Una frase que cambió la historia
Con la idea ya en mente de que las mujeres saldrían en la noche, Arquidamia irrumpe en el Senado con espada en mano y exclama: “¡Nos deshonráis creyéndonos tan cobardes! ¡Todos moriréis a menos que nosotras también luchemos!”, su ejemplo animó a otras féminas a tomar las armas y acompañar a sus soldados al campo de batallar, mejor morir defendiendo su territorio que ser tachado de cobarde.
Lo dicho por Arquidamia coló entre los hombres del Senado, quienes aceptaron la petición de la mujer. Varias damas se unieron a la lucha y trabajaron toda la noche haciendo una zanja alrededor de la ciudad, con la idea de que los caballos o elefantes de Pirro pudiesen pasar.
Las ganas de conquista del rey de Epiro, se vieron frustradas tras varios días de lucha. Se dice que las mujeres llevaron al cuello un nudo corredizo para ahorcarse si triunfaba el enemigo, incitando así a los soldados espartanos a luchar con más ahínco por su territorio.
Tristemente, se cuenta que el rey de Esparta, hermano de Arquidamia; por una serie de conflictos fue puesto preso y más adelante fue degollado, al igual que la madre de nuestra heroína la cual fue ahorcada. Arquidamia, aceptando su destino bajó a su madre con cuidado, la tendió en el suelo y la cubrió con un lienzo, para más adelante presentar su cuello al verdugo y decir: ¡quieran los dioses que mi muerte sea útil a Esparta!
Fuentes:
- https://seguicollar.wordpress.com/2007/09/23/historia-de-la-mujer-antigona-y-otras-mujeres-celebres/
- https://aminoapps.com/c/historia-universal-9046801/page/blog/mujeres-guerrerras/4Q8L_B4iYub3QvonGpVXnwGwmjqVln8er7
Imágenes: 1. es.wikipedia.org 2. seguicollar.wordpress.com/
El origen de una historia femenil griega
La siguiente historia nos habla de una mujer que perteneció a uno los pueblos más valientes y llenos de poderosos guerreros, en el que sus mujeres destacaron al igual que sus soldados: los espartanos, y una de sus más famosas heroínas, Arquidamia, la protagonista de la entrada de hoy.
Resulta que, Pirro, el rey de Epiro llegó con tal rapidez a Esparta que comenzó una invasión sin antecedentes. Los espartanos incrédulos ante lo que sucedía tomaron la decisión de enviar a su mujeres y niños a Creta. El Senado se unió para discutir cuales eran las mejores estrategias para enfrentarse ante aquel enemigo que no solo contaba con poderosas cabalgaduras, sino con elefantes.
Una frase que cambió la historia
Con la idea ya en mente de que las mujeres saldrían en la noche, Arquidamia irrumpe en el Senado con espada en mano y exclama: “¡Nos deshonráis creyéndonos tan cobardes! ¡Todos moriréis a menos que nosotras también luchemos!”, su ejemplo animó a otras féminas a tomar las armas y acompañar a sus soldados al campo de batallar, mejor morir defendiendo su territorio que ser tachado de cobarde.
Lo dicho por Arquidamia coló entre los hombres del Senado, quienes aceptaron la petición de la mujer. Varias damas se unieron a la lucha y trabajaron toda la noche haciendo una zanja alrededor de la ciudad, con la idea de que los caballos o elefantes de Pirro pudiesen pasar.
Las ganas de conquista del rey de Epiro, se vieron frustradas tras varios días de lucha. Se dice que las mujeres llevaron al cuello un nudo corredizo para ahorcarse si triunfaba el enemigo, incitando así a los soldados espartanos a luchar con más ahínco por su territorio.
Tristemente, se cuenta que el rey de Esparta, hermano de Arquidamia; por una serie de conflictos fue puesto preso y más adelante fue degollado, al igual que la madre de nuestra heroína la cual fue ahorcada. Arquidamia, aceptando su destino bajó a su madre con cuidado, la tendió en el suelo y la cubrió con un lienzo, para más adelante presentar su cuello al verdugo y decir: ¡quieran los dioses que mi muerte sea útil a Esparta!
Fuentes:
- https://seguicollar.wordpress.com/2007/09/23/historia-de-la-mujer-antigona-y-otras-mujeres-celebres/
- https://aminoapps.com/c/historia-universal-9046801/page/blog/mujeres-guerrerras/4Q8L_B4iYub3QvonGpVXnwGwmjqVln8er7
Imágenes: 1. es.wikipedia.org 2. seguicollar.wordpress.com/