Pedro I Alekséyevich, mejor conocido como Pedro I de Rusia, El Grande (Moscú, Rusia, 9 de junio de 1672 – San Petersburgo, 28 de enero de 1725). Líder militar, político, zar y Emperador de Rusia, gobernando este territorio durante cuarenta y dos años, entre 1682 y 1725.
Es reconocido por haber llevado a cabo la modernización de Rusia, volcando su vista hacia Europa, y procurando la occidentalización del territorio moscovita. Perteneciente a la Dinastía Romanov es tenido como uno de los gobernantes rusos más importantes e influyentes de la Historia.
Asunción al trono
Pedro I nació en Moscú Rusia el 9 de junio de 1672. Fue el hijo del zar Alejo I y su segunda esposa Natalia Narýshkina, de origen boyardo. Igualmente era medio hermano de Fiódor Alekséievich (Teodoro III), así como de Iván Alekséievich (Ivan V) y la zarevna Sofía Aleksèyevna. Su padre, el zar Alejo I murió en 1676, cuando Pedro I tenía apenas cuatro años. Fue sucedido de inmediato por su hijo y medio hermano de Pedro, Teodoro III. No obstante, éste murió también al poco tiempo. Al no tener hijos, las dudas sucesorias surgieron, ya que aunque el heredero directo en la línea sucesorial era Iván, se consideraba que no tenía la capacidad suficiente para asumir el poder.
El consejo de boyardos se inclinó por Pedro, nombrándolo zar, y colocando a su madre Natalia como su guía hasta la mayoría de edad, pues el pequeño monarca, apenas contaba con diez años. No obstante, la zarevna Sofía no aceptó la decisión y lideró una rebelión protagonizada por el cuerpo militar de élite de Rusia, cuyos miembros eran llamados los Streltsí. Después de varios asesinatos de familiares y amigos de Pedro I, Sofía logró que su hermano Iván ascendiese también al trono, quedando como zares Pedro I e Iván V, mientras ella fungía como asesora de los dos, hasta que cumplieran la mayoría de edad.
En cuanto a la educación del zar, esta fue totalmente pasada por alto. Su niñez la vivió sin ninguna guía. En esa época, conoció el barrio de los extranjeros, en Moscú, donde tuvo contacto a con comerciantes europeos, con quienes adquirió formación política y militar. Así mismo pudo ver los avances que provenían de occidente. Ya para esa época era reconocido por su gran estatura. Llegó a medir dos metros y cuatro centímetros, aunque se piensa que su estatura se debía a una condición genética, ya que sus extremidades y cabeza han sido descritas como muy pequeñas. Igualmente, se cree que pudo haber sufrido de convulsiones.
Retoma del poder
En 1689, su madre lo obligó a casarse con Eudoxia Lopujiná. Ese mismo año, Pedro I decidió retomar el poder de manos de Sofía. Aunque esta planeó nuevamente una rebelión apoyada por los Streltsí, Pedro logró escapar, refugiándose en el Monasterio de Tróitski. Logró derrocarla y la obligó a ingresar en un convento, donde tuvo que abandonar su posición y su nombre. No obstante, su madre Natalia Narýshkina asumió el poder hasta 1694, cuando falleció. Dos años después, en 1696, su medio hermano Iván V con quien compartía el trono también murió. Pedro I asumió entonces el puesto de zar absoluto de Rusia.
La Gran Embajada
De inmediato emprendió una serie de reformas encaminadas a modernizar Rusia, con occidente como guía. Reorganizó el Ejército según la organización de las tropas europeas. Se trazó posicionar a la nación rusa en el mar. Decidió marchar contra los otomanos, a fin de obtener el control sobre el mar Negro, aunque Fracasó en sus primeras campañas.
Formó una gran y fuerte armada y el 12 de septiembre de 1698 logró establecer la primera base naval en Rusia, llamada Taganrog. Sin embargo, Pedro I había entendido que no podía tomar el territorio otomano sin apoyo. A pesar de las oposiciones internas, en 1697, Pedro creó un grupo denominado la Gran Embajada, donde viajó como incógnito hacia Europa, a fin de buscar la ayuda contra los otomanos. Visitó Francia y Austria, Inglaterra, el imperio Romano y Holanda, donde aprendió mucho más de navegación y combates navales.
Reformas y años finales
A su regreso obligó a su esposa a entrar en un convento, poniendo fin a su matrimonio. En este época solo había sobrevivido uno de los tres hijos de la unión: Alejo Petróvich. A principios de 1700 se involucró en la Guerra del Norte, contra Suecia de Carlos XII, la cual terminó en 1721 con la firma del Tratado de Nystad, a través del cual Rusia tomó posesión de Ingria, Estonia, Livonia y gran parte de Karelia. A cambio de la mayor parte del territorio filandés. En 1703 fundó San Petersburgo. En 1707 contrajo matrimonio en secreto con Marta Skavrónskaya, quien tomó el nombre de Catalina I de Rusia, en 1724 cuando fue coronada como zarina.
Convencido de que las costumbres europeas eran más avanzadas, decretó que todos los nobles se afeitaran las barbas, colocando un impuesto a quien decidiera conservarla, lo que ocasionó gran conmoción en los rusos quienes se sentían orgullosos de ellas. Abolió el uso del calendario ruso, decretando el uso del juliano, el cual se usó hasta la revolución bolchevique. Europa por su parte adoptó el gregoriano.
Autorizó que las mujeres mostraran su rostro y se integraran en la vida social. Impuso a los boyardos (nobles rusos) la lectura de un libro de modales. Propulsó la educación pública y creo instituciones de educación superior como la Academia de Ciencias de Rusia y la Escuela Politécnica. Así mismo, promovió la edición de libros y la creación del primer periódico ruso.
En 1721 fue investido como “el Grande, padre de la Patria, emperador de toda Rusia”, cargo que se adhirió a su título de zar. El 28 de enero de 1725, Pedro el Grande murió por complicaciones en su aparato urinario. Le sucedió su esposa Catalina I. De sus catorce hijos solo sobrevivieron dos mujeres Ana Petronova, quien fue madre de Pedro III de Rusia; e Isabel I, quien no tuvo descendencia.
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