En el ámbito de la Literatura histórica inglesa, se conoce con el nombre de Yo, Claudio (I Claudius, por su título en inglés) a una novela, nacida de la célebre pluma del escritor británico Robert Graves, la cual fue publicada por primera vez en el año 1935, gracias al trabajo de la editorial Arthur Barker.
Sobre la obra
De acuerdo a lo que señalan los especialistas en la carrera literaria de Robert Graves, la novela Yo, Claudio puede ser considerada su obra más importante, seguido de cerca por la continuación de esta historia, la cual fue plasmada en la secuela Claudio, el dios y su esposa Mesalina, publicada en el año 1935. No en vano, en el año 1976, la BBC, de mano del creador Jack Pullman adaptaron la historia contada por Graves a una miniserie televisiva, que se transmitió con gran éxito.
Así mismo, en cuanto a la relevancia que ha logrado la novela de Graves se encuentra su inclusión en la prestigiosa revista Time, publicación que la presentó como una de las cien mejores novelas publicadas en el mundo hasta el año 1935.
De forma unánime, la Crítica alaba cómo Robert Graves logra hilar una visión completa de la vida y gobierno de la Dinastía Julio-Claudia, desde el gobierno de Octavio Augusto hasta los últimos días de mandato de Claudio, antes de ser sucedido por Calígula.
Sin embargo, lo sorprendente de la narración de Graves es la revelación al occidente sobre la verdadera personalidad y esencia de Claudio, un emperador que hasta el momento de su reinado, el cual casi se dar por casualidad política y genealógica, había permanecido apartado de la sociedad por su familia, quien debido a las secuelas de una fuerte meningitis, que lo había dejado cojo y tartamudo, era considerado una persona con discapacidad, lo cual lo protegió durante años de una estirpe asesina, en donde la ambición por el trono era el principal móvil para eliminar del camino a quien se interpusiera.
Sin embargo, Robert Graves, quien tuvo oportunidad de conocer al verdadero Claudio, a través de su lectura de Suetonio, deja en evidencia cómo realmente Claudio fue siempre un erudito clandestino, quien se escondió en su aparente imposibilidad intelectual, pero que en secreto fue un historiador minucioso, que logró escribir en griego –lengua que creía perduraría por los siglos como la lengua literaria universal, por encima del Latín- una autobiografía, actualmente perdida, y que en su momento, según señalan las fuentes históricas, llegó a tener en realidad ocho largos libros, en donde Claudio anota los acontecimientos que vivió el imperio romano desde el principado de Augusto hasta la desgracia representada en Calígula.
En cuanto al impulso que hizo a Graves escribir esta historia, más allá de su propia sorpresa al descubrir la verdades personalidad de Claudio, se encuentra un hecho anecdótico reflejado en varias fuentes, el cual habla sobre la aparición de este personaje histórico en un sueño de Graves, en donde el antiguo emperador romano le pedía el favor de que escribiera su historia, para que el mundo tuviese la oportunidad conocerla.
Resumen de Yo, Claudio
No obstante, en cuanto a los hechos puntuales de la novela de Robert Graves, esta tiene como argumento la visita que hace Claudio a la ciudad griega de Cumas, en donde en un encuentro con una sibila, esta le da una profecía, en donde le muestra a Claudio cuál sería el destino de los Césares que gobernarían roma. Es así como Claudio puede ver el destino de Roma y de su familia, así como su propio mandato, e incluso la destrucción de Roma en manos de Nerón.
La novela de Robert Graves es también la oportunidad de este autor por introducir muchas explicaciones sobre giros lingüísticos latinos, el origen etimológico de varias palabras, así como algunas de las más representativas costumbres romanas. Una oportunidad para que el Occidente actual conozca una de las civilizaciones que le sirvió de cuna: el Imperio romano.
Imagen: retrato del emperador romano Claudio, expuesto en el Museo Nacional de Arqueología de Tarragona. / Fuente: flickr.com