Campos de Concentración
Fueron los nazis quienes popularizaron la noción de los llamados Campos de Concentración… y también quienes los convirtieron en sinónimo de un infierno. Durante la Segunda Guerra Mundial los campos de concentración fueron utilizados para aislar a las poblaciones que se consideraban peligrosas e inferiores y eventualmente para eliminarlas.
Sin embargo, éstos no fueron una invención de los alemanes. De hecho, colonos alemanes ya habían sido víctimas del mismo invento cuando los británicos decidieron aniquilar la resistencia bóer en el sur de África encerrando a las familias de los combatientes en sus propios campos de concentración.
Y a su vez, los ingleses argumentan que no fueron ellos quienes idearon el concepto, sino que lo tomaron de acciones ejecutadas por la Metrópoli española durante la guerra de independencia de Cuba, en 1898. La lista podría seguir por un largo rato.
Pero entonces, ¿cuál fue el primer campo de concentración de la Historia? De acuerdo con las fuentes de que disponemos, este podría rastrearse incluso al milenio III a.C.
Rimush y Acadia
En los tiempos antiguos, Mesopotamia era un hervidero de ciudades y poblaciones pequeñas que combatían entre sí y con el paso del tiempo se sucedían, unas a otras, en el gobierno de la región.
En torno al año 2230 a.C. Sargón de Acad dirigió un poderoso ejército que derrotó a todos sus enemigos y lo llevó a crear el primer imperio verdadero de la Historia: el Imperio Acadio. Su hijo, Rimush, heredaría una poderosa fuerza, pero también un sinnúmero de enemigos que buscaban la destrucción del Imperio.
Dentro de estos enemigos resaltaban los sumerios. Nativos de la región, habían sido derrotados por la poderosa fuerza de los arcos semitas y doblegados, pero no olvidaban ni dejaban de considerar a los acadios como invasores. En total, más de una decena de ciudades se rebelaron contra Rimush, aunque serían finalmente derrotadas con un altísimo costo.
Fue aquí cuando el soberano Acadio entró en las páginas de la Historia. Temeroso de un nuevo levantamiento, decidió capturar a un gran número de enemigos y llevarlos a campos de trabajos forzados, donde los mantuvo con vida sirviendo como escarmiento para una futura rebelión. En total, las fuentes hablan de unos 35.000 prisioneros: incluso dando cuenta de una posible exageración (no eran raras en este periodo) esto nos indica un campo de proporciones titánicas para la época.
El asunto no saldría bien para los acadios. Apenas un siglo después del reinado de Rimush, su tataranieto habría sido incapaz de continuar las políticas de sus predecesores y habría sido derrotado por una coalición de ciudades. Seguramente en la rebelión no habría pesado poco el recuerdo de quienes perdieron a sus abuelos y tatarabuelos en el campo de Rimush, el primer campo de concentración de la Historia.
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