Surgimiento nahualt
Al atravesar las largas tierras mexicanas, nos encontramos con el Estado de Morelos. Kilómetros de camino donde el paisaje refleja una aridez inhóspita, una tierra gris y amarilla donde no crece nada bueno. Es cierto que en alguna parte hay tierras fértiles, pero son pocas y están en unas cuantas manos.
Estas tierras no siempre fueron así. Hace 1.500 años eran tierras verdes, llenas de cosecha y ricas en animales que ya no existen. La caída de Teotihuacan hizo surgir una ciudad gigantesca donde vivieron miles de habitantes: Xochicalco.
Durante el periodo llamado epiclásico, entre el 650 hasta el 1100 d. C., la ciudad de Xochicalco creció a niveles impresionantes. Extrañas migraciones provenientes de Teotihuacan y otros lugares llegaron a lo que ahora es Temixco y Miacatlán para construir una ciudad para Quetzalcoalt.
La dominación teotihuacana
Si vemos las altas pirámides de Teotihuacán, ellas nos hacen pensar que miles de hombres estuvieron implicados en estas construcciones. Se necesitaron millones de toneladas de piedra para hacer toda esta ciudad ubicada a unos kilómetros de la Ciudad de México.
Pero conseguir tantos esclavos para llevar piedras y apilarlas en montañas no era una tarea fácil. Por ello se deduce que la dominación de este lugar sobre otros fue muy grande. Seguramente miles de habitantes fueron esclavizados de sus tierras para que vinieran a construir las pirámides.
En este lugar, centro ceremonial de los principales dioses mexicas, también se crean las hipótesis de que se necesitaron miles de sacrificios humanos para conseguir la gracia divina. Pero, ¿cómo conseguirlos?
Varios lugares del sur, entre ellos Xochicalco, sirvieron de avanzadilla para los teotihuacanos en la dominación sobre los territorios mayas. La arquitectura del lugar señala que fue muy distinto a la cultura teotihuacana, porque se vivió una fusión cultural.
Seguramente los esclavos eran detenidos y llevados luego a Teotihuacán. Pero con el tiempo Xochicalco también fue creciendo hasta crear sus propias pirámides, mucho más sofisticadas en varios aspectos, aunque más compactas, pues hasta ahora era una ciudad naciente.
El auge de Xochicalco
El lugar de Xochicalco todavía existe. Sus ruinas fueron declaradas como patrimonio de la Humanidad en 1999, por la Unesco, y desde ese año, las posibilidades de nuevos encuentros para los arqueólogos han sido fructíferas.
No se ha descubierto todo el terreno, pero varias de las grandes pirámides, las plazas y sus calzadas señalan que era un lugar ritual y religioso, con una vida política muy agitada.
La Plaza de la Estela de los Dos Grifos esta frente a la Pirámide de Quetzalcoalt, dios primigenio maya. Lugar muy estilizado, donde la pirámide tiene las imágenes del dios. Este era el centro de los rituales sagrados y de las reuniones de los líderes políticos.
Parece que fueron los habitantes de Xochicalco los que llevaron al dios maya hacia los mexicas. El dios Quetzalcoalt empezó aparecer más en los hallazgos mexicas luego del auge de Xochicalco. Existe el augurio de que Xochicalco se acabó por una guerra religiosa por elección de Dios principal.
Arquitectura del sitio
Como lo mencionamos arriba, la arquitectura tiene características de la cultura maya y de la cultura teotihuacana. Las calzadas están hechas con piedra volcánica y tiene tanto rampas, tramos y escalinatas desarrolladas a la manera teotihuacana. La decoración es del estilo maya.
La pirámide más grande es la del dios Tlalóc, el dios de la lluvia. En la parte alta había un templo. Está ubicada en medio de la plaza principal, donde también se halla el templo de Quetzalcoalt.
Ubicada en la parte norte de la ciudad, está la acrópolis. En este lugar se reunían los sacerdotes y principales de la ciudad para organizar los ritos principales. También se cree que aquí se organizaban talleres controlados por el estado principal.
El juego de pelota que no puede faltar en ninguna ciudad mexica, está aquí muy bien mantenido. Aunque se cayó uno de los anillos, el campo de juego está con las mismas dimensiones en que lo dejaron los antiguos habitantes. Cerca al campo está el temazcal donde se bañaban los jugadores antes del partido.
El misterioso observatorio
Se deduce que en Xochimilco tuvo mucha importancia la observación de las estrellas y del sol. Esta costumbre que por cientos de años fue parte del pueblo maya es parte constitutiva del pueblo de Xochimilco. Entre las cuevas hay un recinto oculto donde estudiaban las órbitas celestes.
Entre las mismas montañas ubicadas a unos metros del circuito urbano de Xochimilco están las cuevas donde salía el pedernal para las construcciones. En una cueva de estas hay un agujero milimétrico que servía para medir las trayectorias exactas del sol.
Por un hoyo, el reflejo del sol ilumina las paredes que plasman en una piedra sagrada el movimiento astral. Así podían acertar las estaciones con su exactitud. Lastimosamente cuando Xochicalco fue destruido, todos estos espacios quedaron abandonados.
Los grandes descubrimientos que hizo Xochicalco se perdieron a lo largo del tiempo, pues no tenían dataciones escritas, sólo las esculturas y los objetos encontrados cerca a la plaza. Xochicalco fue destruido y quemado por motivos aun ocultos para nosotros, los sobrevivientes de la historia.
Fuentes:
- https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/xochicalco-la-serpiente-emplumada-y-quetzalcoatl
- https://es.wikipedia.org/wiki/Xochicalco#Toponimia
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