Raúl Demetrio Aguilera Malta (Guayaquil, Ecuador, 24 de mayo de 1909 – Ciudad de México, México, 28 de diciembre de 1981). Artista, pintor, cineasta, diplomático y tal vez uno de los más importantes autores ecuatorianos del siglo XX, reconocido por la objetividad y realismo con el que pudo reflejar, en sus obras, la realidad social y cultural de su país.
Primeros años
De acuerdo a sus biógrafos, este escritor ecuatoriano, nació en la ciudad de Guayaquil, el 24 de mayo de 1909, convirtiéndose en hijo del comerciante Demetrio Aguilera Sánchez y su esposa Teresa Malta y Franco. Así mismo, quienes han estudiado su vida se inclinan por señalar un hecho notorio de este autor latinoamericano: la decisión de renunciar durante su juventud a su primer nombre de pila, Raúl, para ser conocido entonces como Demetrio Aguilera Malta, lo cual se le atribuye a un consejo de su amigo Joaquín Gallegos Lara.
Estudios académicos
Con respecto a sus estudios, las distintas fuentes biográficas señalan que este autor recibió sus primeras letras de mano directa de su madre, así como de varios profesores e institutrices particulares, ingresando a la educación formal en la Secundaria, etapa que cursó en el Colegio Vicente Rocafuerte, en donde tuvo la oportunidad de recibir clases de Literatura del propio doctor José de la Cuadra, antes de graduarse de bachiller en 1929.
De inmediato, Demetrio Aguilera Malta se matriculó en la Universidad a fin de cursar estudios de Leyes, no obstante apenas dos años después, en 1931, se retiraba de la Facultad, entendiendo que su vocación verdadera residía en la Literatura. De esta forma, al poco tiempo partía hacia Madrid, España, con una beca otorgada por el Ministerio de Educación del Ecuador, a fin de iniciar sus estudios en Letras.
Carrera como escritor
Aun cuando, Demetrio Aguilera Malta cursó estudios de Literatura, su verdadera pasión hacia ella comenzó –de acuerdo a lo que han indicado los expertos en su obra- durante su infancia, en especial a raíz del descubrimiento, en la biblioteca familiar, de las obras de su bisabuelo materno, el dramaturgo Juan José de Malta y Salcedo, las cuales leyó con entusiasmo. Así mismo, su obra es considerada como una de los más importantes testimonios de la cultura nacional, por lo que han sido leídos por generaciones de ecuatorianos, al tiempo en que también han sido traducidos a varias lenguas.
Como parte complementaria a su labor como escritor, Demetrio Aguilera Malta fue también un activo miembro de la Cultura ecuatoriana, en donde se distingue como uno de los fundadores de la Casa de la Cultura de este país, así como de la Casa de la Cultura latinoamericana y la Comunidad Latinoamericana de Escritores, importantes grupos que buscaron difundir la producción literaria nacional, conectándola con la del continente.
Carrera diplomática
Sin embargo, Demetrio Aguilera Malta no sólo se destacó como un importante escritor de Literatura, sino que incursionó en otras carreras, como por ejemplo la Diplomacia, área en donde cumplió con la responsabilidad, en 1947, de ser designado por el presidente Carlos Julio Arosemena Tola, como Encargado de Negocios de la Embajada ecuatoriana en Chile. Así mismo, dos años después, fue enviado a Brasil para representar a Ecuador como Agregado Cultural en ese país. No obstante, la responsabilidad más importante llegaría en 1979, cuando fue envestido con el cargo de Embajador del Ecuador en México, responsabilidad que cumplió hasta su muerte, en 1982.
Otros oficios
Así mismo, este escritor ecuatoriano se destacó también como conferencista, teniendo la oportunidad de dictar talleres y exposiciones en algunas de las más importantes universidades de América, como por ejemplo The Irving University (Los Ángeles, Estados Unidos). Igualmente, Demetrio aguilera Malta fungió como un importante colaborador de medios impresos, incluso desde su época de estudiante, cuando trabajó como corresponsal de guerra, durante la Guerra Civil Española. Entre los diarios en los que trabajó destacan La Prensa y El Telégrafo, en Ecuador, así como en los diarios panameños El Gráfico y la Estrella de Panamá.
Años finales
Dedicado durante la última etapa de su vida al oficio de escribir y su carrera diplomática, la salud de Demetrio Aguilera Malta fue deteriorándose paulatinamente, debido a la diabetes que padecía desde el año 1980, y que fue dejándolo irremediablemente ciego. De acuerdo a sus biógrafos, su desenlace final se vio acelerado por una grave caída, que le causó un derrame cerebral, que acabó con su vida el 28 de diciembre de 1981. Siendo un símbolo de las Letras latinoamericanas, su corazón fue dejado en México, mientras que el resto de su cuerpo fue incinerado en esta ciudad, para ser trasladadas posteriormente a Guayaquil, Ecuador, donde fueron esparcidas frente al mar.
Obra literaria
Su obra escrita puede ser señalada según los distintos géneros que abordó este célebre escritor ecuatoriano, encontrándose agrupados entonces de la siguiente manera:
- Cuento: Los que se van: cuentos del cholo y del montubio (en coautoría Joaquín Gallegos Lara y Enrique Gil Gilbert, 1930) y El cholo que se vengó (1981).
- Novela: Don Goyo (1933); Canal Zone: los yanquis en Panamá (1935); Madrid: reportaje novelado de una retaguardia heroica (1937); La isla virgen (1942); Una cruz en la sierra Maestra (1960); La caballeresa del sol, el gran amor de Bolívar (1964); El Quijote de El Dorado: Orellana y el río de las Amazonas (1964); Un nuevo mar para el Rey: Balboa, Anayansi y el océano Pacífico (1965); Siete lunas y siete serpientes (1970); El secuestro del general (1973); Jaguar (1977); Requiem para el diablo (1978).
- Teatro: España leal (1938); Campeonatomanía (1939); Carbón (1939); El sátiro encadenado (1939); Lázaro (1941); Sangre azul (1946); Dos comedias fáciles (1950); No bastan los átomos, Dientes blancos (1955); El tigre (1955); Honorarios (1957); Infierno negro (1967); Fantoche (1970); Muerte S. A. -La muerte es un gran negocio- (1970); Una mujer para cada acto (1970).
Obras a las que se suman las divulgaciones y antologías en donde han sido recopilados algunos de sus textos, así también como su trabajo como editor y cineasta, área en donde resaltan igualmente sus cuatro documentales, filmados durante 1954, a petición del Ministerio de Obras Públicas del Ecuador: El transporte de banano; Los Salasacas; Los Colorados y Las Iglesias de Quito.
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