacar sus propias conclusiones.

Intentaba experimentar ponerse en los zapatos de aquella gente primitiva que inventaban esos relatos, supuestamente, para explicar la naturaleza. Así fue que ella se inventó su propia historia pero al final, concluyó que era tan bueno el relato que había creado en su cabeza, que de no haber aprendido las nociones de ciencia en la academia, hubiera terminado por creer en sus fantasías.