Trascendencia de la obra

De acuerdo a lo que han señalado los diferentes críticos, la historia contada en la novela La muerte llama al arzobispo puede considerarse como una historia basada en la vida del sacerdote católico de origen francés, Jean-Baptiste Lamy, quien se convirtió en el arzobispo de Santa Fe, Nuevo México, una vez que esta región pasó a ser parte del territorio de los Estados Unidos, luego del año 1846.

Así también, la mayoría de las fuentes coinciden en señalar La muerte llama al arzobispo como una crónica parcial o una crónica de ficción sobre la historia de la construcción de la Basílica Catedral de San Francisco de Asís, y todos los esfuerzos económico, religiosos, pero sobre todo culturales que tuvo que afrontar la iglesia, en especial el arzobispo Jean-Baptiste Lamy.

Igualmente, esta novela es reconocida como una fuente de importantes referencias, tanto históricas como culturales. En este sentido, algunos especialistas señalan cómo en sus páginas tienen presencia importantes figuras de la Iglesia católica, como por ejemplo el papa Gregoria XVI, el apóstol Pablo, o el propio San Agustín de Hipona. De igual forma, se nombran momentos históricos, como la guerra sucedida en Italia, o importantes obrar de las artes occidentales como piezas compuestas por Verdi o Bach; pinturas hechas por El Greco, Rafael o La Tour, o incluso referencias literarias propia de Pascal, Cooper o Madame de Sévigné, entre otros.

De hecho, quizás son estas numerosas referencias históricas y artísticas, así como su propia estructura y narrativa, la que han hecho que esta novela haya sido catalogada en el año 2005, por la revista Time, como una de las mejores cien novelas, escritas en lengua inglesa, desde el año 1923. Por igual, la Modern Library también incluyó esta novela en su prestigiosa lista de las 100 mejores novelas en inglés del siglo XX. Entre otro de sus reconocimientos está la de haber sido catalogada como la Séptima mejor novela del Oeste escrita en el siglo XX, honor otorgado por los escritores del oeste de los Estados Unidos.

Resumen de la obra

Con respecto a su contenido, básicamente se puede decir que la novela La muerte llama al arzobispo refleja el largo viaje emprendido por el obispo francés Jean Marie Latour, y su vicario, también francés, Joseph Vaillant, hacia Nuevo México, territorio recién agregado a Estados Unidos, y al que se dirigen con el fin de lograr tomar el poder de la diócesis de esta región.

De esta manera, Latour, quien es retratado por Willa Cather como un religioso educado, culto, intelectual y reservado, y su acompañante Vaillant, quien en cambio es descrito como mucho más arrojado y valiente que su superior, parten desde Sandusky, Ohio, rumbo hacia Nuevo México, en un viaje que se extenderá cerca de un año, y que llevará a estos religiosos a ver y experimentar recónditos paisajes del territorio mexicano, ahora estadounidense, como por ejemplo los parajes que se extienden en las vías del tren que se orientan hacia el oeste, el paisaje fluvial que navegan para llegar por fin al golfo de México, y finalmente cumplir con parte de su misión.

Sin embargo, el largo e intrincado viaje será una muestra apenas de lo que a estos religiosos les espera en Nuevo México, cuando deban enfrentarse cara a cara con los religiosos que llevan años en estas tierras, y que además de no ser franceses, sino de descendencia hispano-mexicana, se niegan a recibir órdenes de estos religiosos, sobre todo porque se niegan a ser suplantados. Así mismo, estos religiosos, en su mayoría son mostrados como representaciones de los propios pecados capitales, aun cuando existen algunos que no siendo pecadores, en realidad se han entregado a una simple vida de abstinencia y pobreza entre los nativos.

Otro gran aporte de esta novela es el cómo refleja a los pueblos originarios mexicanos y estadounidenses: los navajo y los hopi, al tiempo en que también se plantea si realmente es práctico imponer una religión nueva a los miles de años de culturas de estos pueblos. Sin embargo, y más allá de la duda, estos sacerdotes llevan a cabo su encomienda, tomando control de la diócesis de Nuevo México.

Desde ese momento, el obispo Jean Marie Latour tomará como misión de vida construir una basílica en territorio mexicano, y sobre todo ayudar a la Iglesia católica a sembrar raíces y extenderse a lo largo y ancho de estas lejanas tierras, ahora parte de Estados Unidos. Finalmente, luego de una larga vida de trabajo y catequesis, este religioso fallece, dejando tras de sí un gran legado de religión en Nuevo México.

Imagen: retrato de Willa Cather, autora de La muerte llama al arzobispo / Fuente: wikipedia.org