Recorriendo los cielos de Chile
Habita en los cerros más altos, cerca de los yacimientos de minerales o metales preciosos: verla es un símbolo de fortuna y hacerlo regularmente es una señal de buena suerte. Hablamos del Alicanto, un ave legendaria que hace parte del folclor chileno.
El Alicanto es descrita como una criatura enorme, con un plumaje que da visos metálicos, un pico curvo y garras poderosas. Sus alas brillan en la oscuridad y esto se debe a que el animal se alimenta de plata o de oro. Es un ave inteligente que solo compartirá sus hallazgos con alguien digno de ella.
Beneficiará al de buen corazón
Además de poseer una apariencia cautivante, el ave tiene la habilidad de distinguir las personas de buen corazón. Dicen que si los buscadores de oro la llegan a observar, deben ser cautelosos en seguirla, pues el animal no está dispuesto a compartir su fortuna con cualquiera y si nota que la persona que la sigue no posee un buen corazón puede emplear varias estrategias para distraer al maleante: oscurecerá sus alas para ocultarse o al contrario las hará brillar hasta dejarlo enceguecido, y en el peor de los casos lo guiará hacia un camino que lo conduzca directamente a la muerte.
Caso contrario, si el cateador desea ayudar al prójimo el alicanto se hará visible y lo guiará hacia un prolifero yacimiento y luego les indicará como volver a casa.
La legendaria ave en la literatura
De mano de la escritora Mariana Acosta hay un relato que cuenta los deseos de dos niños de poder encontrar el alicanto: Manana desea que sus padres dejen de trabajar para poderle dar un hermanito a ella y Manolo quiere invertir el tesoro en conseguir muchos juegos y parques. El ave, al enterarse de las buenas intenciones de los niños, decide ayudarlos dándoles semillas doradas e indicándoles cómo deben cuidarlas.
Por su parte, la poetisa española Merluna deja plasmado una lírica sobre nuestra protagonista: “Alicanto, mira sus colores, como el dorado trigo, turgente y amasado color. Oh, como la luna plateada brilla en los cielos, a lo lejos. Y, en su guarida, dorados lingotes, plateados dones, la cueva del alicanto… repleta de tesoros.”
Fuentes:
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Imagen: tuscriaturas.blogia.com/