De acuerdo a datos estadísticos, en el mundo existen por lo menos cuatro mil doscientas religiones, sin contar aquellos credos que se han extinguido a lo largo de la historia. De ellos, el Cristianismo constituye una de las más importantes, junto al Judaísmo, el Islam, el Budismo y el Hinduismo.
En esta oportunidad queremos hacer una lista de cuáles son las principales características del Cristianismo, religión -que de acuerdo a lo publicado por la Agencia vaticana Asianews en 2012- es practicada en el planeta por al menos dos mil ciento ochenta millones de personas, de los cuales cincuenta por ciento está conformada por feligreses católicos, correspondiendo la otra mitad a los numerosos cultos cuyos dogmas y creencias giran también en torno a la figura de Cristo. A continuación entonces algunas de las características del Cristianismo:
Cristo como figura central
El Cristianismo, tomado como la suma de religiones en torno a la adoración o veneración de Cristo, se caracteriza por ser una religión de tipo Mesiánica, la cual cree fervientemente en que el personaje histórico de Jesús de Nazaret (más información en Biografía de Jesús de Nazaret) vino a la tierra, como encarnación de Dios (al tiempo de que también es su hijo) a cumplir las profecías judías, que hablaban del advenimiento de un Salvador, el cual vendría a limpiar al hombre del pecado original. Para los cristianos este mesías es Cristo.
La influencia de esta figura histórica y de esta religión en el mundo es tal, que no sólo la muerte de este personaje histórico –y resurrección, de acuerdo a los textos cristianos- marca el inicio del Cristianismo, sino que el mundo actual cuenta su tiempo desde el nacimiento de Cristo, es decir que para los historiadores nuestra era nació con Jesús, por lo que todo aquel acontecimiento se mide en años antes de Cristo (a.C) y después de Cristo (d.C).
Dualidad humana-divina de Cristo
Igualmente, el Cristianismo se caracteriza por la fuerte creencia de que Cristo constituía un ser que englobaba en él tanto cualidades divinas, ya que era el “verbo encarnado”, hijo de Dios, así como cualidades humanas, precisamente por haberse encarnado en la figura de un hombre. Sin embargo, es de resaltar que esa encarnación se produjo de forma cíclica, es decir, que el Hijo de Dios se gestó como humano en el vientre de una mujer, fue traído al mundo a través del parto, creció, se educó, y llevó también una vida humana, con la fragilidad y sensibilidad que esto implica. De esta manera, los Cristianos creen que Jesús el Cristo no sólo poseía la sabiduría y los dones divinos, sino que por su estancia en la tierra padeció y sintió como uno de ellos, incluso entregando su vida y sangre para salvarlos de la condenación eterna, a la que Adán y Eva habían sometido a la humanidad.
La Santísima Trinidad, como misterio
Así mismo, otra de las creencias básicas de todo cristiano es la Santísima Trinidad, la cual consiste en una tríada conformada por Dios, Jesús su hijo y el Espíritu Santo. No obstante, esta deidad constituye uno de los grandes misterios teológicos, pues de acuerdo al Cristianismo no se trata de tres fuerzas o deidades distintas que conforman una sola fuerza, sino de que los tres son la misma deidad, es decir Dios. De esta forma Dios, Jesús y el Espíritu Santo conforman el gran misterio de la Santísima Trinidad, la cual también es venerada por los seguidores de esta creencia.
Biblia, máximo libro del Cristianismo
Conformada por el Antiguo Testamento (libro en común con los seguidores del Judaísmo) y el Nuevo Testamento, la Biblia está conformada por varios libros que dan fe de los acontecimientos del pueblo Judío desde su aparición (Antiguo Testamento) hasta la llegada de Cristo y los hechos que acontecieron después de su partida (Nuevo Testamento).
Dentro de la Biblia, resaltan los Evangelios, libros escritos de puño y letra de cuatro hombres que narran los hechos de la vida de Jesús, desde su nacimiento hasta su aparición pública, sus prédicas, su muerte, resurrección y transfiguración. A pesar de que la mayoría de los cristianos creen sólo en la existencia de estos cuatro evangelios, con los años algunos investigadores han afirmado la existencia de otros textos que dan testimonio del paso de Jesús por la tierra, como por ejemplo aquellos atribuidos a María Magdalena o incluso al mismo Jesús de Nazaret. No obstante, esto es tema de discusión, siendo reconocidos por la Fe Cristiana tan solo los de Lucas, Mateo, Juan y Marcos.
Paraíso celestial como promesa
Otra de las principales características del Cristianismo es la de creer en la existencia de un Paraíso celestial que le será otorgado como recompensa sólo a los justos de corazón. En este sentido, para los cristianos, el Demonio o Satanás (deidad maligna que va contra Dios) está en constante trabajo por tentar a la humanidad a cometer pecados (acto que va contra los principios de Dios, entristeciéndolo) a fin de que se condenen. Es ahí cuando surge la figura de Cristo, pues es él quien acompaña al hombre en su lucha por lograr la salvación de su espíritu.
Igualmente de esta creencia se desprende otra característica del Cristianismo, y es la de no creer en la reencarnación, posibilidad asumida como real por religiones como el Budismo y el Hinduismo. Por el contrario, para el Cristianismo una vez que el humano fallece, su alma va de inmediato ante la presencia de Dios, a fin de rendir cuentas de los que hizo en la vida, y de ahí se decide la suerte espiritual del individuo, bien si va al infierno (lugar de castigo y tormento, donde reina Satanás) o al Paraíso, donde descansará en el seno de Dios.
Juicio Final
Así mismo, más allá de los juicios individuales que tiene cada alma cuando deja su cuerpo y va ante la presencia de Dios, tomando como base las creencias Cristianas. Esta religión también cree en el fin del mundo, por lo que no sólo es una religión mesiánica, sino que el Cristianismo cuanta igualmente con creencias que la convierten en una religión apocalíptica, es decir que cree en el advenimiento de un Apocalipsis.
De esta manera, el Cristianismo cree firmemente en que Jesús regresará por segunda vez a la tierra, pero esta vez a juzgar el comportamiento de la humanidad. Sin embargo, antes el mundo tal como lo conocemos será destruido. Igualmente, los Cristianos creen que en el momento de la segunda venida, los muertos se levantarán de sus tumbas, y se producirá el Gran Juicio Universal, es decir, el momento en que Dios juzgará a vivos y muertos, decidiendo el destino de cada uno, según las acciones que hayan tenido en vida. Unos serán llevados al Paraíso; otros echados al infierno. Por lo que se podría decir que el fin último de la Religión Cristiana es procurar entonces la salvación eterna del espíritu, la cual se consigue a través de la fe en Cristo, en Dios y en el Espíritu Santo, así como en el seguimiento de la doctrina cristiana, predicada por Jesús durante su estancia en la tierra.
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