La solución al problema del espacio público
Las ciudades crecen, crecen y no dejan de crecer. En algunos casos, un magistral manejo del espacio público, la creación de sistemas eficientes de transporte público y la adopción de sistemas alternativos como la bicicleta ha favorecido la descongestión y creado ciudades muy amigables, pero en muchas ciudades es complicado establecer este tipo de soluciones. Son, sencillamente, demasiado grandes.
Por esta razón, muchos consideran que aprovechar el espacio aéreo podría ser una solución muy viable para estas urbes en donde el número de personas sencillamente supera las posibilidades del lugar. Aunque esto ha sido una utopía por décadas, hoy día parece ser que los vehículos personales voladores están más cerca que nunca.
Las Hoverbikes
El concepto es sencillo: una plataforma con dos hélices que se asemejan a aquellas de un dron y estabilizan automáticamente el vehículo. El conductor no tiene más que inclinarse y, con los controles de la moto, dirigirla en la dirección que desee. Los modelos actuales, tal como se plantean, tendrían una velocidad máxima de algo más de 70 km/h, una autonomía de 75 minutos y la capacidad de volar a más de 4 metros de altura.
El vehículo no es una alternativa viable para las ciudades, al menos entre tanto mejore su tiempo de autonomía. Sin embargo, puede tener muchísimas aplicaciones prácticas en todo tipo de escenarios, desde labores de rescate hasta la investigación de lugares poco accesibles. Sin embargo, la empresa que los fabrica – Aero-X – parece estar algo demorada con el modelo final que se comprometió a entregar para 2017. El vehículo saldrá al mercado con un valor de 85.000 dólares.
Mientras que algunos ven una muestra de lo que será el futuro, otros creen que esta tecnología se convertirá en una homóloga de los Jet Pack, que en su momento fueron considerados como una tecnología de punta que incluso reemplazaría los vehículos y hoy no son más que reliquias olvidadas.
Entretanto, los seguidores de la empresa esperan con emoción la primera entrega de la empresa con la ilusión de que conviertan muchos lugares de nuestra tierra una réplica del Tatooine de Star Wars, aquel desértico lugar en el que Anakin ganó su libertad montando en una máquina muy semejante a la moto que hoy ofrecen.
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