La horrible historia de los Pritchard
Si bien gran cantidad de películas, series y relatos claman estar basados en una historia real, lo más común es que una corta investigación pruebe que los eventos fueron ligeramente diferentes, están deformados por los relatos de terceros o sencillamente nunca sucedieron. Sin embargo, una reciente película denominada La posesión de Sally (aunque la traducción literal del inglés sería “cuando se va la luz”) se caracteriza por una alta dosis de verdad.
En el filme se narra una historia sucedida en el hogar de Joe y Jean Pritchard en la parte rural de Pontecraft, Yorkshire Occidental (Reino Unido) en 1974. Si bien la noticia se volvió muy célebre en la región, no trascendió el país y es ampliamente desconocida alrededor del mundo. Según los relatos, esta familia de clase media habría sido aterrorizada por el espíritu de un monje medieval.
Los sucesos extraños comenzaron en 1966. En agosto de este año, el hijo mayor de la familia (Philip, quien a la sazón tenía 15 años) se encontraba con su abuela mientras sus padres se encontraban en un viaje. Un día, a finales del mes, comenzaron a suceder cosas extrañas como la aparición de polvo en el suelo y de pozos de agua en la cocina. Tras llamar a algunos vecinos para que revisaran la tubería, los dos miembros de la familia se quedaron solos y convencidos de que el problema estaba solucionado.
Más tarde los sucesos se repitieron de la mano con sonidos extraños a lo largo de toda la casa. Golpes fuertes en un cuarto irían seguidos de vibraciones en el lugar que acababan de abandonar, mientras que diversos objetos comenzaban a aparecer rotos, como si alguien los hubiera aventado contra las paredes. Uno de los detalles que con más énfasis relataban estas personas era la vibración proveniente de uno de los cajones de la cocina (como si tuviera algo adentro), la cual cesó apenas abrieron el cajón. Tras llamar de nuevo a los vecinos y ser testigos de cómo algunos cajones del armario caían sin razón alguna de las estanterías, Philip y su abuela decidieron dormir en la casa de un vecino.
Cuando el señor y la señora Pritchard volvieron de su viaje las actividades paranormales habían cesado, lo que los llevó a asumir que existía una explicación lógica para los eventos que acababan de presenciar. Sin embargo, dos años después comenzaron a repetirse sucesos semejantes, esta vez concentrados en torno a la hija menor del matrimonio: Diane.
A pesar de los eventos, la familia se negaba a abandonar su hogar. Al principio procuraron tomar las cosas con algo de humor e incluso denominaban “Fred” al ser, fuese lo que fuese, que realizaba estas acciones. Con el tiempo, estas tomaron un sesgo más macabro, arrojando a Diane de su cama y en una ocasión arrastrándola del cuello por las escaleras, algo que le dejó cicatrices permanentes. La familia comenzó a buscar una manera de librarse del ser utilizando agua sagrada, pero el poltergeist respondió pintando cruces invertidas y destruyendo todos los crucifijos que tenían en el hogar.
Aparece el Monje Negro
Los Pritchard no vieron a su acosador hasta algún tiempo después. El matrimonio un día despertó para encontrarse con una persona alta, de capa negra, que desapareció pocos segundos después. Varios miembros de la familia se encontraron con un personaje semejante, pero poco tiempo después de las apariciones – cuando ya estaban desesperados y en busca de un nuevo hogar – las apariciones cesaron del todo. Al día de hoy, aún no conocen la razón de esta abrupta finalización de los aterradores eventos.
Algunos años más tarde, el investigador Tom Cuniff habría realizado varias pesquisas en busca del origen de este enigmático personaje y se habría encontrado con la historia de un monje criminal, que habría muerto en la horca por la violación de una niña pequeña. El evento habría ocurrido a mediados del siglo XVI, durante el reinado de Henry VIII, y su descubrimiento llevó al bautizo del fantasma como “el Monje Negro de Pontefract”. La historia no solo coincidía con la imagen del monje, sino con la ubicación de la casa, que estaría al lado de la antigua prisión, más específicamente en la horca donde morían los condenados.
De acuerdo con los vecinos, la familia se habría mudado de esta casa algunos años atrás, tras décadas de vida apacible sin la aparición del misterioso espectro. Sin embargo, la película habría traído de vuelta al espanto. De acuerdo con Carol Fiedhouse, una vecina de los Pritchard, desde la venta de la casa por parte de Philip a Bil Bunglay (director del filme), cosas extrañas han comenzado a suceder. Relata que comenzó a escuchar una televisión a todo volumen en la casa, por lo que le preguntó al Philip un día que lo encontró en la calle sobre los compradores. Philip palideció y le pidió explicaciones, por lo que ella le comentó lo que había escuchado. Según Carol, Philip tiene algunos sobrino algo sordos, por lo que le pareció natural que la televisión estuviera a alto volumen, pero él respondió “no hay nadie, la casa está vacía. Tampoco hay televisión”. Tras esto, musitó, pálido: “Dios, ha comenzado… de nuevo” y abandonó el lugar a toda prisa. Carol afirma que no ha vuelto a verlo.
Y ustedes, ¿han visto la película? ¿Creen que la historia sea verídica? ¿O es solo un gancho para atraer más público?
Fuente de imágenes: 1: ecx.images-amazon.com: 2: files.list.co.uk; 3: i.huffpost.com.