El dólar como moneda internacional
No es el objetivo de esta página tratar a profundidad temas de política, ni defender (o condenar) gobiernos específicos. Por esta razón, se quiere dejar claro desde aquí que esta no es una defensa al gobierno venezolano (tampoco un ataque al mismo), sino un artículo sobre las consecuencias de una propuesta de Nicolás Maduro que podría revolucionar completamente la manera como se mueven las finanzas mundiales.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos se convirtieron no sólo en la única potencia mundial, sino en la primera superpotencia en la historia de la humanidad. Desafiados únicamente por la Unión Soviética (que nunca fue realmente capaz de alcanzarlos en la mayor parte de los campos), los Estados Unidos se convirtieron así mismo en los líderes indiscutibles de la Política Mundial y de la Economía.
Tras el acuerdo de Breton Woods, luego de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, el dólar se convirtió en la moneda de cambio internacional, previo compromiso de los Estados Unidos de mantener una paridad dólar-oro que garantizase su valor. Sin embargo, en los 1970’s el presidente Richard Nixon, desesperado por financiar la Guerra de Vietnam, decidió anular unilateralmente dicha paridad y así poder imprimir muchos dólares para pagar a los soldados y proveedores. Sin embargo, el dólar siguió siendo la moneda de cambio internacional.
Hasta la creación del Euro en los 90’s realmente no ha habido monedas que puedan competir con el dólar (la crisis japonesa sacó el Yen de los potenciales candidatos). Sin embargo, en la actualidad los yuanes y yenes (y también incluso los rublos) son potenciales competidores que podrían poner en peligro la supremacía del dólar en el resto del mundo.
El petróleo
El petróleo es uno de los productos más fundamentales para la economía mundial y, luego de la crisis de 1970, uno de los ejes de la política. En la actualidad, con la energía eléctrica ganando más y más impulso, este reino perfila su final, pero pasarán décadas antes de que veamos surgir un nuevo orden mundial (perdonarán la expresión).
Por su dominancia, los dólares son la moneda estándar en que se negocia el petróleo: todos compran (o venden) el barril a un precio determinado en dólares estadounidenses. Si bien varios líderes mundiales han intentado modificar esto (principalmente el presidente ruso Vladimir Putin) el asunto no es simple y no ha pasado nada en los últimos años. Sin embargo, recientemente el presidente venezolano Nicolás Maduro hizo una propuesta bastante polémica: empezar a usar una “canasta de monedas” y en el caso particular del petróleo comprarlo con su valor en yuanes y no en dólares.
Petróleo en yenes
Casi todos los analistas están de acuerdo en que esta es una propuesta suicida para el gobierno venezolano. Su economía depende completamente de las exportaciones a los Estados Unidos y están amenazando la supremacía de este país. No tiene sentido, no en el corto, mediano o largo plazo: si bien es cierto que podrían afectar los intereses estadounidenses, Venezuela va a ser la más perjudicada.
Sin embargo, aún teniendo esto en cuenta, la posibilidad de que el mercado petrolero comience a moverse en otra moneda podría revolucionar el funcionamiento de la política mundial. En la actualidad, la Unión Europea es el mayor importador del mundo con casi 12 millones de barriles por día, seguida de cerca por USA con 9 millones y China con 6. En este sentido, quizás usar Euros tiene más sentido que usar Yuanes, pero evidentemente Venezuela está interesada en tener el apoyo de China en las difíciles circunstancias actuales.
Cambio de moneda internacional
Actualmente, los Estados Unidos tienen prácticamente una cantidad infinita de recursos a su disposición: el uso generalizado del dólar les permite imprimir más de la moneda cuando lo necesitan. Por supuesto, hay mecanismos financieros que ponen límite a esta capacidad, pero en esencia es un poder que ningún otro gobierno en el mundo tiene (a excepción, quizás, de la Unión Europea).
Si el dólar deja de ser la principal moneda de circulación y es reemplazado por otras (como el Yuan) Estados Unidos perdería esta capacidad. Se desconoce qué tanto esto implicaría una reducción de su influencia en el mundo, pero no cabe duda de que afectaría sus intereses. Y el asunto es, con el crecimiento de otras regiones (en particular el este asiático) este escenario es cada vez más factible.
Lo de Venezuela puede ser una apuesta arriesgada que no termine en nada, pero también podría ser el primer paso en una lenta serie de fenómenos que terminen por finalizar la supremacía del dólar. Y si lo hacen, será un nuevo mundo el que surja.
Los Estados Unidos han sido la potencia mundial indiscutible por más de un siglo. Antes de ellos fue el Reino Unido, antes aún, Francia. Han pasado siglos sin que se rompa la hegemonía de un poder único y volvamos a ver un mundo multipolar.
Y el declive del dólar podría generar precisamente eso.
Imágenes: 1: sputniknews.com, 2: panorama.com.ve, 3: deinmediato.com.ve