Pero además del misticismo, la laguna también tiene muchas particularidades biológicas. Una de las más conocidas (y protegidas) es la rana gigante del lago Titicaca, la cual presenta grandes particularidades, un tamaño considerable y está en peligro crítico de extinción.

Por esta razón, es nefasto que se haya reportado la muerte de más de 10.000 de estos animalitos en el Lago.

La muerte de las ranas

El paisaje es desolador. Miles de ranas, de una población que de por sí lleva decayendo por décadas, murieron súbitamente. Los primeros en denunciarlo fueron los habitantes del lago (en su mayoría población indígena), pero pronto algunos investigadores se dirigieron al lugar.

Lo que encontraron fue devastador. Las ranas se contaban por cientos en las playas, al punto que la estimación de 10.000 se acerca por lo bajo a la catástrofe. Las causas, por ahora, son desconocidas.

Sin embargo, las denuncias de investigadores y activistas le apuntan a un aumento en la contaminación del lago, causado tanto por la agricultura y la minería como por los residuos de las poblaciones, que llevan exigiendo por años la creación de plantas de tratamiento.

De acuerdo con los locales, el estado boliviano (que controla la mayor parte del lago) no ha hecho nada por evitar la contaminación, sumiendo a las poblaciones (y ahora las ranas) en un estado crítico. Pese a que Chile y Bolivia firmaron un convenio por 500 millones de dólares para sanear el lago, dicho convenio no ha comenzado a actuar con prontitud y se espera que hasta 2025 muestre resultados tangibles.

Esperemos que para entonces no sea demasiado tarde para las ranitas.

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