Y a la tercera década, resucitará…
La Terminal central de trenes de Buffalo es otro edificio imponente que sucumbió al final de los setenta, como muchas otras estaciones de Estados Unidos, al avance de los transportes por carretera. Tras más de tres décadas de abandono parece que la historia de este edificio tendrá final feliz ya que un grupo de personas están intentando devolverle todo su esplendor.
La Terminal Central de Buffalo se abrió al público el 22 de junio de 1929. Fue creada por el New York Central Railroad y diseñada por los arquitectos Alfred T. Fellheimer Steward & Wagner. De estilo Decó, fue construida para albergar hasta 3200 personas por hora, o 200 trenes por día. El complejo consiste en el vestíbulo principal, una torre de oficinas de 17 pisos, un edificio de cuatro pisos destinado a tareas administrativas y otro edificio de dos plantas destinado para el transporte de equipajes y correos. El complejo se encuentra en un terreno de 17 acres a 2,5 kilómetros al este del centro de Buffalo.
Breve historia del lugar:
En 1926 comenzaron las obras que duraron tres años. El 22 de junio de 1929 se realizó la gran apertura, siendo esta, con 2.200 personas, el evento más multitudinario de Buffalo hasta la fecha. A las 2 p.m. partió el primer tren de la terminal.
Durante más de veinte años la estación funcionó a pleno rendimiento, hasta pasada la segunda guerra mundial, cuando la estación comenzó a sufrir pérdidas por la reducción del uso del ferrocarril por el público en general. En 1956 la BCT la pone en venta por un millón de dólares, pero no consigue venderla.
En 1959, la comisión de Servicios Públicos de Nueva York decide eliminar de la estación el Servicio entre Bufalo-Niagara Falls, vía fundamental para sus ingresos. En 1966, para reducir impuestos, son demolidos varios edificios de los aledaños de la estación.
En 1968, el Ferrocarril Central de Nueva York y el de Pennsylvania se fusionan formando la Penn Central Railroad y absorbiendo la terminal de Buffalo. Dos años más tarde, la Penn Central Railroad se declara en quiebra.
En 1971, la empresa Amtrak se hace cargo de esta estación y de muchas otras que se encuentran en la misma situación y la mantiene en activo hasta 1979, cuando decide cerrarla a favor de otras estaciones más modernas y mejor posicionadas.
El último tren sale el 28 de octubre de 1979.
La propiedad es vendida por 75000 dólares a Anthony Fedele y Galesi BCT Realty.
En 1981, se crea un cinturón vial en la ciudad y la propiedad queda dividida en dos partes. En 1984 el edificio se cataloga como Lugar Histórico.
En 1986 los propietarios no pueden pagar los impuestos y la propiedad es subastada por 100000 dólares pasando a ser propiedad de Thomas Telesco.
En 1997, la propiedad es transferida por 1 dólar a la CTRC, (Central Terminal Restoration Corporation). La CTRC es una organización de voluntarios sin personal asalariado que se financia de subvenciones, fondos gubernamentales y donaciones privadas para restaurar el edificio y volver a darle vida. En la actualidad cuenta con 501 socios, que trabajan duro siempre que pueden para limpiar y conservar el complejo.
Aunque todavía les queda mucho trabajo por delante, ya han logrado restaurar gran parte de las salas y algunas plantas del edificio. En el gran vestíbulo realizan todo tipo de eventos para recaudar fondos, como mercados, conciertos y hasta incluso bodas¡¡
También han restaurado el mítico reloj de la torre que durante décadas fue un punto de reunión muy conocido por todos los ciudadanos de Búfalo.
La verdad es que acostumbrado a escribir sobre lugares abandonados con finales trágicos, da gusto encontrar iniciativas como las de este grupo de gente. Estoy convencido de que si para ceder estos edificios abandonados no existiesen tantas trabas administrativas muchos lugares emblemáticos volverían a tener algún uso y no acabarían reducidos a un montón de escombros.
Fuentes y más información:
Página oficial de la CTRC
www.opacity.us
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