Alejandro Carrión Aguirre (Loja, Ecuador, 11 de marzo de 1915 – Quito, Ecuador, 4 de enero de 1992). Poeta, novelista, periodista y prolífico escritor de origen ecuatoriano, quien cultivó diversos géneros literarios, siendo reconocido como el autor ecuatoriano más relevante del siglo XX.
Primeros años
De acuerdo a sus biógrafos, este escritor latinoamericano nació el 11 de marzo de 1915, en Loja, Ecuador, convirtiéndose así en hijo de José Miguel Carrión Mora, y su compañera Adela Aguirre. Con respecto a sus primeras leras, los investigadores indican que cursó sus primeros años en algunas escuelas y colegios de su ciudad natal, entre los que destacan la escuela de los Hermanos Cristianos y el Colegio Bernardo Valdivieso.
No obstante, cuando se encontró frente a la etapa escolar del Bachillerato, su familia decidió trasladarlo a Quito, la capital ecuatoriana, en donde ingresó al Instituto Mejía. Así mismo, Carrión Aguirre cursó sus estudios universitarios en la ciudad de Quito, en donde –después de haber conseguido su título de bachiller- ingresó a la prestigiosa Universidad Central del Ecuador, decidido a Estudiar Derecho.
Inicios como escritor
Sin embargo, a pesar de los estudios en Leyes, Alejandro Carrión Aguirre nunca abandonó su intensa curiosidad y pasión por las Letras, la cual se vio favorablemente nutrida con el ambiente cultural que le ofreció Quito desde su llegada. De esta forma, ya perteneciente a los círculos culturales de esta ciudad, Alejandro Carrión se dio a conocer como escritor desde muy joven, estrenándose en el género de la Poesía, con el libro Luz del nuevo paisaje, publicado en 1937 por la Editorial del Autor, siendo acogido con entusiasmo por la Crítica, la cual pudo ver desde entonces en este joven de un poco más de veinte años una promesa de las Letras ecuatorianas.
Este caluroso y positivo recibimiento por parte de los lectores quiteños se convirtió en un gran estímulo para la pluma de Carrión, quien decidió seguir cultivando sus versos, los cuales volvieron a tomar forma de libro de forma continua, durante los años siguientes, tiempo en el cual destacan títulos como La noche oscura (1948) o Poesía (1961). Así mismo, sus biógrafos siempre resaltan el cómo en 1952, una muestra de la obra poética de Carrión fue escogida por la casa editorial estadounidense New Directions, para formar parte de una antología sobre la poesía de América, publicación en donde Carrión fue incluido y tomado en la misma dimensión de poetas como Tennessee Williams.
Actividad como periodista
Igualmente, Carrión cultivó con entusiasmo otros géneros, como por ejemplo el del Periodismo, actividad que lo llevó a colaborar en un gran número de diarios y revistas, entre las que destacan El Tiempo de Bogotá, La Tierra, el Sol, diario El Comercio o el diario Últimas Noticias, medios en los que destacó por un periodismo activista, que no dudaba en denunciar lo que consideraba demagogia, hecho que en 1961 le valió ser víctima de un atentado, que buscaba callar su voz. No obstante, Carrión no se amilanó ni dejó de escribir, simplemente optó por asumir el seudónimo de Juan sin Cielo, escudo con el que blindó sus escritos desde 1961.
De esta forma, Alejandro Carrión permaneció bajo la protección del Periodismo cuando las musas de la Poesía lo abandonaron en su edad madura, a pesar de la gran lírica que colmó su voz en la juventud. Por consiguiente, Carrión participó durante años y hasta sus últimos días en importantes medios impresos, cumpliendo con distintos roles como los de editor, redactor y colaborador. Durante estos años también se entregó al ejercicio de desarrollarse como un importante crítico literario.
Obra literaria
Con una fecunda producción literaria, la obra de Alejandro Carrión Aguirre puede ser revisada, según los géneros que fue cultivando. En este sentido, en primera instancia, su obra poética está constituida por los siguientes títulos: Poemas de un Portero (1934); Luz del nuevo paisaje (1937); Poesía de la soledad y el deseo (1939); Agonía del árbol y la sangre (1944); La noche oscura (1954); La sangre sobre la tierra (1957); Nunca (1957); El tiempo que pasa (1962); Poeta y peregrino (1965); Poesía primera jornada (1957); Poesía segunda jornada (1984); Aquí, España nuestra, tres poemas de esperanza y amargura (1938); Cuaderno de canciones (1954); Canto a la América Española (1954) y Poesía (1961).
Así también, este escritor ecuatoriano experimentó con el género narrativo, en donde produjo dos importantes novelas: La manzana dañada (1983) y La espina (1959). De igual forma, destacan sus libros de cuentos: Muerte en su Isla (1968); La llave perdida (1970); Mala procesión de hormigas (1978); Divino tesoro (1983) y Una pequeña muerte (1983). De igual forma, además de la Poesía y la Narrativa, Carrión siempre fue un hombre de gran curiosidad intelectual, así como un agudo investigador, cualidades que lo llevaron a construir una gran obra historiográfica, manifestada en sus publicaciones en este género, las cuales están constituidas por los siguientes títulos: Primicias de la poesía quiteña (1954); Los poetas quiteños de «El Ocioso en Faenza” (1957); La otra historia, ensayos (1978); Antología General de la Poesía Ecuatoriana durante la Colonia Española (1992) y El último rincón del mundo (1992).
La prosa fue otro de los géneros en donde se adentró este prolífico escritor ecuatoriano, produciendo entonces las siguientes obras: Los compañeros de Don Quijote (1948); Elogio de la novela policíaca (1948); Nuestro Simón Bolívar (1983); Galería de retratos (1983); Los caminos de Dios (1983); Gana de hablar (1983); En el país de los Golillas (1983) y La pavimentación del infierno (1983). Así mismo, aun cuando su obra periodística puede ser seguida a través de la gran cantidad de periódicos con los que publicó, destacan dos títulos periodísticos: Esta vida de Quito por Juan sin Cielo (1983) y Una Cierta Sonrisa (1992).
Años finales
A pesar de que desde muy joven ocupó un importante lugar dentro de los círculos culturales quiteños, fue la madurez la que le trajo la responsabilidad de asumir algunas importantes funciones y honores, entre los que se encuentran haber llegado a ser por ejemplo Miembro de Número de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, así como Vicepresidente de la Unión Nacional de Periodistas o Presidente de la Comisión Nacional de la Reforma Agraria, quizás su más alta tarea política. Finalmente, cuatro años después de haber recibido el premio Eugenio Espejo, este escritor ecuatoriano, reconocido como una de las voces más importantes de este país latinoamericano durante el siglo XX, Alejandro Carrión Aguirre falleció a causa de un paro cardíaco, en la ciudad de Quito: era el 4 de enero de 1992.
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