Definición de combustible
En el ámbito de la Química, se denomina “Combustible” a cualquier sustancia o material con la capacidad de liberar energía, al ser sometido a un proceso de oxidación, el cual se caracteriza por ser de tipo violento y contar con la liberación de calor.
Así mismo, la Química establece que en un proceso de oxidación, básicamente, una Energía de Enlace es liberada de su forma potencial para producir Energía Térmica la cual puede ser aprovechada en procesos industriales. Así mismo, puede liberarse Energía Mecánica, es decir, capaz de producir movimientos, la cual es usada en algunos motores de tipo térmico. Así mismo, la Química señala que toda reacción de oxidación de un combustible deja como residuos Energía Térmica, Dióxido de Carbono, así como residuos de algunos otros componentes.
Características de los Combustibles
De igual forma, los expertos en Química señalan que la principal característica de este tipo de elementos es la magnitud de calor desprendido durante la reacción de combustión completa. Esta unidad se mide en joules / kilográmos. Cada uno de los combustibles cuenta con una medida o un valor de poder calorífico. De igual forma, otra de las principales características que diferencian y distinguen a un combustible de otros es su punto de ignición, es decir el conjunto de condiciones físicas, por ejemplo la temperatura y la presión, a la cual debe ser sometido un material combustible a fin de que comience a arder, logrando mantener la llama, sin que haya necesidad de agregar calor por fuentes externas.
Tipos de combustibles
En cuanto a los distintos tipos de combustibles, la Química también distingue entre por lo menos cuatro de ellos, clasificados según sus propiedades físicas y químicas. A continuación se detallará cada uno de estos:
Combustibles sólidos: dentro de este tipo de combustible se encuentran aquellos que presentan un estado de agregación de la materia sólido. Se caracterizan por ser materiales de tipo duro. Dentro de este tipo de combustible, los más conocidos son el carbón, la madera, así como la turba natural. En cuanto a sus usos más conocidos se encuentran por ejemplo la máquina de vapor, la cual funciona en base al mecanismo que permite usar el carbón como combustible para llevar el agua al punto de ebullición, en el cual produzca vapor de agua que actúe como impulsor mecánico de los pistones que activen el funcionamiento de una máquina. En este sentido la energía térmica del combustible carbón se transformaría finalmente en energía mecánica. Aunque en algunas ocasiones el calor producido por la combustión de carbón es usado igualmente como energía térmica, a través de los sistemas de calefacción.
No obstante este tipo de combustibles, a base de madera, turba y carbón son prácticamente parte del pasado, debido a que en el tiempo se han conseguido combustibles mucho más eficientes, como aquellos de origen fósil. Sin embargo, existen regiones apartadas del mundo, donde aún se usa el carbón y la madera, así como la turba como fuente de combustible, a pesar de estar comprobados sus terribles daños a la naturaleza, pues como toda reacción de oxidación deja residuos químicos en el ambiente, además de entregar al ambiente una importante fuente de calor.
Combustibles fluidos: dentro de esta denominación pueden incluirse los combustibles de tipo gaseoso y líquido. Se caracterizan por estar contenidos casi siempre en un recipiente, a diferencia de los combustibles sólidos. En la vida actual, la mayoría de los combustibles líquidos se usan en motores de combustión interna, debido a su cualidad de generar pequeñas explosiones que se transforman finalmente en energía mecánica, haciendo que se movilicen dispositivos que permiten el desplazamiento del vehículo. Los ejemplos más resaltantes de este tipo de combustibles los constituyen materiales como la gasolina, el butano, el propano, el querosén, el gas natural o licuado, entre otras sustancias líquidas o gaseosas capaces de liberar energía a través de una reacción química de oxidación.
Combustibles orgánicos: por su parte, esta denominación está destinada a señalar el tipo de elementos inherentes al organismo de los seres vivos, capaces de convertirse en Energía vital, que le permita a un ser vivo determinado moverse o realizar otro tipo de funciones. En este caso los combustibles orgánicos más conocidos son los lípidos, proteínas e Hidratos de Carbono. Un ejemplo de esto, lo constituye por ejemplo el pan para el ser humano, el cual hecho de harina, representa un carbohidrato el cual es procesado por el cuerpo como glucosa, la cual hace que el páncreas libere insulina, cuya función es activar los receptores musculares, para que se preparen para recibir la glucosa, la cual dota de energía al músculo, para poder realizar grandes esfuerzos físicos, a pesar de su rápido procesamiento, es decir, de constituir un combustible orgánico de rápido consumo.
Combustibles de fisión nuclear: a pesar de que los químicos señalan que el tipo de reacción desencadenada por este tipo de elementos no puede ser considerada en sí mismo una combustión, lo que hace que por ende los materiales involucrados tampoco puedan ser considerados combustibles, igualmente la ciencia los clasifica como un proceso bastante similar. De esta manera, se sabe que por ejemplo a través de la fusión nuclear, es decir, el proceso por medio del cual dos átomos de hidrógeno se hunden para convertirse nuevamente en uno de Helio, lo cual produce una gran cantidad de energía, la cual además se expresa de forma sumamente violenta. En este sentido, el humano aún continúa estudiando cómo aprovechar para su beneficio este tipo de reacción, muy común en el universo.
Fuente de imagen: solomochila.blogspot.com