La edad media fue una de las épocas más oscuras de la humanidad, porque durante este tiempo, se inventaron muchos artefactos para ejecutar a personas y la guillotina fue quizá, uno de los más usados y famosos, que además adquirió gran popularidad durante la revolución francesa. Es obvio que los seres humanos no podríamos sobrevivir sin nuestra cabeza, ya que esto nos acarrea la muerte instantánea, pero éste es el caso de algunos animales que pueden durar varias horas después de ser degollados, por depredadores humanos o animales.
El tiempo que pueden vivir varía bastante dependiendo de cada especia y se halla condicionado a la forma en la que funciona su sistema circulatorio. En el caso de nosotros, los seres humanos, dicho sistema es de extremada importancia y no podríamos vivir sin la cabeza pues es requisito indispensable que constantemene se esté irrigando sangre al cerebro.
Sin embargo, también resulta bien importante en todo ello el sistema nervioso de cada animal. Por ejemplo, la serpiente puede vivir sin la cabeza incluso hasta una hora y ambos, tanto cabeza como cuerpo, siguen teniendo reflejos, al puno que la cabeza puede morder o atacar a su víctima inyectándole veneno.
Los animales que pueden sobrevivir sin cabeza son las cucarachas, las serpientes y los gusanos que además pueden regenerarse, ya que son hermafroditas; es decir, poseen glándulas sexuales femeninas y masculinas: las salamandras, los pulpos y aunque parezca insólito, las tortugas, pueden sobrevivir un corto tiempo sin la cabeza.
En el caso concreto de las cucarachas, se debe a su suprema resistencia. Son capaces de soportar temperaturas elevadísimas, pues poseen un caparazón sin igual, que las protege incluso hasta de los mismos pisotones de un humano. Pero por si fuera poco, pueden seguir existiendo sin cabeza, durante semanas enteras, debido a que su cerebro no se encuentra en su cabeza, sino cerca del estómago.
El extraño caso de Mike, el pollo que sobrevivió 18 meses sin cabeza, también es una evidencia de que algunas especies pueden vivir normalmente degollados.
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