Los gigantes de África
Los elefantes son en la actualidad los animales más grandes en habitar la superficie terrestre… y con bastante ventaja. En el pasado, sus parientes habitaban tierras que iban desde las gélidas estepas del norte de Eurasia hasta los densos bosques andinos de América el sur. Sin embargo, la rápida expansión de los seres humanos, excelentes cazadores de animales gigantes, llegó a que en la actualidad sólo queden dos especies vivas de elefante: el elefante asiático y el elefante africano.
De los dos, el elefante africano es el más grande, y también el más peligroso: al contrario que su contraparte asiático jamás ha sido domado con éxito. Asimismo, las dos especies presentan un estado temporal conocido como must el cual se caracteriza por un incremento impresionante en los niveles de testosterona de los machos, lo cual a su vez los vuelve irritables, agresivos y muy peligrosos. Sobra decir que este estado es más fuerte en los elefantes africanos que en los asiáticos.
Los elefantes son los reyes indiscutibles de las sábanas africanas, pero son gigantes pacíficos la mayor parte del tiempo y aún los machos que se encuentran en must suelen evitar conflictos con otras especies. Por esta razón, cuando en los 1980 un grupo de elefantes comenzó a matar de manera sistemática los rinocerontes de una reserva en Sudáfrica los biólogos estaban perplejos. ¿Qué podía llevar a estos animales a comportarse de tal manera?
Los elefantes de la reserva Pilanesberg de Sudáfrica
En 1967 en Sudáfrica se convirtieron grandes territorios agrícolas en una reserva natural. El proceso no fue pacífico y pasó por la expulsión de muchas comunidades que ya vivían allí y la destrucción de sus cultivos, pero el asunto es que el área se convirtió en un refugio exclusivo de la fauna africana.
Sin embargo, muchos de los animales que antes habitaban en esta zona ya no existían para estos años. Los elefantes eran una de estas especies, y por esta razón era necesario traer a los animales de otras reservas en África. En aquellos tiempos aún no se contaba con mecanismos para transportar a elefantes adultos, por lo que se optó por llevar un grupo de jóvenes al área: junto con ellos iban a otros animales icónicos del continente africano como hipopótamos, rinocerontes y jirafas.
El parque se creó con medidas de seguridad bastante altas para evitar que los cazadores pudiesen hacer de las suyas con los animales. Por esta razón para los guardaparques fue una sorpresa el comenzar a encontrar más y más cadáveres de rinocerontes: parecía que los animales estaban siendo sistemáticamente exterminados. Si bien la primera hipótesis involucró cazadores furtivos, pronto quedó claro que este no era el caso, pues los cuernos de los animales estaban intactos aún cuando sus cuerpos llevaban bastante tiempo descomponiéndose.
Por supuesto, no tenía sentido que los cazadores mataran el animal y dejaran el cuerno, que es precisamente la parte más valiosa. Intrigados, los guardaparques comenzaron a poner cámaras y a realizar incursiones para ver si podían encontrar los causantes de estos asesinatos.
Y cuál no sería su sorpresa cuando se dieron cuenta de que eran los elefantes machos los que estaban matando rinocerontes.
Jóvenes descarriados
El comportamiento no tenía sentido. Era como si los elefantes se salieran de su camino para buscar víctimas con las cuales desquitarse. Incluso se llegó a ver que varios jóvenes realizaban grupos y acorralaban o mataban a los rinocerontes sin que mediara ninguna provocación. Los guardaparques no sabían qué hacer y entretanto la población de rinocerontes comenzó a bajar de manera peligrosa
Rinoceronte muerto en Pilanesberg. Son visibles las marcas de los colmillos de elefante
Fue entonces cuando algunos biólogos comenzaron a postular la teoría de que los elefantes, como animales inteligentes, requerían del cuidado y enseñanza de sus mayores. Con grandes esfuerzos se transportaron varios machos adultos al parque y pronto los guardaparques y biólogos fueron testigos de algo extremadamente interesante.
Recién entrados los elefantes adultos al parque, un grupo de jóvenes arremetió contra ellos buscando imponer una vez más su autoridad. Pero claro, los adultos eran más grandes, pesados y fuertes y uno de ellos zarandeó con fuerza a uno de los jóvenes llegando casi a tumbarlo de costado. Tras un par de intentonas más, los jóvenes se retiraron y mantuvieron una actitud de sumisión.
A partir de este momento los machos adultos se convirtieron en los líderes de estas “pandillas” y con su ejemplo y autoridad que comenzaron a controlar los episodios agresivos de los jóvenes, tal y como los adultos humanos controlan a un grupo de adolescentes.
Y fue así como finalizaron las muertes de rinocerontes en el parque Pilanesberg.
Fuentes:
- https://thesestonewalls.com/gordon-macrae/in-the-absence-of-fathers-a-story-of-elephants-and-men/
Imágenes: kotafoundation.org