En la actualidad, uno de los íconos por excelencia de la Navidad es San Nicolás, conocido también como Santa Claus, Papa Noel o el Viejito Pascuero, hombre mayor, de barba blanca y traje rojo, a quien se le atribuye la tarea de llevar regalos a los niños del mundo en noche buena.
Sincretismo pagano
Así como la celebración de la Navidad ha ido evolucionando a lo largo de los años como una celebración católica, la cual sin embargo se ha sincretizado con costumbres y tradiciones paganas, la figura de San Nicolás no parece escaparse de esto, puesto que según han indicado algunos historiadores esta figura navideña surgió en base a la fusión cultural que se operó entre un antiguo personaje griego, propio de la celebración del solsticio de invierno, con el personaje histórico de del obispo Nicolás Bari, reconocido en la actualidad por la iglesia como San Nicolás de Bari, quien también es llamado como San Nicolás de Myra, en referencia a su lugar de nacimiento.
Biografía de Nicolás de Bari
En este sentido, la verdadera biografía de esta figura histórica sobre la cual se inspiró el mito occidental actual de San Nicolás puede resumirse en los siguientes puntos:
Primeros años
De acuerdo a lo que han indicado sus biógrafos, este futuro religioso católico, nació aproximadamente en el año 280 d.C., en la ciudad de Miran, en el Distrito de Licia, la cual se encontraba ubicada en el actual territorio de Turquía, siendo llamado por sus padres con el nombre de Nicolás.
Así mismo, la Historia refiere que Nicolás de Bari era hijo de una acomodada y próspera familia, la cual tenía grandes planes con su hijo. En este sentido, se conoce que su padre soñaba con hacer de Nicolás un gran comerciante, a fin de que dominara las rutas del Mar Adriático. Sin embargo, su madre no coincidía con estas ilusiones, y por el contrario añoraba fervientemente que su hijo se convirtiera en sacerdote, tal como había ocurrido con su tío, quien fungía como obispo de Mira.
Inicios en la vida religiosa
No obstante, no hubo de presentarse ningún conflicto entre estos esposos, pues fue el destino quien dictó la última palabra. Al respecto, los historiadores han señalado cómo durante la llegada de una gran peste, sus padres enfermaron, muriendo irremediablemente. Ante su pérdida y la situación que vivía la ciudad donde vivía, Nicolás de Bari decidió vender todas sus propiedades, marchándose a vivir bajo el cuidado de su tío. Influido por la vida religiosa de éste, Nicolás decidió iniciar sus pasos en la iglesia, ordenándose sacerdote a los 19 años. A la muerte de su tío, sus superiores lo escogieron para que asumiera su obispado.
Sacerdote bondadoso
Así mismo, según las historias recogidas por parte de sus semejantes y contemporáneos, Nicolás de Bari se caracterizó por ser un religioso de una bondad asombrosa, quien trabajó arduamente por ayudar a los pobres. De igual forma, la historia religiosa le concibe cualidades místicas y milagrosas, como por ejemplo la propiedad de curar. En este sentido, algunas leyendas afirman que en una oportunidad, un hombre malo acuchilló a varios infantes, Nicolás de Bari se hincó de rodillas, pidiendo a fervientemente por la salud de los niños a Dios, quien le respondió sanando a los pequeños casi de inmediato, por lo que su figura siempre fue relacionada con la bondad y la santidad, siendo canonizado finalmente por la Iglesia católica.
Leyenda de San Nicolás
Igualmente, dentro de las muchas leyendas de este santo católico, llama la atención una en particular, la cual se cree que fue el germen del cual nació el mito que relaciona la figura de este religioso con la acción de dar regalos. En referencia, algunos historiadores refieren que en su época de religiosos, Nicolás de Bari conoció a un hombre, que tenía tres hijas, y quien sufría muchísimo, puesto que su situación económica le hacía imposible reunir una dote para las muchachas, por lo que estas quedarían condenadas a la soltería, pues en esa época era indispensable.
En consecuencia, según dicta la historia, Nicolás de Bari se compadeció del sufrimiento de este hombre, y cuando las muchachas alcanzaron la edad de casarse, este religioso apareció en casa de esta familia, para dar dejarle a cada una de las jóvenes una bolsa llena de oro, lo cual constituía su dote y la posibilidad de crear sus propias familias. No obstante, la entrega no la hizo personalmente, sino que el religioso logró escabullirse en casa de las muchachas, introduciendo las monedas de oro en unos calcetines que las jóvenes habían colgado sobre la chimenea, para que se casaran, hecho del cual nace directamente la costumbre de colocar los regalos en los calcetines o botas. Así mismo, esta obra de Nicolás Bari da nacimiento a la Leyenda de San Nicolás.
Años finales
Después de una gran carrera como religioso, Nicolás de Bari falleció en la ciudad de Myra, el 6 de diciembre del año 343 d.C. Durante la invasión musulmana a Turquía, sus restos fueron sacados de este territorio, y trasladados a Bari, ciudad italiana, donde recibieron merecido descanso. Años después, al ser santificado por la Iglesia católica, no sólo se erigió como el primer santo no mártir, sino que además este religioso tuvo también la oportunidad de convertirse en la primera figura religiosa en ser admirada y venerada por los habitantes de ambos hemisferios: oriente y occidente, regiones en donde cientos de personas creen en sus capacidad de obrar milagros e interceder por los hombre ante Dios.
Transformación a Santa Claus
No obstante, no fue hasta el año 1624, en que se originó una transformación en la figura y leyenda de San Nicolás, patrono de Holanda, en la figura que se convertiría eventualmente en Santa Claus, y símbolo occidental de la Navidad. De esta forma, los historiadores han resaltado que este suceso se originó a raíz de la fundación de la actual ciudad de Nueva York, por parte de las colonias holandesas, quienes en ese momento instauraron la ciudad de Nueva Ámsterdam, a la cual llevaron sus tradiciones y creencias, entre ellas la celebración en torno a Sinterklaas (San Nicolás de Bari) santo cuya fiesta tenía lugar la noche del 5 y el 6 de diciembre, en correspondencia a su fecha de fallecimiento.
Desde entonces, algunos escritores y pintores se dieron a la tarea de interpretar y versionar la imagen de este santo. Por ejemplo, es a Washington Irving a quien se le debe la pronunciación Santa Claus, que en realidad es una versión angloparlante de Sinterklaas, y que se popularizó a raíz de una sátira hecha por este escritor en 1809, en referencia al santo holandés. Así mismo, en 1823, Clement Clarke Moore, tomando la descripción del personaje de Irving, compuso un poema en donde crea la leyenda actual de Santa Claus, a quien le atribuye la tarea de dar regalos a los niños, aun cuando lo dibuja como un duende enano y delgado. No obstante, aun cuando no coincide con la descripción física actual de San Nicolás, es este poema ya se puede ver la presencia de un trineo, halado por renos, entre los que destacan Rodolfo.
De esta manera, occidente tendría que esperar hasta 1863 para ver el nacimiento del personaje actual, de manos de Thomas Nast, dibujante de origen alemán, quien en un intento de plasmar este personaje en una revista navideña, dibujó la figura de un hombre gordo, barbudo y de aspecto bondadoso. Sin embargo, en consonancia con la vestimenta que este dibujante asociaba con la vestimenta de los antiguos obispos. En consecuencia, aun cuando su creación poco guardaba relación con la estampa de San Nicolás de Mira, se encontraba vestido de verde y con un traje que emulaba los antiguos trajes obispales.
No obstante, el hombre gordo, barba blanca y traje rojo, se popularizó durante el año 1931, de la mano del pintor Haddon Sundblom, quien recibió el encargo expreso de la compañía de bebidas gaseosas, Coca-Cola, para que revitalizara la figura de Santa Claus, momento en que además el pintor terminó de hacer la fusión entre la figura de Santa Claus (inspirada en las versiones más recientes de San Nicolás de Bari) y Papá Noel (figura surgida del personaje Bonhomme Noël de origen francés). Empero algunos historiadores desestiman la versión de que fue la Coca-Cola la que creó esta figura, la cual se ha podido hallar en ilustraciones anteriores, por lo que el mérito en realidad sería la de ayudar a difundir el mito y estas características, pero no a crearlo, pues en realidad corresponden a antiguas tradiciones populares.
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