Helen Adams Keller (Tuscumbia, Alabama, Estados Unidos, 27 de junio de 1880 – Easton, Connecticut, Estados Unidos, 1 de junio de 1968). Luchadora Social, Oradora y Escritora sordociega, de origen estadounidense, destacada por su historia de superación y su trabajo incansable en la lucha por los derechos de los más necesitados. Aprendió a comunicarse y a leer y escribir a los siete años, gracias a su profesora Anne Sullivan.
Posteriormente se convirtió en la primera persona con esta discapacidad sensorial en obtener un título universitario. Su caso significó un gran avance en el área de Educación Especial. Su vida ha sido llevada al cine y el teatro, en historias que vienen a sumarse a los catorce libros y más de cuatrocientos artículos escritos por esta intelectual estadounidense.
Vida Temprana
Helen Keller nació el 27 de junio de 1880, en Tuscumbia, condado de Colbert, Alabama, Estados Unidos, convirtiéndose en la primera de los tres hijos del matrimonio entre Arthur H. Keller y su segunda esposa Kate Adams. La familia de Helen tenía una buena posición económica, dedicándose al negocio del algodón, así como a la prensa, siendo su padre dueño del periódico Tuscumbia North Alabamian. Helen nació sin ningún tipo de discapacidad. No obstante, un poco después de cumplir el año y medio de edad, la pequeña sufrió una fuerte fiebre, diagnosticada por los médicos de esa época como una congestión cerebro-estomacal, la cual es interpretada hoy en día como una posible meningitis, aunque también pudo ser escarlatina o sarampión. Ante todo pronóstico, se recuperó. No obstante, su madre pudo darse cuenta de que Helen no respondía a los estímulos visuales ni sonoros. Helen Keller se había quedado ciega y sorda.
La llegada de Anne Sullivan
Los primeros años fueron muy duros, sobre todo para Helen. Sin embargo, había desarrollado un lenguaje doméstico, conformado por al menos sesenta señas, con los que a menudo se comunicaba con la hija de la cocinera de la residencia Keller. Cuando Helen tenía unos seis años, su madre conoció –gracias al libro Notas de América de Charles Dickens- la historia de Laura Bridgman, una mujer sordo-ciega, que logró educarse. Esto la alentó. Con el fin de buscar orientación Helen y su padre partieron a Baltimore, a entrevistarse con el otorrinolaringólogo J. Julian Chisolm, quien les recomendó consultar con Alexander Graham Bell, quien para ese momento tenía una escuela de niños sordos en Washington. Graham Bell los envió a su vez al Intituto Perkins para Ciegos, ubicada al sur de Boston, donde había sido educada Laura Bridgman. En este instituto, el director Michael Anagnos, asignó como maestra de Helen, a la joven de veinte años, Anne Sullivan, también con discapacidad visual, quien había sido alumna del centro y que a partir de ese momento se convertiría en la instructora inseparable de Keller.
El progreso de Helen fue asombroso. En poco tiempo aprendió el sistema de deletreo, que Sullivan le enseñó, el cual consistía en dibujar con su dedo en la palma de la mano de Helen distintas señas correspondientes a letras. A los pocos días, Helen ya era capaz de formar frases. A los tres meses aprendió a leer y escribir en braille. Desde ese entonces, adquirió un gran amor por la lectura. Igualmente comenzó a recibir clases de botánica, zoología y aritmética. Su avance maravilló a todos, especialmente a Michael Anagnos, director del Instituto Perkins para Ciegos, quien comenzó a incluir los logros de Helen en sus publicaciones. A los diez años, después de conocer a Ragnhild Kåta, Helen se trazó una nueva meta: aprender a hablar. Para esto fue instruida por la profesora Sarah Fuller, quien con el método Tadoma, desarrollado por Graham Bell, le enseñó como producir los fonemas. Helen aprendió a pronunciar las palabras, aunque su voz fue siempre débil.
Universidad e inicios políticos
Luego de asistir, en compañía de su instructora Ana Sullivan, a la escuela de señoritas de Cambridge, en Massachussets, Helen logró ingresar en 1900 a la Universidad de Radcliffe College. Luego de un arduo programa de adaptación curricular, Helen Keller se graduó cum laude en Artes, el 28 de junio de 1904, convirtiéndose en la primera persona sordo-ciega en obtener un título universitario. Sin embargo, sus años en esta universidad, también sirvieron para despertar en Helen su vena política. A partir de ese momento hallaría en el socialismo la corriente ideológica en la cual argumentar su llamado de apoyo hacia los más pobres, los cuales de acuerdo a estas ideas son los más propensos a sufrir accidentes discapacitantes, debido a las condiciones extremas de trabajo y explotación. Igualmente apoyó el sufragio femenino. En 1905, se unió formalmente al Partido Socialista, momento desde el cual fue atacada por la prensa, quienes señalaban su discapacidad como la razón de sus ideas políticas.
Legado y años finales
Helen Keller dedicó su vida a impartir conferencias motivacionales alrededor del mundo y a escribir sobre su historia personal. Se convirtió en una de las figuras más influyentes de su época, siendo objeto de múltiples reconocimientos, como la Medalla Presidencial de la Libertad (1964). Abrió varios centros de atención a personas con algún tipo de discapacidad sensorial. Llegó a conocer personalmente a todos los presidentes de Estados Unidos, desde Cleveland hasta Kennedy. Sus libros más famosos son La Historia de mi vida (1903) traducida a cincuenta idiomas y -en la actualidad- lectura obligada de muchos programas de estudio en EEUU; El mundo en el que vivo (1908) y Canción del muro de piedra (1910).
En 1965 su nombre fue elevado al Salón Nacional de la Fama Femenino. Finalmente, luego de seis derrames cerebrales, que fueron reduciendo su intensa actividad, murió mientras dormía, el 1 de junio de 1968, en su casa en Connecticut. Sus cenizas reposan en la Catedral de Washington. Desde entonces ha recibido decenas de homenajes póstumos. Incluso, en 1980, en el centenario de su nacimiento, el presidente Carter nombró el 27 de junio como el Día Nacional de Helen Keller.
Fuente de imagen: biography.com