Humanos y homínidos
En tiempos antiguos muchas especies de “hombres” caminaban la Tierra. Sabemos que al menos dos sobrevivieron hasta el pasado reciente: el Hombre de Neanderthal y el Homo Sapiens, al que nosotros pertenecemos. Otras especies desaparecieron en periodos anteriores, pero siempre existe la posibilidad de que hayamos omitido alguna.
Y, aunque menor, de que esta siga rondando el planeta que llamamos nuestro.
Tornit
Ya hemos hablado en estas páginas de otros homínidos que podrían vivir en el mundo, como Almas, el «otro humano» de Asia Central. Se trata de leyendas de tiempos antiguos, algunas verificadas por avistamientos más modernos, que más o menos indican que mucho de lo que conocemos sobre la evolución del hombre debería revisarse, pues hubo clados que sobrevivieron a la par con el Homo Sapiens.
De acuerdo con la tradición de Alaska, el término nativo Tornit hace referencia a una raza de gigantes que encontraron los primeros nativos cuando llegaron a tierras de América del Norte. Se dice que
“En tiempos antiguos, los Tornit, una raza de personas muy grandes, habitaba el país. Se enfrentaron a los esquimales porque estos últimos invadieron sus tierras. Esto enfadó a los Tornit, quienes rompieron el suelo con su lanzas y saetas, y destruyeron las rocas en trozos. Ahora se cree que los Tornit y los Ijiqan, ambos razas de gigantes, habitan el interior”.
Existen varias leyendas acerca de los Tornit y su relación tormentosa con los Inuit que terminaría por convertir a estos últimos en parias de su propia tierra. La primera habla de la relación amistosa entre estos gigantes y los esquimales en tiempos en que estos arribaron por primera vez a las gélidas tierras del norte: ambos grupos vivían en aldeas cercanas, compartían los cotos de caza y se apoyaban en diferentes actividades. Sólo los esquimales habían aprendido a usar los kayaks para pescar y los arpones para capturar focas y ballenas, y esto parece haber comenzado a generar fricciones entre los dos grupos en algún momento, llevando a una tensión nada conveniente. Un día un joven Tornit robó el kayak de un Inuit y lo dañó al intentar usarlo. Como venganza, el inuit le cortó la garganta mientras dormía, y los demás Tornit optaron por desaparecer antes de ser atacados también.
Se cuenta así mismo de unos jovenes Tornit que habrían sido adoptados y criados por los Inuit. Si bien la circunstancia de su adopción no es clara, lo cierto es que se habrían ganado el aprecio y respeto de su nueva familia, en particular el joven, por su talento con la lanza. Sin embargo, en algún momento de su historia en la aldea lo forzaron a demostrar sus habilidades asesinando un perro anciano y en protesta desapareció en el bosque, sin que se volviera a saber nada de él. Algunos dicen que se encontró con sus parientes que vivían escondidos, y decidió jamás volver a poner un pie en la cruel sociedad humana.
Muchos encuentran una relación lógica entre los Tornit y Pie Grande. Ambos son nativos de América del Norte, tienen un perfil grande… y peludo. Así, no sería difícil argumentar una relación entre las dos leyendas (quizás, que los pocos Tornit supervivientes marcharon al sur y se convirtieron en pobladores solitarios), aunque está claro que mientras no se demuestre la existencia de Pie Grande esto no será más que una hipótesis.
Imágenes: 1: spookadar.com, 2: thoughtcatalog.wordpress.com