Justo Arosemena Quesada (Panamá, Virreinato de la Nueva Granada (actual Panamá, 9 de agosto de 1817 – Colón, República de Colombia, 23 de febrero de 1896). Abogado, Político, Docente, Economista, Historiador y Diplomático nacido en Panamá, cuando esta futura nación pertenecía todavía al Virreinato de la Nueva Granada, por lo que algunos historiadores le confieren a Arosemena la nacionalidad colombiana.
Primeros años
De acuerdo a lo que reseñan las distintas fuentes históricas, Justo Arosemena Quesada nació en Panamá, Virreinato de la Nueva Granada el 9 de agosto de 1817, convirtiéndose así en hijo de doña Dolores Quesada y Velarde y su padre, don Mariano Arosemena, quien se dedicaba al comercio, actividad que lo llevaría a visitar las tierra peruanas y jamaiquinas, en donde el destino lo cruzó con independentistas de Venezuela, Argentina, Chile e incluso su propia patria. Estas ideas libertarias hicieron que el padre de Justo Arosemena decidiera unirse a la causa de la Independencia americana, razón por la cual su rúbrica aparece en el Acta de Independencia del Istmo de Panamá, firmada el 28 de noviembre de 1821.
Educación primaria
Con respecto a sus primeros años de estudio, algunos profesionales de la Historia, como por ejemplo Argelia Tello Burgos, han indicado que Justo Arosemena se destacó desde las primeras etapas de su infancia por su inteligencia y capacidad intelectual. De hecho, estos historiadores afirman que ya a los cinco años este Político y Jurista colombiano se desenvolvía a la perfección tanto en Español con en Inglés.
Así mismo, se tiene registro de que Justo Arosemena cursó sus primeros estudios en la Escuela de Colombia, ubicada en el istmo de Panamá. Posteriormente, su familia lo trasladaría al Colegio de Panamá, donde estudiaría algunos años de educación primaria, antes de que fuese enviado a la ciudad de Bogotá, centro del Virreinato de la Nueva Granada, en donde este prócer tuvo la oportunidad de ingresar al Colegio de San Bartolomé, institución en donde Arosemena se entregó al hábito de la lectura, teniendo oportunidad de encontrarse con las ideas liberales, en manos de autores como Bentham o Constant, así como Destutt de Tracy, quien con sus textos le entregaría una visión profunda del materialismo ilustrado francés.
Carrera universitaria
Al cumplir los dieciséis años, Justo Arosemena obtuvo el título de Bachiller en Humanidades y Filosofía. Igualmente, su familia decidió que permaneciera en Bogotá, ciudad en donde comenzó sus estudios de Derecho, los cuales cursó en la Universidad Central, de donde egresó en el año 1836 con el título de bachiller con Jurisprudencia. Culminados sus estudios, abandona Bogotá, partiendo nuevamente hacia el itsmo, en donde comienza su carrera como jurista en el Consultorio de don Esteban Febres, lugar en el cual Arosemena ejerció por primera vez como abogado. Sin embargo, pese a encontrarse trabajando, este joven abogado no dejaría de lado su preparación académica, sino que por el contrario, la continuaría en la Universidad del Magdalena e Istmo, de donde saldría graduado en 1837 con el grado de Doctor en Jurisprudencia.
Inicios como periodista
Sin embargo, no sólo sería el ejercicio del Derecho el área académica dentro de la cual se desempeñaría Arosemena, quien además de trabajar como jurisconsulto, también se interesaría por el periodismo y la docencia, área esta que ejercería en el colegio del Istmo, donde tendría la oportunidad de iniciarse como catedrático. Así mismo, sus relaciones y brillante desempeño lo llevarían también a ejercer cargos gubernamentales, siendo el primero el de fungir como colaborador del Gobierno Libre de Panamá, bajo órdenes del general Tomás Herrera, responsabilidad que Arosemena tomaría en 1840.
Por esta época, sus biógrafos también resaltan la publicación de su primera obra, la cual llevaría por nombre Apuntamientos para la introducción a las ciencias morales y políticas. Igualmente, sus pasión por el periodismo y las letras lo llevarían hasta las tierras peruanas, en donde se encontraba totalmente establecido en el año 1942, momento en el cual participaba activamente como redactor en tres importantes medios impresos de ese país, como lo son La Guardia Nacional, El Tiempo y El Peruano.
Carrera política
No obstante, su verdadera vocación estaba por nacer: la Política. En este sentido, la carrera política de Arosemena se inauguraría formalmente en el año 1850, cuando fue elegido como Diputado ante la Cámara Provincial de Panamá, cargo que ejerció por un año entero. Posteriormente, en 1852, este político colombiano ascendió al Congreso Nacional de Colombia, en donde permaneció en ejercicio durante todo un año.
Ya desde esa época, reseñan los historiadores, Arosemena comenzó a dar muestras de su posición política ante la situación del istmo en referencia a Colombia, pues desde el principio se mostró partidario de que el mejor sistema de Gobierno que podía asumirse era el Federalismo, hecho que se manifestó en sus múltiples propuestas ante el Congreso Colombiano y que finalmente vio sus frutos en 1855 –después de la Guerra Civil de 1853- cuando se lograría la creación del Estado Federal de Panamá, el cual tendría como presidente al mismísimo Justo Arosemena, quien sin embargo sólo ejercería la dirección de su logro por tres meses, después de lo cual se retiraría.
Posteriormente, en 1863, Justo Arosemena tuvo la oportunidad de ser electo Presidente de la Convención Nacional de Rionegro, desarrollada en 1863, la cual dio como resultado una nueva constitución para la naciente república de Colombia, a partir de la cual esta patria latinoamericana comenzó a organizarse como un país federal, que con el nombre de Estados Unidos de Colombia, la cual se encontraba conformada por nueve estados soberanos.
Carrera diplomática
Un año después, en 1864, este político colombiano comenzó su carrera Diplomática, en la cual también cosecharía grandes triunfos, siendo su primera responsabilidad en esta área la de ser elegido representante al Congreso Americano en nombre de Colombia, asamblea que se llevaría a cabo en Lima. Así mismo, al año siguiente, partió rumbo a Washington para negociar en nombre de la nación colombiana las condiciones bajo las cuales esta nación le permitiría a Estados Unidos la excavación y construcción de un canal que viniera a unir los dos océanos separados por el istmo de Panamá, y que se erige como uno de los tantos antecedentes que registra el actual canal de Panamá.
A raíz de esta responsabilidad diplomática, el gobierno colombiano lo destina formalmente como uno de los embajadores de este país, teniendo oportunidad de ejercer el cargo en países como Chile, el Reino Unido y Francia. Dentro de otras de sus importantes misiones diplomáticas se encuentra la mediación que ejerció entre algunos problemas fronterizos surgidos entre Colombia y Venezuela, así como el de haber ejercido, en la Compañía del Ferrocarril de Panamá, como abogado consultor.
Visión de Panamá
Es importante destacar, que aun cuando su carrera política y jurídica abarcó varios campos, el mayor reconocimiento a Justo Arosemena se hace en el terreno político, en donde se valora profundamente su constante lucha por conseguir la autonomía del itsmo de Panamá, de donde era originario, y cuya importancia estratégica y económica siempre tuvo presente. Razones que hacen que Justo Arosemena sea considerado como el más ilustre ciudadano de Panamá, así como padre de la nacionalidad panameña. No obstante, algunos detractores de esta posición, reseñan que este político, si bien siempre luchó por la autonomía del itsmo de Panamá, siempre lo hizo concibiéndolo como parte de la nación colombiana, sin llegar a plantearse realmente un movimiento independentista que hiciera surgir a este territorio como un país o república autónoma y soberana.
Últimos años
En el año 1886, a raíz del movimiento político que llevó por nombre La Regeneración, así como de la nueva Constitución colombiana, la cual venía a instaurar un sistema de gobierno centralista, Justo Asoremena comenzó a sentir que no encontraba eco dentro de la política nacional, ya que esta transitaba una ruta que no compartía. De esta forma, tomó la decisión de retirarse del ejercicio político, a fin de desarrollar su carrera como escritor, oficio al que le dedicaría sus últimos años, antes de fallecer el 23 de febrero de 1896, en Colón, cuando esta ciudad pertenecía aún al territorio colombiano.
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Obra escrita
Entre muchas de las leyes que logró que se probaran, así como sus importantes misiones políticas y diplomáticas, quizás su legado más importante sean sus valiosas obras escritas, las cuales se erigen como un baluarte dentro de la jurisprudencia suramericana. Dentro de estas destacan: Apuntamientos para la introducción a las ciencias morales y políticas (1840); Examen sobre la franca comunicación entre los océanos (1846); Principios de moral política (1849); Estado Federal de Panamá (1855, considerado su texto más importante); Código de moral fundada en la naturaleza del hombre (1860); Estudios sobre la idea de una liga americana (1864); Constituciones políticas de América Meridional (1870); Estudios constitucionales (1878) y The institution of marriage in the United Kingdom (1879).