Quizás lo mejor, antes de abordar una explicación sobre los diferentes tipos de Nombres propios, concebidos por la Lingüística, se revisar de forma breve algunas definiciones, que de seguro permitirán entender este tipo de sustantivos dentro de su contexto lingüístico preciso.
Definiciones fundamentales
En este sentido, puede que también sea pertinente delimitar esta revisión teórica a dos nociones específicas: Sustantivos y Nombres propios, por encontrarse directamente relacionados con cada uno de los tipos de sustantivos que se abordarán posteriormente. A continuación, cada una de estas definiciones:
Los sustantivos
De esta manera, se comenzará por decir que los Sustantivos han sido explicados de forma general como uno de los principales tipos de palabras. Sin embargo, puede que el entendimiento integral de esta clase de palabra implique el tomar en cuenta cada una de las perspectivas que tienen sobre esta partícula las distintas disciplinas lingüísticas.
Por ejemplo, la Semántica, disciplina que se enfoca en estudiar las palabras de acuerdo a sus significado, concibe los Sustantivos como el tipo de partícula lingüística que cumple con la tarea de referir a diferentes entidades, bien si estas se encuentran constituidas por lugares, objetos, personas o animales. Es decir, los Sustantivos sirven para nombrar, son concebidos por la Semántica como nombres.
Con respecto a la visión de la Morfología, los Sustantivos son señalados como palabras variables, las cuales cambian su estructura morfológica con el fin de concordar en género y número con las entidades que nombra. Finalmente, la Sintaxis, disciplina que prefiere estudiar las palabras de acuerdo al lugar que ocupan en la oración, ve los Sustantivos como el centro o núcleo del sujeto, así también como de los sintagmas nominales o preposicionales.
Nombres propios
En segunda instancia, será igualmente importante revisar la definición de Nombres propios, los cuales han sido explicados por la Lingüística, de forma general, como uno de los principales tipos de Sustantivos que existen. Así mismo, pero desde un sentido semántico, los Nombres propios serán entendidos como aquellas palabras que cumplen con la misión de nombrar una entidad –bien si es una persona, animal o lugar- pero no haciendo referencia al conjunto al cual pertenece –como lo haría el sustantivo común- sino señalando su identidad particular.
Por igual, la Lingüística ha indicado que los Nombres propios no cuentan con un significado específico a nivel lingüístico. Un ejemplo de este tipo de palabra será el nombre María, el cual servirá para identificar a una mujer o sujeto de identidad de género femenino. Los Nombres propios son considerados también palabras variables, así como el núcleo del sujeto, así como de los sintagmas nominales y preposicionales.
Tipos de nombres propios
Una vez se han revisado cada una de estas definiciones, puede que ciertamente sea mucho más sencillo aproximarse a una explicación sobre los tres distintos tipos de Nombres propios, que han sido definidos por la Lingüística, y que se diferencia básicamente en referencia a la entidad que nombran. A continuación, una breve descripción de cada una de ellas:
Antropónimos
Con el nombre de Antropónimos serán conocidos los Nombres propios que sirven para nombrar a una persona, o ser animado, a fin de otorgarle una identidad particular, que lo lleve a diferenciar al sujeto que lo ostenta de sus semejantes. Algunos ejemplos de este tipo de partículas se encuentran los siguientes:
Ana, María, Juana, Pedro, Pablo, Antonio, Camilo, Platero, Juan, Mauricio, Candelaria, Anastasia, Diana, Jerónimo, Joaquín, Fernando, Napoleón, Adolfo, Benito, Rodolfo, Luis, Berta, Belén, Dolores, Miguel, Nicole, Raimundo, Rumualdo, Mila, Fifi, Raquel, Mónica, Jorge, Carlos, José Antonio, Marjori, Mileydi, Mariely, Rafael, Ernesto, Manuel, Garrik, Filomena, Sebastián, Emperatriz, Rosa, Hortencia, Lautaro, Martín, José Gregorio.
Hipocorísticos
En segundo lugar, dentro de las distintas clases de Nombres propios concebidos por la Lingüística se encuentran los Hipocorísticos, los cuales serán entendidos entonces como un tipo de partícula que sirve para nombrar también personas, pero ya no desde su nombre de pila, sino a través de otro nombre que viene a suplantar a este primero. Es decir, el hipocorístico es una especie de sobrenombre, que cumple con la misma función del Antropónimo, pero siendo usado en espacios o registros específicos. Algunos ejemplos de este tipo de nombre propio serían los siguientes: Paco, Nacho, Lola, Pepe, Conchita, Milo.
Topónimos
Por último, entre los diferentes tipos de Nombres propios, la Lingüística reconoce también los Topónimos, los cuales han sido explicados de forma general como un tipo de sustantivo que sirve para nombrar los lugares, es decir, son los nombres propios con los que cuentan los distintos países, ciudades, pueblos y demás sitios geográficos. Por ejemplo:
Caracas, Bogotá, Valencia, Barcelona, Argentina, Barquisimeto, Boyacá, Salvador de Bahía, Lima, Quito, Cochabamba, Mendoza, Nueva York. París, Roma, Milano, Estocolmo, Suecia, Barranquilla, Mérida, Pamplona, Trujillo, Tocuyito, Córdoba, Rivadavia, Palermo, Sabana Grande, Florida, Chacaito, Brasil, Brasilia, Paraguay, Uruguay, Paso de los Toros, Montevideo, Bolivia, Japón, Tokio, Singapur, Nueva Zelanda, Australia. Sidney, Buenos Aires.
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